De plagios a plagios, de escándalos a escándalos

En estos días, hemos visto una gran propaganda, por que no podemos decir que fue otra cosa, sino una propaganda en contra de una Ministra de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, donde se señaló de forma grosera y por demás difamatoria, que esa ministra plagió su tesis para alcanzar el título de Licenciada en Derecho.

Qué poca… memoria tienen los hoy opositores a la Cuarta Transformación, cuando durante semanas atacaron a una ministra por un supuesto plagio, que fue negado por el supuesto plagiado; que se declaró que no existen elementos para demostrar el delito por parte de la Fiscalía de la Ciudad de México, y que se cansó de demostrar que no había cometido ningún delito o plagio la Ministra, pero eso sí,  callaron como momias cuando la Universidad Panamericana, a través de su propio rector, señaló públicamente que  Enrique Peña Nieto, sí plagió parte de su tesis de licenciatura en Derecho y cito textualmente “Estamos frente a un acto consumado sobre el que es imposible proceder en ningún sentido"; evitando así retirarle el grado académico.

Según la propia Universidad, Peña Nieto, plagió al menos diez autores en su tesis, entre ellos, a Diego Valadés, Enrique Krauze, Jorge Carpizo, Miguel de la Madrid Hurtado y Jesús Orozco.

Ante ello, el entonces presidente dijo, que fue un error de estilo por no poner comillas a más de doscientos párrafos de los seiscientos que contenía su tesis, es decir un tercio de su tesis no fue de su puño y letra, no salió de su intelecto, sino fue copiado de esos autores; un tercio de su “trabajo”, no fue su trabajo, sino de otros.

Hoy, se pretende -porque aún y cuando la Ministro no fue electa presidente de la Suprema Corte-, denostar y descalificar con mentiras, con difamaciones, a una mujer que ha realizado su trabajo y su actuar en muchos campos y que no ha tenido ningún elemento que indique algún acto ilegal.

La oposición, con tal de que no exista en los Poderes de la Unión, un integrante que vea por los más desprotegidos realiza actos de linchamiento y persecución en contra de una mujer que aspiró a ser Presidente del máximo tribunal de nuestro país.

Cuando el supuesto plagiado, señala que no existe ningún plagio, y diversas instituciones señalan lo mismo, no queda más que decir, que la oposición realiza estas acciones para tener lo que honestamente no puede obtener.

Celebramos que haya sido electa otra mujer, pero no podemos dejar de señalar, que en el primer caso que comentamos, incluso las autoridades de la Universidad Panamericana, aceptaron que existió plagio en el trabajo del Peña Nieto, pero que no podía quitarle el título, porque era un acto consumando; y en el segundo caso,  no existió nunca un elemento para determinar que se cometió un plagio, ni un elemento, por lo que la elección de la hoy Presidente de la Suprema Corte, está manchada por la calumnia en contra de otra mujer que fue vilmente avasallada, integrante de ese mismo  Tribunal.

No se puede hablar democracia si los triunfos obtenidos son con calumnias, mentiras, difamaciones, descalificaciones o sustentados en la falsedad; que sea la última vez que se permite tal cosa, la democracia en cualquier parte del mundo inicia con el respeto a la honorabilidad de cualquier persona.