La nueva andanada de la oposición moral y electoralmente derrotada es la mentira sobre la supremacía constitucional o legal con la que, supuestamente se actualiza con la reforma constitucional propuesta y aprobada por la Cuarta Transformación, que consiste en determinar con claridad en la Constitución de la República la improcedencia del juicio de amparo en contra de una reforma a la Constitución.
La oposición señala que con esta reforma se le quita la posibilidad de que la ciudadanía pueda atacar una reforma constitucional, siendo esto un discurso por demás absurdo y falso, puesto que efectivamente nunca se ha tenido esa posibilidad, pues es claro que en nuestro orden legal, ninguna ley puede estar por encima de la constitución, y esto lleva a determinar que no hay forma de que una ley o una resolución judicial pueda determinar la inaplicación de una Reforma Constitucional, pues sería tanto como amparase en contra de todos los artículos de la constitución y determinar que a una persona no se le aplique las obligaciones contenidas en la Constitución.
La discusión de la Supremacía Constitucional tiene ya cerca de treinta años, pues a partir de que existen diversos acuerdos y organismos internacionales que pretende determinar reglas que deben ser aplicada en determinados países, se ha puesto a la discusión si esas disposiciones internacionales tienen mayor jerarquía que la Constitución de nuestro país.
Muchos estudiosos no se han puesto de acuerdo, puesto que unos determinan que la Constitución tiene mayor jerarquía de cualquier otro ordenamiento internacional, y por lógica, hay quienes señalan que no es así, que los ordenamientos internacionales tiene mayor jerarquía y la Constitución de un país se debe adecuar a dichos ordenamientos internacionales.
En nuestro país, esta discusión aparentemente tiene una solución, pues el artículo 133 de la Constitución señala que “ Esta Constitución, las leyes del Congreso de la Unión que emanen de ella y todos los tratados que estén de acuerdo con la misma, celebrados y que se celebren por el Presidente de la República, con aprobación del Senado, serán la Ley Suprema de toda la Unión. Los jueces de cada entidad federativa se arreglarán a dicha Constitución, leyes y tratados, a pesar de las disposiciones en contrario que pueda haber en las Constituciones o leyes de las entidades federativas” pero además nuevamente nuestra constitución señala la supremacía constitucional en su artículo 41 que establece “El pueblo ejerce su soberanía por medio de los Poderes de la Unión, en los casos de la competencia de éstos, y por los de los Estados y la Ciudad de México, en lo que toca a sus regímenes interiores, en los términos respectivamente establecidos por la presente Constitución Federal y las particulares de cada Estado y de la Ciudad de México, las que en ningún caso podrán contravenir las estipulaciones del Pacto Federal.” así, estas disposición señalan la jerarquía de leyes, la supremacía de la Constitución, pues señala incluso que las leyes federales, se encuentra por encima de los tratados internacionales, y no de todos los tratados, sino solo y únicamente aquellos que se encuentran en concordancia con la Constitución, y que se haya celebrado y aprobado por el Ejecutivo Federal y el Senado de la República; y el segundo artículo aquí transcrito, señala con claridad en su última parte que todo ordenamiento estatal, no podrá contravenir las estipulaciones del Pacto Federal, es decir de la Constitución Federal.
Así el artículo 133 solo ha tenido dos reformas desde 1917, una en 1934 y otra en 1916, y el artículo 41, una solo en 2016, por lo que esta supremacía constitucional siempre ha estado vigente y no es nueva como lo pretende hacer ver la oposición falsaria.
Por otro lado, otra mentira es que con esa reforma se dará rienda suelta a la Cuarta Transformación para modificar como se quiera la Constitución e incluso quitar derechos y desconocer derechos humanos, pero se les olvida que ellos fueron los que hicieron todo para quitar al Pueblo diversos derechos que se encontraban consagrados en la constitución, como el derecho a la educación gratuita hasta nivel superior, el derecho a la Salud, el derecho una vida digna, el derecho de tener órganos del estado establecidos para beneficio de la nación, el derecho a un salario justo, el derecho a la seguridad laboral, puesto que aceptaron el outsourcing, o subcontratación (reforma a la ley federal de trabajo en 2012) entre muchos más.
En este sentido, la supremacía constitucional no es algo nuevo, ni algo negativo, puesto que desde hace más de un siglo de vigencia de nuestra constitución, se encuentra señalada, sin embargo, es lógico que los neoliberales pretendieran desaparecer este principio constitucional, puesto que para ellos, no debe existir autonomía, soberanía ni derecho domestico de un país, puesto que ellos buscan en todo momento que otros los rijan, otros sean los que nos gobiernen, que nuestro país se encuentre sumiso, dependiente y gobernado por los extranjeros, por ello, ven la supremacía constitucional como algo que es totalmente obscuro, algo que es negativo y algo que puede rayar en una calamidad futura.
Lo que queda claro es que el Pueblo, ya no los oye, ya no les presta oídos, los toma como son, personas totalmente falsas, falsarias y calumniosas que en nada ayudan al país, y que son un cáncer que debemos extirpar, pues más de 40 años tuvieron el poder y destruyeron nuestro país, entregándolo al extranjero y violentando los derechos del Pueblo.
Bienvenida la supremacía constitucional, pues con ello se confirma que este Gobierno está a favor de recuperar el espíritu de la Constitución, donde se determina que la Soberanía Nacional reside esencial y originariamente en el pueblo; El pueblo ejerce su soberanía por medio de los Poderes de la Unión, en los casos de la competencia de éstos; eso es lo que se busca recuperar y se está logrando.