Durante los dos últimos meses, hemos visto, por lo menos en una red social (la preferida por la oposición moral y electoralmente derrotada) una campaña intensa de la Suprema Corte de Injusticia de la Nación, donde se ha dedicado a difundir, no lo que hace el poder judicial, sino lo que piensan algunos ministros, no todos, sino solo los que van en contra de la Reforma Constitucional del Poder Judicial de la Federación.
Pero la ceguera de la derecha, de la oligarquía corrupta y de la oposición, no les permite ver que, esa campaña tan feroz de la Suprema Corte, la han realizado en la red social que tiene más seguidores de ellos mismos, es decir, buscan influir en aquellos que de por sí ya están convencidos de mantener un poder judicial a modo, con el propósito de detener el avance de la Cuarta Transformación. (Y aun se preguntan por qué perdieron de esa forma tan abrumadora)
Por lo menos, hoy el Poder Judicial está utilizando el dinero en publicidad, pues desde hace 30 años no existía ese gasto, todo se lo repartían entre ellos mismos.
La reforma del Poder Judicial Federal se ha tornado en la bandera le lucha de la oposición, no porque sea buena o mala, sino porque es una especie de revancha contra el Pueblo de México, actitud que no ayuda en nada a la formación y transformación del Poder Judicial ni del país.
El verdadero debate es en realidad, la forma de elección de los jueces, magistrados y ministros; algunos señalan que el sustituir a más de 1600 jueces en un solo acto, traería un descontrol y un problema mayor del Poder Judicial, cosa que es totalmente falsa.
Sabemos que el Juez, no es el único que trabaja en un juzgado, pues existen secretarios de acuerdo o de estudio y cuenta o proyectistas, e incluso un sinfín de personal que laboran en el mismo y que en muchos casos, son quienes en realidad realizan los acuerdos y llevan a cabo los procesos y proponen el sentido de la sentencia.
Así, al elegir a un Juez, no detendrá en nada la impartición de justicia, pero sí habría una responsabilidad superior del juez de estar atento y revisar lo que se lleva a cabo en su juzgado y lo que se propone como resolución o sentencia.
Ahora bien, en materia se justicia oral, principalmente en jueces penales, no se requiere nada, más que el conocimiento de la ley y los principios constitucionales y legales para poder dictar sentencia, pues al ser juicios orales, no existirá retraso alguno, incluso estamos seguros de que se agilizarán todos los procesos, pues llegarán sin tener compromisos, acuerdos y compadrazgos que los hagan detener un proceso o liberar a delincuentes o juzgar a inocentes.
El gran temor de quienes detentan el control en el Poder Judicial Federal, es sin duda alguna, el que incluso ellos sean juzgados por jueces imparciales y sin compromisos, lo que llevaría, sin duda alguna también, a que ellos sean declarados culpables, principalmente por actos delictivos de Corrupción.
Ante ello, los discursos y los llamados de ayuda de algunos ministros, se traducen en una desesperación por no perder los privilegios y el control de ese poder, que les permita mantener la trinchera contra las reformas que busquen un beneficio para el pueblo.
Los ministros no están preocupados por los jueces y magistrados, sino por ellos mismos, pues sabes que de aprobarse la reforma, los primeros en dejar el cargo son ellos, y con ello las reformas constitucionales y legales que beneficien al Pueblo no podrán ser declaradas nulas, como hasta hoy lo han venido haciendo.
No cabe duda que estamos viviendo una etapa importante en la vida de la Nación, en la vida de nuestro país, donde los oligarcas corruptos suplican al pueblo que no les quiten sus privilegios; y la ironía es que le suplican al pueblo que nunca fue visto como igual, sino como esclavos; es por eso que hoy por hoy, la frase del Presidente Andrés Manuel López Obrador retumba en los oídos de la oligarquía y de todos los opositores “amor con amor se paga”, pero también el olvido y el desdén, llega el momento que se paga de la misma forma.
Y que vayan haciendo maletas los jueces locales, pues una vez que la Reforma Constitucional se apruebe, en cascada se llevará a cabo la reforma en las Constituciones de cada Estado de la República Mexicana, para elegirlos de forma directa a todo juez y magistrado locales.