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  • 14 Oct 2022
  • 11:10
  • SPR Informa 6 min

La inflación para principiantes

La inflación para principiantes

Por Emiliano Alfonse Vera Eddington

Por estas fechas hace un año, el kilo de tortillas en Puebla costaba $14. Ahora, está en $18 y a cada rato se va subiendo más. 

Esto es el ejemplo más claro para la mayoría de los mexicanos que demuestra el fenómeno llamado la inflación, el persistente aumento de precios de la canasta básica. Los precios generales han aumentado casi 9% desde el año pasado, la tasa de inflación más alta en 22 años, en un entorno de elevadas tasas de inflación no solo en México sino en casi todos los países integrantes a la economía mundial capitalista. 

Para reducir el efecto de la inflación en la familia promedio, el presidente de la República ha anunciado el Paquete contra la Inflación y la Carestía (Pacic), junto con una congelación de aumentos del precio de petróleo. Pero tan discutido que ha sido la inflación este año, los medios dominantes hablan con poca frecuencia en una manera informativa de este tema, al contrario, basándose en interpretaciones muy limitadas de este fenómeno. Entonces, vamos a hablar de la inflación y qué significa para el mexicano promedio.

¿Qué es la inflación? 

Más sencillamente, la inflación es el aumento de precios. Generalmente, hay una tasa de inflación natural en todas las economías en que los precios van aumentando con el incremento de actividad económica en el país. El crecimiento de la población junto con la creación de más y mejores empleos pagados significa que hay más personas con dinero para comprar cosas, lo que implica que productores puedan vender sus bienes a precios más altos mientras hay más personas queriendo comprar la misma cantidad de productos. Pero pronto aumentaría su producción para alcanzar la nueva demanda, evitando que la inflación se descontrole. 

Si todo va bien, el alza general de precios se mantiene por debajo del aumento de sueldos y el poder adquisitivo de los trabajadores crece junto a la economía total. En estas condiciones, para la mayoría de la población, la inflación es algo que pasa en el fondo y casi desapercibido. Además, un nivel moderado de inflación puede beneficiar a deudores, y perjudicar a acreedores, porque el valor principal de su préstamo se ve relativamente disminuido. Esto es buena noticia para personas y negocios con hipotecas u otras deudas. 

De hecho, tasas muy bajas de inflación durante un largo periodo, como en la mayoría del mundo capitalista después de la recesión de 2007, puede significar que la economía tiene problemas en generar suficiente demanda para comprar todo lo que está producido, en otras palabras, que los consumidores no han recibido suficiente aumento salarial para gastar más. Y si la economía entra en recesión, pueden ocurrir ciclos de desinflación, en que los precios se disminuyan porque muy pocos pueden comprar los productos en venta. 

Así podemos ver que la inflación tal cual no es siempre mala, y un nivel moderado puede señalar una economía dinámica con crecimiento adecuado para sus capacidades. 

¿Cómo se descontrola?                                

Si entendemos la inflación como un proceso normal, entonces ¿qué pasa cuando hay periodos de alta inflación, como ahora? Cuando las tasas de inflación empiezan a superar el crecimiento de salarios, se siente más el aumento de precios y da indicación de que está algo fuera del balance de una economía saludable. 

Uno de estos casos sería si el poder adquisitivo de un grupo de consumidores sube mucho más rápido que la capacidad de producir los bienes deseados. Esto causa que hay más personas queriendo comprar el mismo número de productos, por lo cual las empresas reaccionan con un alza de precios, pero sin el subsecuente aumento de producción para nivelarlos, y la inflación eventualmente supera los aumentos en salario. Esto pasa a veces cuando países se desarrollan muy rápidamente en un sector económico sin desarrollar tanto a los otros, como en México en los 40 o Venezuela en los 2000. 

También la inflación se puede descontrolar si hay choques externos a la economía que repentinamente limitan el acceso a bienes que antes estaban disponibles. Esto pasa a menudo a países que son sancionados, como Chile en 1973 o Irán en 2019. Igual, si el gobierno imprime grandes cantidades de su moneda, típicamente porque ya no tiene suficientes reservas de dólares para hacer transacciones internacionales, también puede causar hiperinflación. Dicho fenómeno se puede observar en los famosos casos de Zimbabue en los 2000 o Venezuela a partir de 2017, y algo parecido ocurrió en la hiperinflación de Alemania en la década de 1920.

¿Por qué está pasando ahora?

Ninguno de los casos mencionados explica lo que está pasando ahora. Como escribí la semana pasada, estamos viviendo en un periodo de estanflación, cuando la economía experimenta tasas elevadas de inflación a pesar de tener bajo crecimiento. Es decir, la gente no tiene más dinero, y no están compitiendo por una menor cantidad de bienes, pero por alguna razón, los precios siguen subiendo. 

Parte de la culpa se puede encontrar en la guerra actual entre Rusia y Ucrania y sus consecuencias, como el cierre de puertos ucranianos donde exportaban antes cereales y las sanciones contra las exportaciones energéticas rusas impuestas por los países de occidente. 

Otra parte viene de los continuos efectos de la pandemia en la disrupción de trabajo en fábricas y medios de transporte que han reducido la producción de muchos bienes para los últimos 2 años y siguen ocurriendo en China con sus valientes esfuerzos de contener la pandemia. 

También hay opiniones, mayoritariamente conservadores o neoliberales, que contienden que las mismas medidas que los gobiernos tomaron para estimular la economía durante la pandemia inyectó demasiado dinero, demasiado rápido, creando una demanda artificial que ha impulsado el aumento de precios. No obstante, esta opinión exagera la cantidad que recibió la “gente normal” – trabajadores, desempleados, y pequeños negocios – e ignoran que la gran mayoría de estos fondos se quedaron en las manos de grandes empresas y bancos, y así no impulsaron un gran aumento del poder adquisitivo de la gente en general.

Pero la mayor parte de la inflación – al menos 60% del aumento de precios – viene directamente de alzas de precios completamente voluntarios de las empresas en los países principales, especialmente los Estados Unidos. Este dinero sale directamente de los consumidores y van a las empresas como super-ganancias extremadamente elevadas. De hecho, la tasa de ganancias sigue casi parejo con la tasa de inflación, superando el 8% comparado con el año pasado. Este momento entonces no es un periodo de inflación normal, sino estanflación combinada con el pleno robo por corporaciones monopólicas. 

¿Como enfrentamos a la inflación elevada? 

Hay varias formas ya bien conocidas para bajar la inflación a niveles aceptables o asegurar que los salarios pueden mantener el ritmo con ella. En el corto plazo, se puede implementar congelaciones de precios en productos básicos, moviendo todos los costos hacia las empresas, o hacer como AMLO y subsidiar los precios que suben arriba de cierto punto, moviendo los costos hacia el gobierno. Se puede proteger los trabajadores con leyes de salario mínimo que se aumenta automáticamente con la tasa de inflación, y apoyando la organización y democratización de sindicatos de trabajadores a un porcentaje mayor de la fuerza del trabajo. Se puede apoyar programas sociales para los grupos vulnerables y asegurar que sus beneficios aumenten con la tasa de inflación. 

Pero para atacar las raíces de esta inflación, hay que implementar reformas que chocan con grandes intereses, como subiendo las tasas de impuestos en los más ricos y asegurando que de verdad paguen. Hay que implementar planes de desarrollo nacional que toman en cuenta las necesidades básicas de la población que forma la base de una economía sana de consumidores que tienen con que consumir. Hay que empezar otra vez a producir industrias de valor y no ser solo exportadores de productos agropecuarios baratos mientras somos importadores de máquinas y electrónicos caros.  Hay que dejar de temer en el crecimiento adecuado para nuestro nivel de desarrollo, y no apegarnos a teorías monetarias de Chicago que ahogan el crecimiento en el nombre de estabilidad de precios sobre todo.

La inflación es un aspecto de muchos en la economía. Si no se toman las medidas adecuadas, la inflación puede ser desastrosa para el bienestar del pueblo y el país. Pero con políticas inteligentes, se pueden controlar y hasta usar para el beneficio de la gente común.