A inicios de mayo dos estados europeos celebraron procesos electorales que mostraron el avance de la extrema derecha a nivel mundial. El pasado 4 de mayo de 2025, Rumania celebró elecciones cuyos resultados reflejaron una tendencia observable en varios países de Europa Oriental (como Polonia y Hungría): el avance de los partidos de ultraderecha. George Simion, candidato de la Alianza para la Unión de los Rumanos, un partido de extrema derecha, obtuvo más del 40 % de los votos en la primera vuelta de las elecciones presidenciales. Aunque participaron múltiples postulantes, los principales candidatos fueron George Simion, de la Alianza para la Unión de los Rumanos; el exalcalde de Bucarest y miembro del partido de centroderecha Unión Salvemos Rumanía, Nicușor Dan; y Crin Antonescu, expresidente del Partido Nacional Liberal y del Senado de Rumania, quien se postuló por la coalición integrada por el Partido Socialdemócrata de Rumania y el Partido Nacional Liberal. Los resultados arrojaron una victoria de Simion con el 40 % de los votos, mientras que Dan y Antonescu apenas superaron el 20 % cada uno.
Los datos geográficos revelan un fuerte respaldo al representante de la extrema derecha: en 35 de los 41 judetes (distritos), la Alianza para la Unión de los Rumanos se impuso, siendo derrotada solo en Bucarest, Bihor, Cluj, Covasna, Harghita y Satu Mare. Crin Antonescu, candidato del Partido Socialdemócrata y del Partido Liberal, quedó en tercer lugar y, al no avanzar a la segunda vuelta, presentó su renuncia como primer ministro de Rumania el lunes 5 de mayo. El país se prepara ahora para la segunda vuelta electoral, que se celebrará el 18 de mayo, entre George Simion y Nicușor Dan. En los últimos meses, Simion ha mostrado afinidad con las políticas de Vladimir Putin y Donald Trump, y ha colaborado con Călin Georgescu, ganador de la primera vuelta electoral de las elecciones de 2024.
Estas elecciones fueron convocadas en enero de 2025, tras la anulación de los comicios presidenciales celebrados en noviembre de 2024. El 6 de diciembre de 2024, a menos de 48 horas de la segunda vuelta, el Tribunal Constitucional de Rumania, en un hecho sin precedentes, declaró que hubo injerencia extranjera por parte de Rusia a favor del candidato de extrema derecha Călin Georgescu y ordenó la cancelación de las elecciones. Los resultados de la primera vuelta en 2024 evidenciaron la crisis de legitimidad que atraviesan los partidos tradicionales: Marcel Ciolacu, del Partido Socialdemócrata, quedó en tercer lugar con el 19.1 %, y Nicolae Ciucă, del Partido Nacional Liberal, cayó al quinto puesto con apenas el 8.7 %. A su vez, figuras como Călin Georgescu (22.94 %) y George Simion (13.8 %), representantes de la extrema derecha rumana, ocuparon el primer y cuarto lugar respectivamente. También destacó el crecimiento de la Unión Salvar Rumanía, liderada por Elena Lasconi, que obtuvo el 19.1 %.
Un año después, se observa un aumento del respaldo electoral a la extrema derecha, que pasó de sumar el 35 % de los votos en dos candidaturas a concentrar poco más del 40 % en una sola candidatura. Cabe señalar que Georgescu ganó en 2024 impulsado por una campaña predominantemente digital (especialmente gracias a su TikTok), con el apoyo explícito de Elon Musk y J. D. Vance, promoviendo la autosuficiencia agraria rumana y lanzando duras críticas contra la Organización del Tratado del Atlántico Norte (OTAN).
La comparación con las elecciones legislativas de 2020 permite dimensionar el rápido ascenso de la extrema derecha en Rumania. En las elecciones legislativas de 2020, la Alianza para la Unión de los Rumanos obtuvo apenas el 9 % de los votos para la Cámara de Senadores y la de Diputados, lo que se tradujo en 14 de 136 senadores y 33 de 330 diputados. En contraste, liberales y socialdemócratas superaron el 50 % de los votos, alcanzando 47 y 41 curules respectivamente en la Cámara de Senadores. Para las elecciones legislativas de 2024, la situación cambió drásticamente: el partido de extrema derecha liderado por Simion se consolidó como la segunda fuerza política nacional, con 28 de los 136 curules en la Cámara de Senadores. Aunque la Socialdemocracia Rumana fue el partido más votado en las legislativas de 2024, la única agrupación que logró avances significativos fue la Alianza para la Unión de los Rumanos. Las elecciones legislativas de 2024 marcaron un retroceso para los partidos tradicionales: el Partido Socialdemócrata registró su peor resultado desde 1996, y el Partido Liberal también sufrió una caída notable.
Por otro lado, en el occidente del continente europeo, el 1 de mayo de 2025, alrededor de catorce millones de británicos participaron en elecciones locales, en las que se eligieron 1,641 concejales, 23 autoridades locales y 6 alcaldes. Los temas centrales de la campaña fueron la economía y la migración. Esta jornada electoral se desarrolló nueve meses después de las elecciones generales de julio de 2024, en las que el Partido Laborista obtuvo el 33.7 % de los votos y se consolidó como fuerza de gobierno en la Cámara de los Comunes con 406 de los 650 escaños. En esa misma elección, un pequeño partido, Reform UK, liderado por Nigel Farage (político ultraconservador, cercano a la extrema derecha británica, antimigración, promotor del Brexit, amigo de Donald Trump y participante de la Conferencia Política de Acción Conservadora) logró cinco escaños, incluido el escaño del propio Farage por Clacton-on-Sea, convirtiéndose en una fuerza minoritaria dentro de la política británica.
A menos de un año de la elección general, es evidente una transformación en el panorama electoral del Reino Unido y en el arco ideológico. Los comicios de 2025 reflejan una crisis de apoyo a los partidos tradicionales y un desplazamiento del voto hacia candidatos de extrema derecha. La victoria de Reform UK sugiere que este partido podría convertirse en un actor relevante en las próximas elecciones parlamentarias, e incluso reemplazar a algunas de las fuerzas políticas tradicionales (probablemente al Partido Conservador). Esta elección representó un desafío significativo para los partidos tradicionales, siendo los primeros comicios desde que Keir Starmer asumió como primer ministro del Reino Unido (además de ser líder del laborismo británico) y Kemi Badenoch como líder de la oposición y del Partido Conservador.
Contra todo pronóstico, los resultados de la elección del pasado 01 de mayo favorecieron al partido de extrema derecha Reform UK, que obtuvo aproximadamente el 30 % de los votos, frente a 20 % del Partido Laborista y 15 % del Partido Conservador. Estos porcentajes reflejan el descontento de un sector del electorado preocupado por la migración y que demanda una reforma que reduzca la migración considerada ilegal, la reestructuración del sistema de salud pública y mejoras en la economía británica. Estas inquietudes, especialmente las relacionadas con la migración, han sido capitalizadas por los movimientos de extrema derecha. Nueve meses después de las elecciones de 2024, la aprobación del gobierno de Keir Starmer se sitúa por debajo del 50 %.
Aunque estas dos elecciones podrían parecer de menor importancia, en un contexto marcado por la crisis institucional de los partidos tradicionales y el ascenso de fuerzas de extrema derecha, adquieren una relevancia considerable. Ambas elecciones muestran una tendencia creciente de apoyo a partidos de extrema derecha en distintas regiones del continente. Es posible que las elecciones de 2025 anticipen escenarios clave en el corto y mediano plazo. La ultraderecha ha sabido capitalizar el descontento con la política convencional y avanza con rapidez en un contexto definido por la crisis.
Mapa 1. Elecciones en Rumania 2025. Porcentaje de votación por judete (distrito) para el candidato de extrema derecha George Simiones
Datos: Corte Constitucional de Rumania, 2025. Elaboración propia.
Mapa 2. Elecciones en Rumania 2025. Ganador de la Primera Vuelta de la Elección presidencial de 2025 por judete (distrito)
Datos: Corte Constitucional de Rumania, 2025. Elaboración propia.