Desempleo en la era de los agentes de inteligencia artificial

¿Te imaginas contar con un asistente virtual que tenga la capacidad de hacer las tareas que le pidas?, ¿qué tal tomar decisiones por ti según tus preferencias y gustos, como elegir alojamiento, buscar un boleto de viaje o seleccionar un outfit? Suena bien, ¿no?, pero, ¿qué pasaría si tal asistente fuera comprado por la empresa en la que trabajas, sustituyéndote en el proceso? ¿Y si todas las empresas de tu ramo hacen lo mismo, qué opciones quedarían? ¿Cómo sería una sociedad con productos hiper personalizados y a la carta, pero con gran cantidad de fuerza laboral desplazada y desempleada? 

Cuando se vislumbra el futuro impacto de la inteligencia artificial (IA) en la vida diaria el tema del desempleo es una constante; sin embargo, estos escenarios siempre muestran un estadio final, ya cuando el proceso de sustitución laboral ha sido consumado; sin embargo, ¿Cómo podría ser el camino hacia ese panorama de desempleo? ¿Es inevitable esa gran sustitución de la fuerza laboral? 

Para comenzar, la IA no tiene intencionalidad ni es inevitable, sino que es el resultado  de la construcción humana, por lo que el paradigma de sustitución laboral por entidades sintéticas es parte de una serie de decisiones y proyectos de empresarios, empresas de tecnología y otros empleadores, quienes -sobra decir- tienen muy poco o ningún interés en las consecuencias políticas, económicas y sociales de sus decisiones y preferencias. 

Es gracias a lo anterior que el paradigma del lugar que ocupará la IA en la vida humana es el de una entidad sintética esclavizada que tiene por objetivo el aumento de ganancias y la disminución de costos y riesgos, todo esto en un marco privado y altamente individualista; sin embargo, el camino no es fácil, ya que no solo se requiere de modelos de IA más potentes, eficientes y fiables, sino también de infraestructuras, robots y demás dispositivos mecánicos para el soporte, la manipulación y actuación en el mundo real. Sin mencionar la necesidad de una población y gobiernos mansos y cómplices que acepten estos planes sin oponer resistencia. 

En el desarrollo de la IA y la robótica han habido diferentes esfuerzos para llegar al trabajador sintético esclavo: sistemas expertos, máquinas de ensamblaje, IA simbólica y más recientemente la IA generativa. La IA generativa no solo ha transformado la interacción de las personas con la computadora, internet y la información digital, sino que ha preparado el camino para una mayor integración de la humanidad con entidades sintéticas, especialmente gracias a las habilidades de lenguaje natural en el cómputo.

Y si bien el lanzamiento de los grandes modelos de IA generativa no implicó un despido de la fuerza laboral a gran escala, el camino no termina ahí, sino que es solo un paso, ya que lo siguiente en el panorama son los agentes de IA. 

Un agente de IA puede definirse como una entidad con cierto nivel de autonomía, la cual percibe su entorno a través de sensores y le permite tomar acciones por medio de actuadores con el fin de alcanzar metas específicas; los agentes de IA pueden ser solo software, estar montados en hardware o ambas. 

De las características más importantes de los agentes de IA es que éstos no sólo serán reactivos, sino que en algunos casos tomarán decisiones y acciones por sí mismos. Entre los diferentes tipos de agentes de IA que encontraremos en el futuro son: Agentes reactivos: actúan con base a reglas predefinidas y no tienen memoria de estados anteriores; agentes basados en modelos: mantienen un modelo interno del entorno y toman decisiones considerando el estado actual y pasado; agentes basados en objetivos: tienen metas específicas y toman decisiones para alcanzarlas; agentes basados en utilidad: no solo buscan alcanzar metas, sino que también optimizan algún criterio de utilidad; agentes de aprendizaje: pueden mejorar su desempeño con el tiempo mediante técnicas de aprendizaje automático.

Mas allá de lo sorprendente que parece que serán los agentes de IA, cabe señalar que éstos aún están en fase de pruebas y estudio; sin embargo, cuando sean lo suficientemente confiables para llegar al mercado prometen un gran impacto en diversas áreas humanas:  el mercado laboral; las relaciones sociales; la valuación de la tecnología de IA y su lugar en la vida humana; la competencia geopolítica y, en general, en la lógica del trabajo y su lugar en la sociedad. 

Otro de los riesgos que se avisora es el empeoramiento de las condiciones de trabajo para aquellos quienes aún tengan trabajo, así como la amenaza constante de la sustitución, ya que a diferencia de las personas, las máquinas no se cansan, no necesitan comer, no piden un sueldo, no necesitan vacaciones, ni mucho menos piden un aumento o amenazan con huelgas y sindicatos; así que si los gobiernos no actúan, las condiciones laborales y sociales serán mucho peores en el futuro. 

El sector que se encuentra más expuesto a estos problemas es el de los servicios y los trabajos de oficina, por lo que países cuya economía se compone en buena medida de estos trabajos será fuertemente golpeada, por lo que será más que imprescindible la acción de los Estados para buscar soluciones al problema que se avecina: un ingreso básico universal, la creación de soluciones tecnológicas nacionales, el establecimiento de impuestos digitales… ya dependerá de cada Estado el buscar blindar su economía y a su población. 

Dado el nivel de avance de los agentes de IA es probable que en un principio el área más afectada sea el trabajo, aunque en un futuro cercano y conforme los agentes de IA se adapten en otras áreas, la presencia de agentes de IA podrá afectar ámbitos emocionales, políticos y sociales, por lo que la atención gubernamental será prioritaria.