El pasado 25 de noviembre se conmemoró el Día Internacional de la Eliminación de la Violencia contra las Mujeres.
Esta conmemoración fue instaurada en 1999 por la Asamblea General de las Naciones Unidas mediante su resolución A/RES/54/134; la fecha responde a la memoria del asesinato de las hermanas Patria, Minerva y María Teresa, las cuales fueron brutalmente asesinadas en 1960 por ser mujeres y activistas.
De acuerdo con datos de la Organización de las Unidas, se calcula que alrededor de 736 millones de mujeres - básicamente una de cada tres mujeres en el mundo – han sido víctimas de violencia física y/o sexual al menos una vez en su vida.
Además, las mujeres podemos ser víctimas también de otros tipos de violencias como la psicológica, económica, patrimonial, digital, laboral, discriminación, vicaria, entre otras.
Si bien nuestro país vive un contexto de violencia generalizada, es importante atender la violencia que viven las mujeres por el simple hecho de serlo. Es decir, históricamente ha existido una desigualdad sustancial entre hombres y mujeres, lo que desemboca en relaciones que suelen ser de subordinación y que facilitan el ejercicio de violencia hacia las mujeres.
En este sentido, la violencia contra las mujeres es cualquier acción y omisión, basada en su género que les cause daño o sufrimiento, ya sea psicológico, físico, patrimonial, económico, sexual o la muerte, tanto en el ámbito privado como el público.
La forma más extrema de violencia contra las mujeres es aquella que priva de la vida: la violencia feminicida.
De acuerdo con datos de la ONU Mujeres, 81,000 mujeres y niñas fueron asesinadas internacionalmente en el 2021 y 56% de estos feminicidios fueron cometidos por parejas íntimas u otros miembros de sus familias.
¿Por qué debería interesarnos a todas y todos la erradicación de la violencia contra las mujeres? Porque este tipo de violencia es una violación a derechos humanos que afecta el desarrollo de todos los países, genera inestabilidad e impide el progreso hacia la justicia y la paz.
El costo de la violencia contra las mujeres podría representar un monto de alrededor de 5.2% del producto interno bruto global (PIB).
En el caso de México, el 15 de noviembre de este año se publicó en el Periódico Oficial de la Federación el Decreto por el que se reforman los artículos 4, 21, 41, 73, 116, 122 y 123 de nuestra Constitución.
Esta reforma es en materia de igualdad sustantiva, perspectiva de género, erradicación de la brecha salarial por razones de género y también contempla el derecho de las mujeres a una vida libre de violencia.
Esto quedó establecido en el artículo 4° el cual a partir de su reforma estipula que el Estado tiene deberes reforzados de protección con las mujeres, adolescentes, niñas y niños, para garantizar el derecho a vivir una vida libre de violencia.
La Reforma en comento también contempla la implementación de la perspectiva de género en materia de seguridad pública y juzgadores, así como la obligatoriedad de las Fiscalías Especializadas para las entidades federativas.
Por supuesto que es un gran avance el reconocimiento de los derechos de las mujeres en la Constitución, pero no podemos dejar de ser realistas y es que es necesario que dichas leyes se materialicen con acciones concretas, no solo para su implementación, sino también para su seguimiento, evaluación y mejor continua.
En México contamos con la Ley General de Acceso de las Mujeres a una Vida Libre de Violencia desde el año 2007, sin embargo, los índices de violencia feminicida no han disminuido, por el contrario, han aumentado.
¿Qué diferencia hará el tener el derecho a una vida libre de violencia en la Constitución? Pues hará la diferencia en la medida en que se logren establecer obligaciones concretas para cada uno de los diferentes niveles de gobiernos, se vinculen las autoridades con las organizaciones de la sociedad civil, se le dé una evaluación/seguimiento puntual y se le asigne presupuesto.
¿Qué no suena sencillo? Pues no lo es, pero por algún lado habremos de empezar. Aparejado a la conmemoración de este día Internacional, la ONU Mujeres convoca a 16 días de activismo contra la violencia de género, del 25 de noviembre al 10 de diciembre.
Todas y todos tenemos alguna acción que podemos realizar para lograr que se deje de tolerar la violencia de género, ya que sin duda combatir la violencia contra las mujeres requiere una lucha por cambiar los paradigmas sociales en los que vivimos.
Entre las actividades que se invitan a realizar es portar prendas de color naranja o usar el listón naranja, lo cual también se realiza el 25 de cada mes; difundir en redes sociales contenido a favor de la prevención de la violencia contra las mujeres y las niñas; dar a conocer datos sobre la violencia que viven las mujeres; dialogar con nuestras personas cercanas sobre el tema; asumir compromisos en nuestros hogares y espacios de trabajo para poner fin a la violencia contra las mujeres.
Que estos 16 días de movilización para la erradicación de la violencia contra la mujer no se queden en eso, sino que sean el inicio de algo que logre permear en nuestra vida todo el año, seamos todas y todos agentes a favor de la erradicación de la violencia contra la mujer ¡únete!