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  • 24 Oct 2023
  • 08:10
  • SPR Informa 6 min

Cuidados y pobreza extrema, un ciclo difícil de romper

Cuidados y pobreza extrema, un ciclo difícil de romper

Por Eder Guevara

Una vez más el INEGI demuestra por qué es reconocida como una de las instituciones de estadística poblacional con más reconocimiento a nivel mundial y nos entrega la primera Encuesta Nacional para el Sistema de Cuidados (ENASIC).  Uno de los 5 ejercicios demoscópicos en el mundo que busca dar luz a la situación de las personas que necesitan cuidados y las personas cuidadoras. Los resultados nos dan pistas claras de cuáles son los principales obstáculos de las familias cuya marginación y precariedad son tan graves, que atender las necesidades de cuidados se traduce invariablemente en la transmisión intergeneracional de la pobreza extrema.

De acuerdo con la ENASIC 2022, en México 77.8% de los hogares tienen personas susceptibles de recibir cuidados, es decir, 45.2% de la población (58.3 millones) es susceptible a recibir cuidados. Además, se estima que son 31.7 millones de personas de 15 años en adelante las que hacen labores de cuidados, de las que el 75.1% son mujeres. De estas, 48.9% no son económicamente activas y las que sí lo son, tienen acceso a empleos precarios por diversos factores como el tiempo limitado que le pueden dedicar al trabajo remunerado y que previamente le pudieron dedicar a su formación formal. En promedio, las mujeres que brindan cuidados destinan el 37.9% de su tiempo a dicha labor, mientras que los hombres cuidadores dedican el 25.6%. En contraste, el 51.1% de las mujeres cuidadoras son económicamente activas contra el 82.7% de los hombres.

Según la Encuesta Nacional de Uso del Tiempo del 2019, también del INEGI, las mujeres destinan 59.5 horas a la semana al trabajo, del cual el 35.9% corresponde a trabajo remunerado, mientras que los hombres destinan al trabajo 53.3 de horas a la semana, de las que el 47.7% corresponden a trabajo remunerado.

Hasta hoy en el mundo, a pesar de los esfuerzos del movimiento feminista para visibilizar la forma en que la responsabilidad de los cuidados es impuesta de forma sistémica a las mujeres, aún no existe una estrategia integral que aminore el problema.  Por ejemplo, del total de mujeres cuidadoras en México el 15% no tienen tiempo libre y el 10% no pueden continuar con sus estudios.

Y si estas cifras no les parecen alarmantes, hay que analizar un sesgo propio de la ENASIC: por algún criterio que no hacen explícito en la metodología de la encuesta, decidieron recuperar las estadísticas de personas cuidadoras a partir de los 15 años, pero en México tenemos una alarmante cifra de niñas en edad de recibir educación básica que abandonan los estudios, sobre todo en secundaria, para tomar su rol de cuidadoras.

Mientras el 99.1% de las infancias asiste a la primaria, el 84% van a la secundaria, ¿cuántas de esas estudiantes abandonaron sus estudios porque se volvieron cuidadoras? Ya sea porque se suman a las estadísticas de embarazos adolescentes o bien porque, en plena pandemia se volvieron el único elemento de la familia que podría desempeñar las labores de cuidados de las y los hermanos, de las y los abuelos. El 5.4% de las personas que cuidan a personas de 6 a 17 años corresponden a la casilla “otros” que incluye a los abuelos, tía(o), entre otros, ¿cuántas de esas “entre otros” son personas menores de 15 años?

Esta duda surge no sólo a partir de la lectura de la ENASIC, sino de la experiencia del colectivo en el que participo, en donde hacemos trabajo comunitario en una de las colonias más pobres de la zona metropolitana, Tepeolulco, que pertenece a unos de los municipios más ricos del país, Tlalnepantla de Baz. Ahí, las maestras y maestros de la primaria “Héroes de la Revolución” han identificado que un tercio de los hogares dependen económicamente de la jefa de familia. De esos hogares, al menos en el 5% recargan las tareas de cuidados del resto de la familia sobre niñas menores de 15 años.

Volvamos a la ENASIC. De las 9.2 millones de mujeres cuidadoras de entre 15 y 60 años que no son económicamente activas, el 2.3% desea trabajar y no lo hace porque no tiene la escolaridad, papeles o la experiencia necesaria para realizar un trabajo. Quienes destinan más del 48% de su tiempo semanal a cuidar, no superan el nivel de educación básica.

El movimiento feminista dice que, para resolver la crisis humanitaria en torno a los cuidados, se debe aplicar el criterio de las 3 R (1): reconocer qué son y en quien se recargan las principales tareas de cuidados, reorganizar las dinámicas de los cuidados para reducir las distintas brechas que provoca la carga inequitativa.

Aplicar este criterio es complejo en la mayoría de los hogares debido a que implica que exista la voluntad colectiva para iniciar un proceso de reeducación para comprender que no hay nada más justo, equitativo y amoroso que compartir las tareas de cuidados para que, de esa forma, el tiempo libre sea equilibrado entre cada integrante de la familia.

Incluso los hogares de clase media tienen la posibilidad de reducir tiempos de cuidados recurriendo a servicios privados o del Estado, pero en los hogares que viven en pobreza extrema es imposible que las familias reorganicen su dinámica familiar recargándose exclusivamente en el seno del hogar, ni pensar en recurrir a servicios privados y desafortunadamente el Estado aún no se apropia de la perspectiva integral de cuidados en el diseño de sus politicas públicas:

  • El poder legislativo no ha reconocido los derechos universales a los cuidados y al tiempo libre, de lo cual se deriva que el resto de las instituciones del Estado mexicano vayan incorporando estrategias parciales, si quieren.
  • El objetivo del sistema DIF sigue siendo “coordinar el Sistema Nacional de Asistencia Social Pública y Privada”(2), dejando completamente fuera de sus prioridades a las personas cuidadoras, además de que continúa reproduciendo, al menos nominalmente, el discurso asistencialista que atenta contra la dignidad de las personas.
  • No existe un proyecto municipalista, ni una política pública estatal que plantee una estrategia para construir un sistema de cuidados.
  • Cuando las distintas esferas involucradas en el tema plantean estrategias para construir un sistema de cuidados, se habla de la participación del Estado, Sociedad Civil e Iniciativa Privada y no se contempla el rol de la comunidad como el espacio natural donde convergen las familias y los 3 actores ya mencionados.

 

La evaluación del CONEVAL 2023, nos indica que a pesar de que el nivel de ingresos de las personas en pobreza extrema es el más alto en la historia, y a pesar de que las políticas de la 4T han logrado sacar a más de 5 millones de personas de la pobreza, no hay avances en el combate a la pobreza extrema multidimensional. En buena medida esto se explica por el dique de los cuidados. Las personas cuidadoras que no tienen condiciones de hacer nada más que cuidar, jamás verán satisfechos sus derechos básicos a la educación, la salud y el trabajo digno, elementos fundamentales en la medición de la pobreza extrema multidimensional.

En un país que plantea como principal objetivo no dejar a nadie atrás, a nadie afuera y que, de acuerdo con el Fondo Monetario Internacional terminará este sexenio como una de las 10 principales economías del mundo(3), es indispensable que se establezca como prioridad la erradicación de la pobreza extrema.

Meta ambiciosa que solo será posible con una estrategia transversal e interinstitucional, donde confluyan los 3 niveles del poder ejecutivo y cuyas politicas públicas atiendan de manera directa a las familias, incluyendo a personas con necesidad de cuidados y a las cuidadoras; pero también a sus comunidades, construyendo infraestructura como lo han hecho SEDATU o el Gobierno de la Ciudad con los Pilares; además se deben impulsar procesos de religación y reorganización comunitaria.

Una estrategia nacional con la suficiente flexibilidad para adecuar los programas y presupuestos a las necesidades de cada comunidad, algo similar a los gabinetes de seguridad y las mesas de paz (donde se aplica la Estrategia Nacional de Paz y Seguridad, bajo criterios generales, pero se atienden las problemáticas locales con acciones específicas para cada situación), pero con todas las dependencias que confluyen directamente en el territorio coordinadas por el DIF en los 3 órdenes de gobierno, y donde participen, desde las secretarías de Bienestar y el Trabajo, hasta Seguridad Ciudadana, que propicie la confluencia de las personas servidoras de la nación, el magisterio, las policías y Guardia Nacional, etc, y los actores clave de cada comunidad.

De tal manera que se implementen estrategias para crear fuentes de empleo, espacios seguros para la convivencia, la recreación, la formación extracurricular y la participación colectiva para la resolución de sus problemáticas y necesidades.

En otras palabras, para lograr erradicar la pobreza extrema es necesario impulsar comunidades cuidadoras.

 

 

 

 

(1)https://lac.unwomen.org/sites/default/files/Field%20Office%20Americas/Documentos/Publicaciones/2018/11/Estudio%20cuidados/2a%20UNW%20Estudio%20Cuidados-compressed.pdf

(2) https://www.gob.mx/difnacional#13746

(3) https://www.eluniversal.com.mx/cartera/mexico-superara-a-corea-australia-y-rusia-en-pib/

 

 

Fuentes:

 

https://www.inegi.org.mx/contenidos/programas/enasic/2022/doc/enasic_2022_presentacion.pdf

 

https://www.gob.mx/indesol/documentos/encuesta-nacional-sobre-uso-del-tiempo-enut-2019#:~:text=La%20ENUT%202019%20tiene%20como,los%20hombres%20y%20las%20mujeres%2C

 

https://www.coneval.org.mx/Medicion/MP/Documents/MMP_2022/Pobreza_multidimensional_2022.pdf