Suprema Corte, una oposición al Poder dentro del Poder

Todos los movimientos políticos ocurriendo en este momento a lo largo y ancho del continente tienen un punto en común. En cada historia deben existir dos partes, un principal y un antagónico, si nos apoyamos en Marx encontramos que la historia se define como la lucha de clases sociales. Entonces se podría decir que la historia se define como una eterna lucha por el ejercicio del poder entre dos o más partes, cada una con miembros e intereses económicos interconectados. 

Los tiempos que nos han tocado vivir son históricos, a nivel continental países intercalan entre derecha e izquierda; en Estados Unidos entre Republicanos y Demócratas. ¿Cuál es el punto en común? La oposición, pues en todas estas naciones se oculta dentro de otro Poder, el Judicial. Ahora comprendemos el enojo Presidencial cuando la nueva Ministra Presidenta no se levantó ni hizo reverencia alguna ante el primer mandatario. 

Nunca el golpe contra Cristina Fernández hubiera procedido sin la ayuda de la Suprema Corte Argentina, pues ellos fueron quienes se encargaron de dar veredicto y con golpe de mallete sellar el futuro de quien en el pasado hizo por más de un período de la Casa Rosada su hogar. A Pedro Castillo la Suprema Corte se encargó escribir su final, pues en Perú, fue el poder Judicial quien en contra del Ejecutivo veta la disolución del Congreso y acusa de autoritario a quien en ese momento era Presidente del Imperio Inca. En Estados Unidos una Suprema Corte tiene en la mira a Donald Trump, pues en estos momentos es considerado el enemigo número uno de la democracia nacional y hay que sacarlo de la contienda antes de que sea candidato, pues los Demócratas se han dado cuenta que van a perder la próxima elección y es de importancia que si va a llegar un Republicano a la oficina de Avenida Pensilvania llegará el menos fuerte de los candidatos. Trump fue el primero en crear una iniciativa de Ley encargada de catalogar a los cárteles mexicanos como grupos terroristas, ahora sus compañeros Republicanos buscan revivir aquellas fojas olvidadas. 

El mes pasado, 21 Fiscales de distintos estados enviaron una carta al Presidente Biden pidiendo catalogar a los Cárteles como grupos terroristas, pues la producción de fentanilo está acabando con la clase obrera americana. A finales de febrero el Departamento de Estado en un informe enviado al Congreso dio a conocer que los Cárteles nacionales no tienen relación con Grupos Terroristas, eso no fue suficiente al parecer pues el Congresista Dan Creenshaw presentó un proyecto de ley para que las tropas americanas operen en suelo mexicano “It looks like México needs some liberty”. 

Es de pensar dos veces la legitimidad del americano por defender nuestra soberanía. Todos sabemos que el trasfondo de la guerra consiste en apoderarse de los recursos extraídos del país vencido y una guerra contra el narco es la excusa perfecta para que los Americanos tomen posesión del norte, la región más nutrida en Litio del país y justo antes de que comiencen los tratados del Nearshoring, modalidad económica que acelerará la producción de chips y toda la industria tecnológica. Suena a una excelente técnica para mantener el control sobre su economía, situación que harían todo por componer, si ya se atrevieron a una guerra en Europa claro que podrían operar en territorio mexicano.

Regresemos a nuestra Suprema Corte, a nuestra Ministra Presidenta y a su acto de rebeldía presidencial. El quedarse sentada y no saludar al Presidente Obrador no fue solamente una omisión del protocolo, fue un acto de contrapeso al poder Ejecutivo, recalcar que en México no hay absolutos y hacer entender que la Suprema no acata órdenes de nadie ni se doblega ante nada. La Corte al igual que el Yunque no se dobla, quizá por eso se lleven bien con los Panistas. El segundo acto de rebelión del régimen hacia el régimen fue liberar a Rosario Robles y cerrar toda investigación por los desvíos en la Estafa Maestra. Todos conocemos que la relación entre nuestro Presidente y la ex Secretaria de Desarrollo Social no es la mejor y que el ordenar su liberación más que la ejecución de una orden judicial es decirle a aquellos que la pusieron ahí “el juego ha cambiado”. Quizá la actividad más reciente y alarmante de nuestra Ministra Pimentel sea la reunión del día jueves con Ken Salazar, embajador de USA en nuestro País, trataron y les cito “asuntos generales de interés bilateral que permitirán lazos de diálogo y cooperación” así aseveró el embajador Norteamericano en un comunicado ese mismo día más tarde.  ¿Qué habrán tratado en realidad? Quién sabe, lo que sí podemos estar seguros es que reuniones como esta ocurrieron en el Congreso de la Nación Argentina, en el Congreso del Perú y en la toma del Capitolio hace ya algunos meses. Si yo fuera presidente más de un ojo les pondría, pues puede resultar una llama que en vez de iluminar lo construido llegue a quemar todo desde sus cimientos. 

Aquí le dejo mi columna de hoy estimado lector, esperando se encuentre bien, uno por acá se encuentra que es ganancia y para no perderme nos leeremos la siguiente semana, me despido emulando al gran Buendía y como siempre a lo dicho, dicho.