¿Qué representa Genaro García Luna?

El reciente e histórico juicio del ex secretario de seguridad pública Genaro García Luna, del que se hablará por mucho tiempo, es un suceso trascendental para el ámbito público de México y de Estados Unidos. La relevancia de García Luna no solo es por el peso político, también es por lo que representa para la clase política y para el Estado mexicano. En la discusión pública y en muchos espacios – en su mayoría y convenientemente – , se enfocan en hablar de sus delitos, y a veces de su contexto.

García Luna llegó a escalar dentro del aparato policial del Estado hasta convertirse en un actor político relevante, al grado de pasar de ser un policía hasta llegar a ser un secretario de estado y a crear la estrategia de seguridad en el gobierno de Felipe Calderón. Que esto haya sucedido es porque el sistema político mexicano, su clase política, el Estado mismo con sus poderes soberanos, sus instituciones y leyes son tremendamente endebles; al grado que un delincuente haya podido superarlas y hasta subordinarlas. 

El debate público debería profundizar sobre cómo y por qué Genaro pudo realizar todos sus crímenes sin que se encontrara con límites siquiera, y como crear mecanismos para evitar que alguna vez se repita o haya fenómenos análogos. Que Genaro haya podido superar al Estado mismo debería de preocuparnos y ocuparnos, y para nada solo quedarse en unos titulares en medios y discusiones vacuas.

Hablando de los medios, García Luna también tuvo cercanías y lealtades en los medios de comunicación corporativos, hasta logró construir una imagen de la que se presumía que podría iniciar una campaña presidencial; no hay que olvidar los terribles montajes del caso Cassez-Vallarta. Genaro encontró poco escrutinio de los medios y periodistas, salvo muy honrosas excepciones. Tampoco olvidar que financió una serie de acción, “El Equipo” en Televisa para intentar ganar aún más popularidad. 

Otro elemento que hasta llega a ser perturbador, es que García Luna, también tenía acceso a sistemas de inteligencia, espionaje y contra espionaje del Centro de Investigación y Seguridad Nacional (Cisen), Policía Federal, la extinta Agencia Federal de Investigación (AFI), y cualquier otra organización que haya accedido y que muy probablemente no sea público, y que a su vez, esa información la haya usado a su conveniencia, y para sus crímenes. Deberíamos tener una discusión urgente sobre los aparatos de seguridad del Estado mexicano. 

Tampoco hay que olvidar que García Luna también logró obtener el respaldo de una buena parta de la Iniciativa Privada (IP), al menos de varios de sus actores más públicos como de sus “ONGs”. Ese sector privado también le brindó beneficios, hasta el mismo Genaro creó empresas de seguridad y proporcionó servicios a otras empresas. 

Tenemos que enfrentar una discusión pública difícil y muy necesaria sobre la figura de García Luna y todo lo que representa porque ahí se ve reflejada una dura realidad que no hemos superado del todo.