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  • 28 Feb 2023
  • 18:02
  • SPR Informa 6 min

OpenAI, ChatGPT y la ruta hacia una Inteligencia Artificial General: entre la publicidad y la propiedad privada

OpenAI, ChatGPT y la ruta hacia una Inteligencia Artificial General: entre la publicidad y la propiedad privada

Por Ernesto Ángeles .

La semana pasada la empresa detrás de ChatGPT, OpenAI, presentó el documento titulado “Planning for AGI and beyond”, el cual se trata de una “guía” general del camino que la empresa quiere seguir para el desarrollo de  una Inteligencia Artificial General, mejor conocida como AGI, por sus siglas en inglés. Pese a que el documento cuida bastante la posición de OpenAI como empresa responsable, no deja ser un compendio de buenos deseos, esperanza y publicidad; con algunos rastros de preocupaciones legítimas que, desgraciadamente, parece que olvidaron antes de lanzar su producto estrella, ChatGPT.

Antes de entrar de lleno en el análisis del texto de OpenAI, es necesario explicar algunos conceptos con el fin de contextualizar la conversación y desmontar algunos mitos que la publicidad y la imaginación han vuelto moneda corriente en los debates sobre Inteligencia Artificial (IA en lo sucesivo).

Para comenzar, podría decirse que existen tres categorías de lo que una IA puede hacer: la IA “estrecha”, también conocida como IA débil, la cual es el tipo de IA más extendida hasta el momento, esta se caracteriza por poder realizar cierto tipo de tareas de manera mucho más sobresaliente que los humanos; sin embargo, dada su poca versatilidad, sólo pueden efectuar un limitado número de acciones y nada más; en este tipo de IA encontramos una serie de tareas que se pueden separar en: hipersonalización; sistemas autónomos; análisis predictivo y toma de decisiones; conversación e interacción humana; detección de patrones y anomalías; reconocimiento y sistemas orientados a metas https://www.aidatatoday.com/the-seven-patterns-of-ai/

Por otro lado está la denominada “Inteligencia Artificial General”, también conocida como IA fuerte, la cual, teóricamente, podría realizar cualquier tipo de tarea  intelectual que el ser humano es capaz de ejecutar: razonar, representar conocimiento, planear, aprender, comunicarse en lenguaje natural y la habilidad de integrar estas habilidades para la realización de un objetivo, necesitando en el proceso una serie de sensores y actuadores; sin embargo, esta IA aún presentaría la notable ausencia de auto consciencia, según algunos autores.

 

Por último está la Súper Inteligencia Artificial, ASI, por sus siglas en inglés, la cual sería capaz de superar la inteligencia humana al manifestar capacidades cognitivas y desarrollar habilidades de pensamiento propias, lo que incluiría no sólo la cognición, sino también la conciencia, creencias, deseos, inteligencia emocional, experiencias subjetivas, entre otras características consideradas “humanas”https://www.spiceworks.com/tech/artificial-intelligence/articles/super-artificial-intelligence/.

 

En este punto es importante señalar que tanto la AGI como la ASI son meras especulaciones teóricas, las cuales dependen bastante de lo que se entienda por “inteligencia” y por la propia agencia y condición humana, la cual no sale de la ecuación en ningún momento, sino que está y estará siempre presente, aún cuando diversas vertientes de desarrollo de IA ni siquiera se basen en un modelo humano de inteligencia y procesamiento de información. Además, usualmente estas narrativas tienden a oscurecer el rol y la necesidad del hardware y el mundo físico, ya que entre más “inteligente” sea un programa, más necesitará de recursos constantes como: energía, capacidad de procesamiento, sensores y actuadores, los cuales, sobra decir, están y estarán sujetos al principio de posesión y propiedad privada, por más que repitan hasta el cansancio el credo de la democratización de acceso.

 

Dicho lo anterior, es hora de comenzar con el análisis de la ruta de acción de OpenAI en la creación de una AGI, el cual no es el único proyecto, sino que al 2020 habían 72 proyectos de investigación y desarrollo activos en 37 países.

 

El texto de OpenAI,“Planning for AGI and beyond” https://openai.com/blog/planning-for-agi-and-beyond, comienza asegurando que: su misión es garantizar que la inteligencia artificial general -beneficie a toda la humanidad. Más adelantan aseguran que:  Si se consigue crear la AGI, esta tecnología podría ayudarnos a elevar la humanidad aumentando la abundancia, turboalimentando la economía global y ayudando a descubrir nuevos conocimientos científicos que cambien los límites de lo posible. La AGI tiene el potencial de proporcionar a todo el mundo nuevas capacidades increíbles; podemos imaginar un mundo en el que todos tengamos acceso a ayuda para casi cualquier tarea cognitiva, proporcionando un gran multiplicador de fuerza para el ingenio y la creatividad humanos.

 

No se necesita ser un experto para identificar la publicidad e idealismo infundado que acompañan las anteriores líneas, empezando por ¿Cómo exactamente se beneficiaría toda la humanidad de un producto sujeto a las leyes del copyright y cuyo soporte físico se rige en buena parte a través de la propiedad privada?  Y es que hablan de incrementar la abundancia y “turbo alimentar” la economía global, aún cuando se sabe desde hace mucho que la causa de muchos problemas sociales no es de la abundancia o el dinamismo económico, sino de la desigualdad social y el reparto inequitativo de bienes y propiedades, cosa que no parece solucionar una AGI, sino todo lo contrario.


Además, de alguna manera se cree que una AGI puede ser un multiplicador de las capacidades humanas, sobre todo en materia cognitiva, la pregunta aquí es ¿Cómo un producto que está diseñado para igualar o superar las capacidades cognitivas de la humanidad puede ayudar a la humanidad a mejorar en vez de suplantarla, sobre todo en los centros de trabajo? Porque aquí el detalle es la construcción de programas a imagen y semejanza de la humanidad con el objetivo de suplantarla en diversas labores y no como un auxiliar y respaldo de las capacidades humanas, tal como lo propone la perspectiva de la Inteligencia Aumentada frente a la Inteligencia Artificial. En este sentido sólo basta analizar el impacto de las tecnologías digitales sobre ciertas capacidades humanas como la concentración, la habilidad crítica, la capacidad de detectar información falsa o la capacidad analítica en el ancho de la población, sobre todo en las nuevas generaciones.

 

Más adelante OpenAI delinea el tipo de AGI que quieren, lo más llamativo aquí es el punto dos, el cual propone:  2. Queremos que los beneficios de la AGI, el acceso a ella y su gobernanza sean amplia y equitativamente compartidos. Más adelante rematan: En general, creemos que un mayor uso de la IA en el mundo será positivo, y queremos promoverlo...Creemos que un acceso democratizado también conducirá a más y mejores investigaciones, a un poder descentralizado, a más beneficios y a un conjunto más amplio de personas que aporten nuevas ideas.

 

Aquí es importante tener en cuenta los detalles entre la democratización de acceso y la propiedad pública, ya que de un tiempo a la fecha el modelo del “open-source software” es promocionado por las empresas de tecnología como una panacea, aún cuando las empresas sean las más beneficiadas de este modelo y la co-creación de internet; ya que el open-source no es necesariamente  gratis y, más aún, se encuentra protegido por la ley de copyright, lo que conlleva consideraciones como: el creador dicta lo que le es permitido o no al usuario con el código, así como las cláusulas de uso, el código fuente, las re-licencias y demás restricciones comerciales, a diferencia del software de dominio público, el cual debería ser el modelo de funcionamiento tales empresas de IA si de verdad quieren beneficiar a la humanidad; sin mencionar el problema de la propiedad del hardware, el cual no se molestan siquiera en mencionar.

 

Y pese a que el documento menciona brevemente posibles riesgos y la necesidad de auditorías externas, el carácter general de la publicación es positivo, idealista, romántico y publicitario, tal como lo evidencia el párrafo: Dado que el lado positivo de la AGI es tan grande, no creemos que sea posible o deseable que la sociedad detenga su desarrollo para siempre; en su lugar, la sociedad y los desarrolladores de la AGI tienen que averiguar cómo hacerlo bien.

 

Lo anterior se puede interpretar de la siguiente manera: mientras que la empresa y sus inversores están encargados de dictar el tipo de tecnología que quieren, las soluciones a los problemas se relegan a la sociedad en general, justo como ha pasado con problemas tan grandes y acuciantes como la contaminación ambiental, entonces ¿La sociedad debe cargar con la socialización de riesgos, errores y demás calamidades generadas por un actor privado (y buscar soluciones); mientras que, paralelamente, las capacidades de poder y ganancias se centralizan bajo un supuesto modelo de derrama de beneficios? Y vaya que el  CEO de OpenAI lo tiene bastante claro, ya que hasta cuenta con su bunker en caso que todo termine mal https://www.genbeta.com/actualidad/ceo-openai-tiene-bunker-preparado-su-compania-planifica-como-hacer-frente-a-creacion-ia-fuerte

 

En conclusión: nada en esta vida está fijado ni es determinista, tal como usualmente las empresas de tecnología lo presentan; por tanto, los productos tecnológicos pueden ser dotados de diferentes características, estructuras y funcionamiento, el cual debería escapar del neoliberalismo rapaz y profundamente desigual que ha dominado varias décadas a nivel mundial. Sin embargo, la noción de un producto que tenga por objeto suplantar al humano en diversas actividades, sin cambiar el modelo político, económico y social, sólo podría tener como consecuencia lógica la profundización de  peligros, riesgos, desigualdades y demás situaciones propias del sistema social y NO al revés, dado que NO HAY TECNOLOGÍA QUE OBRE MILAGROS.