Breaking Social: El documental

“El cambio es posible” es el subtítulo en español que lleva el documental cinematográfico Breaking Social, recién estrenado en la Cineteca Nacional, en la Ciudad de México. Esta premisa quizá nos la cuestionamos con insistencia, consiente e inconscientemente, pues nuestra apuesta por cambiar el estado de cosas se pone de manifiesto en las acciones que llevamos a cabo desde las propias luchas contra las impotencias cotidianas, hasta las más evidentes organizadas colectivamente. El rumbo de nuestra existencia se mira mermado, o impulsado, por el grado de esperanza que tenemos hacia un futuro que se mire posible.

Estamos condicionados por nuestros contextos, por las crisis sociales que nos atraviesan. Desde una narrativa peculiar el documental nos muestra el cómo las luchas sociales, que van aconteciendo en los distintos lugares del mundo, aquellas que denuncian por ejemplo el mortífero extractivismo y la cleptocracia de los gobiernos. Poniendo como muestra casos particulares de los Países Bajos, Malta, EEUU, hasta llegar a Chile, hacen ver que son comunes, que se repiten y que hay una interrelación, formando parte de un problema global y siniestro.

El documental comienza sin tapujos, desmintiendo tajantemente el tal afamado mito de la meritocracia, con el cual, a través de una narrativa embustera se te dice que, si sigues todas las reglas estarás bien; si actúas con obediencia, alcanzarás él éxito y la felicidad. Nada más falso que eso. Y poco a poco nos vamos adentrando en una serie de situaciones y fenómenos diversos, que atraviesan la inconformidad generalizada, las inclemencias de la injusticia y la organización social.

Hay énfasis contundentes, es el caso de mirar ese fenómeno que conocemos como nepotismo (la ilegalidad de beneficiar a los familiares otorgándoseles puestos públicos desde el poder gubernamental), dándole la dimensión dramática que merece y que no es menor, pues forma parte de un modus operandi que se llama corrupción, esa que es parte de un fenómeno que pudre a todos los gobiernos mundiales basado en el robo del capital, una corrupción que va a formar parte del robo institucionalizado, que es la cleptocracia.

A través de algunos de los personajes entrevistados para Breaking Social, como lo es la escritora Sarah Chayes, se pone de manifiesto la problemática de la corrupción interrelacionada globalmente en países de primer y tercer mundo. 

El historiador Rutger Bergman, quien defiende la renta básica universal y que, entre otras cosas de interés, desmiente la teoría evolutiva sobre la supervivencia del más fuerte. Nos dice que se ha entendido mal, no es el “más fuerte” el más abusivo o el que se aprovecha del otro el que sobrevive, sino todo lo contrario. La corrupción tampoco es algo de nuestra naturaleza, nos habla de que hemos evolucionado al punto en el que todos podemos ayudar al otro, es el bien común el que reina en esta ley, pues hay estudios que demuestran que son los más empáticos y los más amigables los que sobreviven. 

En Breaking Social se señala la perversidad de un sistema económico que trabaja para esclavizarnos, así como las artimañas en los mecanismos de globalización, en medios de comunicación que funcionan para intencionalmente deprimir a las personas, con el objetivo de dar la apariencia de que todo está mal, camuflajeado con ello, la implícita imposibilidad de un cambio.

Durante la narrativa, pueden sentirse grandes destellos de esperanza, sobre todo cuando se llega al tiempo del “despertar chileno”, que sentimos cercano. También es generada porque para este momento del desarrollo cinematográfico, ya se han articulado algunas de las trampas sistémicas. Sin embargo, me parece que hay algunos planteamientos que se apuntan, pero faltan desarrollarse, hacer las debidas conexiones, ya que se pierden en la totalidad de la obra, o bien, darían para una esperada segunda parte.

Particularmente reconozco un gran símbolo, poderoso, con el que el documental abre, cierra y da continuidad a la narrativa visual. Me refiero a un personaje que es una joven bailarina chilena, ella encarna el trabajo creativo de lo humano, como símbolo de resistencia y de rebeldía; una artista urbana que en su praxis construye una especie de utopía. Primero sólo la vemos, y cuando es entrevistada nos dice no estar libre del miedo que aqueja a las mujeres chilenas, por los feminicidios que las asedian. Sin embargo, la miramos desde su movimiento, escapando de alguna forma, a los cánones del adiestramiento para la impotencia. Un escaparate que se personificará también con las multitudes que salieron a las calles en ese gran despertar chileno.

Se dice que las emociones son un termómetro, el enojo es un impulso. “Si no estás enojado entonces no estás poniendo atención” nos dice uno de los entrevistados. “El momento en que la gente comienza a enojarse, es el momento en que, de hecho, las cosas ya están mejorando” afirma Bergman.

El director de este Breaking Social es el cineasta y periodista Fredrik Gertten, de origen Sueco y autor de otros excelentes documentales, como Push (2019) que habla sobre la problemática de la vivienda y la gentrificación, o Bananas (2009). Poniendo siempre el dedo en la llaga nos muestra conflictos globales y ésta no es la excepción.

Un documental que definitivamente no debes perderte. En tiempos de tanta aparente falta de esperanza, de la propagada incertidumbre social, por levantamientos acallados después de una pandemia, por tanta impotencia mundial ante la incapacidad de frenar un genocidio que se perpetua a la vista de todos, como lo es la masacre del pueblo Palestino… nos preguntamos ¿si es la movilización social, el levantamiento colectivo, lo que logrará un cambio posible? 

Continúa Breaking Social en la cartelera de la CDMX, búscala en Cineteca Nacional, Cine Tonalá, La Casa del Cine y en el Centro Cultural Universitario.

@anaenelespacio