En México, el debate sobre la "sobrerrepresentación parlamentaria" ha ganado fuerza recientemente, especialmente tras las elecciones en las que Morena y sus aliados lograron una victoria abrumadora, obteniendo una mayoría significativa en ambas cámaras del Congreso. La oposición sostiene que esta sobrerrepresentación es engañosa y antidemocrática, argumentando que, si Morena ganó con el 54% de los votos, debería tener un porcentaje similar de representantes. Sin embargo, esta interpretación simplista ignora la complejidad del sistema electoral mexicano.
La Constitución mexicana establece límites específicos para evitar una sobrerrepresentación excesiva. Según el Artículo 54, la sobrerrepresentación de cualquier partido no debe exceder el 8% de su porcentaje de votos en las diputaciones plurinominales. No obstante, las coaliciones pueden acumular más escaños debido a la suma de sus votos, permitiendo una mayor representación total que, en algunos casos, puede superar este límite cuando se considera a los partidos de manera individual.
En las elecciones más recientes, Morena y sus aliados obtuvieron alrededor del 56% de los votos, pero lograron asegurar aproximadamente el 74% de los escaños en la Cámara de Diputados, lo cual ha generado acusaciones de sobrerrepresentación por parte de la oposición. Este fenómeno se debe en parte al sistema mixto de representación utilizado en México, que combina distritos de mayoría relativa con una asignación proporcional de escaños plurinominales.
En términos de datos duros, Morena y sus aliados ganaron 256 de los 300 distritos de mayoría relativa, y se espera que reciban una proporción significativa de los escaños plurinominales, consolidando así su control en la Cámara de Diputados y en el Senado. Esto les permite una mayoría suficiente para aprobar reformas importantes sin necesidad de apoyo adicional de otros partidos.
La oposición, aunque con menos representación directa, se beneficia proporcionalmente más de los escaños plurinominales, lo que asegura una pluralidad política dentro del Congreso. Sin embargo, la diferencia en la distribución de escaños sigue siendo un punto de controversia y discusión legal. El debate sobre la sobrerrepresentación en México refleja tensiones profundas sobre cómo se debe interpretar y aplicar el sistema de representación proporcional, destacando la necesidad de una posible reforma electoral que equilibre mejor la representación de las diferentes fuerzas políticas del país.
Pero más allá de eso, el "argumento" de la "sobrerrepresentación" no debe ser la excusa con la cual se pretenda socavar la voluntad popular expresada en las urnas.