Hablemos de cuidados

El 12 de marzo de este año, se aprobó en la Cámara de Diputados la reforma y adición de diversas disposiciones de la Ley General de Desarrollo Social, modificando los artículos 49 fracción I, 51 y 60.

Dicha iniciativa busca promover la creación de políticas públicas que tengan como finalidad los cuidados, mediante su regulación, su articulación con programas, estrategias y acciones por parte del Estado; así como con la promoción de la responsabilidad compartida de los cuidados, entre sociedad civil, sector privados y Estados.

Pero ¿a qué nos referimos cuando hablamos de cuidados? Hablamos de que hay personas que se dedican a cuidar a otras personas, ya sea porque se trata de infancias, personas con discapacidad o personas mayores, pero tienen esa responsabilidad de estar al pendiente de alguien más.

Los trabajos de cuidados requieren mucho tiempo, esfuerzo y dedicación, verdaderamente es un trabajo que no es remunerado. Existen dos tipos de labores de cuidado: directas e indirectas. Las labores de cuidado directas son todas aquellas se brindan mediante la interacción con la persona a cuidar, como darle de comer, bañarle, vestirle; mientras que las labores de cuidado indirectas no requieren una interacción personalizada, pero tienen como finalidad atender a otra persona, como prepararle de comer, lavarle la ropa, mantener limpio el espacio donde se desarrolla, etc.

Si nos ponemos a pensar, en la mayoría de nuestras casas y familias ¿quiénes realizan este tipo de labores? Pues las mujeres, de acuerdo con el INEGI, el 76% de las labores domésticas en México, son realizadas por mujeres.

Por esto hablar de los derechos de las personas que requieren ser cuidadas y de las personas cuidadoras es tan importante, porque se trata de proveerles de condiciones de dignidad, calidad e igualdad y reconocimiento, además de que tiene por objetivo seguir acortando la brecha de desigualdad entre hombres y mujeres.

Si bien la Cámara de Diputados aprobó el dictamen para reformar la Ley General de Desarrollo Social (falta que sea aprobada por el Senado), lo cierto es que desde el año 2020 esta misma Cámara aprobó las reformas necesarias para reconocer el derecho al cuidado mediante modificaciones a los artículos 4º y 73º Constitucionales[1], así como la creación de una Ley General del Sistema Nacional de Cuidados, proyectos que siguen en la congeladora del Senado, desde aquel entonces.

¿Por qué puede volverse un tema complicado? Porque generar un Sistema Nacional de Cuidados es un proyecto que requiere presupuesto, ya que se necesita encontrar los mecanismos idóneos para hacer llegar a las personas cuidadoras y a las que requieren cuidados de apoyos económicos, y la reforma que ahora estará en discusión en el Senado (sobre la reforma a la Ley General de Desarrollo Social) no contempla un presupuesto. 

La preocupación por generar Sistemas de Cuidados es algo que ha surgido a nivel Latinoamérica, no es sólo en nuestro país. La Comisión Económica para América Latina y el Caribe ha concebido la creación de este tipo de Sistemas como un pilar para la protección social de mujeres, infancias, personas con discapacidad y personas mayores.

Mientras las leyes se adecúan para el reconocimiento del derecho al cuidado, es alentador ver que el tema vuelva a estar sobre la mesa, todas y todos debemos asumir nuestra responsabilidad en la redistribución de este tipo de labores, así que hagámoslo y hablemos de cuidados.

[1] Se precisa que toda persona tiene derecho al cuidado digno que sustente su vida y le otorgue los elementos materiales y simbólicos para vivir en sociedad a lo largo de toda su vida. Se indica que el Estado promoverá la corresponsabilidad entre mujeres y hombres en las actividades de cuidado, así como la libertad que tienen las personas para decidir si adquieren o no como obligación el cuidar a quien lo requiera, y el derecho para decidir la distribución del tiempo propio acorde a sus necesidades e intereses. Para garantizar el derecho al cuidado digno se implementará el Sistema Nacional de Cuidados.

Tendrán prioridad en dicho sistema las personas que requieran cuidados por enfermedad, discapacidad, niñas, niños, adolescentes y personas mayores, quienes vivan en condiciones de extrema pobreza, y las personas que realicen actividades de cuidados sin remuneración alguna.

http://sil.gobernacion.gob.mx/Reportes/Sesion/reporteAsunto.php?cveAsunto=4114719&ref=opinion-51