El próximo 1º de diciembre se cumplirán 5 años del inicio de la Cuarta Transformación en el país, con la revolución de conciencias como uno de sus pilares abriendo la puerta a una nueva forma de hacer política que se acompañé del Humanismo Mexicano en cada paso que se de en el territorio.
Hace un año el Presidente nos convocó a realizar la “Marcha del Pueblo”, siempre atinado, así llamaba a este acto dónde más de 1.2 millones de personas marchamos junto a él en un recorrido del Ángel de la Independencia a la plancha del Zócalo, concluyendo con la presentación de su 4o Informe de Gobierno. Fue así que, teniendo como invitado de honor al pueblo de México, Andrés Manuel López Obrador nos hablaba del legado democrático y de justicia que representaba la 4T, guiado en todo momento por principios políticos, económicos y sociales, un legado marcado por el despertar de las y los mexicanos y que permitió la victoria de una lucha que por años encabezó contra poderes cupulares que hoy se extinguen con cada elección.
Fue aquí donde el Humanismo Mexicano hizo eco en toda la nación, un legado más que se fundamenta en desterrar la corrupción y los privilegios para destinar todo lo obtenido y ahorrado en beneficio de las mayorías del pueblo y, de manera específica, en beneficio de los más pobres y marginados, “la auténtica política es profundamente humana en su fundamento, en su esencia y, sobre todo, cuando se practica en bien de los demás y en especial de los pobres. Amigas, amigos entrañables: Sigamos haciendo historia. Continuemos impulsando el cambio de mentalidad, la revolución de las conciencias. Hagamos realidad y gloria el humanismo mexicano”, así concluía el Presidente su discurso aquel 27 de noviembre del 2022.
Una nueva forma de hacer política no podría pensarse sin el Humanismo Mexicano, de manera cercana a la gente, en el territorio, generando esa confianza y certidumbre en la ciudadanía que es vital para reconstruir un camino de dialogo, de atención de necesidades, de escucha activa entre ambas partes, trabajando por una democracia real y no de escritorio, con cercanía entre el gobierno y los ciudadanos, dónde nada humano sea ajeno cuando se sirve con amor y por encargo al pueblo de México. La forma de hacer política está cambiando, hoy vemos a muchas servidoras y servidores que tienen como eje prioritario la cercanía con todas las personas, colectivos y organizaciones de la sociedad civil que les permite escuchar de primera mano los problemas que aquejan a nuestra sociedad y en consecuencia generar comunicación bidireccional con retorno, entre el su labor y las necesidades reales de las y los ciudadanos generando así un canal de profunda interacción, y que generé nuevamente la confianza que perdimos a través de los años a causa de la corrupción, abuso de poder, tráfico de influencias, compadrazgo, amiguismo, soborno, fraude, entre otros, que tanto daño le hicieron al país.
Es así que, con hechos, nuestros representantes en diversos niveles de la administración pública nos demuestran que se han tomado las decisiones correctas al haber hecho historia aquel 1º de julio de 2018 confiando en un movimiento que se consolida día a día con el respaldo ciudadano y que dará continuidad con sello propio a la 4T. Juntos muy unidos, pueblo y gobierno, hacemos posible la transformación de la política de escritorio a la política de territorio que humaniza.