A dos años de la guerra de Ucrania

El pasado 24 de febrero se cumplieron dos años de la invasión de Rusia a Ucrania. Una guerra de alta intensidad y convencional que no se veía desde hacía mucho tiempo. En ese espacio vamos a analizar algunas de las consecuencias que ha habido y delinear hacia donde dirige. 

Se pensaba que después de la caída del muro de Berlín, el colapso de la URSS y el fin de la guerra fría el mundo iba hacia una globalización y pacificación, el fin de la historia lo llamaba el historiador Fukuyama. Sin embargo, no fue así.

Cuando las tropas de elite de la división aerotransportada (VDV por sus siglas en ruso) se lanzaban sobre el aeropuerto Gostomel de Kiev, el mundo se paralizó, no había visto una guerra convencional entre estados en mucho tiempo y mucho menos en Europa.  Las guerras de la segunda mitad del siglo XX habían sido guerras asimétricas entre estados o en general entidades no gubernamentales, guerras en donde solo participaban los ejércitos profesionales durante un tiempo determinado, como las guerras de Irak, Afganistán, las guerras yugoslavas o los conflictos en África. 

Esta intervención había comenzado igual, el Kremlin pensó en una guerra corta, en tomar Kiev en tres días, decapitar el gobierno ucraniano con una victoria rápida. 

Las formaciones de batalla de inicio de la guerra estaban pensadas más en una operación policial punitiva que en una guerra, tal como había sucedido en Budapest en la revolución húngara de 1956 o en la primavera de Praga en 1968, en donde el ejército ruso apenas y encontró resistencia. Sin embargo la defensa de Kiev y Jarkov demostraron que el ejército ucraniano con ayuda de sus aliados occidentales podía derrotar al ejército ruso.

Las sucesivas victorias del ejército ucraniano liberando el asedio de la capital y liberando los oblast de Jarkov y Jersón demostraron que sería una guerra diferente, con un grado de complejidad apenas conocido con el uso masivo de todo tipo de armamento ofensivo y defensivo. 

 El daño a la imagen del ejército ruso ya estaba hecho, no había podido tomar o mantener alguna de las grandes ciudades ucranianas y no había logrado su cometido político de influir directamente en el gobierno ucraniano. 

No obstante, el segundo año de la guerra comenzó con una movilización parcial en Rusia, en donde jóvenes que ya no eran parte el ejército profesional eran obligados a unirse a las filas en actos de conscripción. A partir de esto la población empezó a sentir las consecuencias de la guerra en carne propia, en un conflicto que acaba con recursos humanos y materiales que no se ve que vaya a tener fin al menos este año y el estancamiento del frente recuerda a las imágenes de la primera guerra mundial.

Este acercamiento a la guerra es algo que las sociedades posmodernas hemos estado alejados desde hacía mucho tiempo. En occidente solo los soldados profesionales estaban conscientes y preparados para ello, sin embargo a la población en general le resultaba algo muy improbable y en ese sentido tenemos que dejar en claro que la guerra no debe nunca sustituir a la política y debemos velar por la resolución pacífica de los conflictos.