Este mes de octubre, desde Francia hasta México, estamos de manteles largos, o tal vez manteles de relojes derretidos, donde el tiempo pasa sin pasar, como son los relojes que plasmó Salvador Dalí en su obra “La persistencia de la memoria”. Porque persiste el surrealismo como una corriente que hasta nuestros días sigue motivando e inspirando a artistas del mundo entero. Se cumplen 100 años de un iniciado movimiento artístico vanguardista que bautizaron como Surrealismo. Fue un 15 de octubre de 1924 en que se publicó por vez primera el Manifiestro Surrealista de André Bretón.
En el Centro Pompidou de París se celebran los 100 años de Surrealismo, donde se muestran más de 500 pinturas y escultras de artistas de todo el mundo, icónicos del surrealismmo, como Max Ernst, Rene Magritte, André Masson, Leonora Carrington, Joan Miró, Baya, Pablo Picasso, Maruja Mallo, Salvador Dalí, Remedios Varo, Man Ray, Wilheim Freddie, Tatsuo Ikeda, por mencionar algunos; pero también se incluyen a artistas contemporáneos poco conocidos y un espacio dedicado exclusivamente a las mujeres en el surrealismo, poniendo especial énfasis en el universo particular y destacable de su aportación. Obra del mexicano Rufino Tamayo forma parte de esta exposición, la cual viajará a Bruselas, Madrid, Hambugo y Filadelfia.
Nuestro país fue un lugar importante para el desarrollo de este movimiento de vanguardia, no sólo por ser considerado surrealista en su ethos, tradicón y cultura. Sino porque fue aquí donde se desarrolló parte del pensamiento y arte destacado del mismo, sin olvidar que varios personajes llegaron del exilio a esta nación que resultaba ideal. Tales como Remedios Varo, Antonin Artaud, Benjamin Péret, Leonora Carrington, el mismo André Bretón, entre otros. El cine de Luis Buñuel, inmerso en este movimiento, es también un referente icónico.
Mucho se ha hablado del surrealismo, como una de las vanguardias más importantes del siglo XX. Que trastoca al raciocinio imperante, adentrándose en el mundo de los sueños y el inconciente, revelando así los rincones más profundos de la mente humana. Sin embargo, poco se habla del potencial polítco y transformador, porque despertó un ímpetu hacia el deseo de incidir completamente en todos los ámbitos de la realidad racional, que consideraban, arbitraria y opresiva. Los surrealistas manifestaban que no se trataba de una simple vaguardia sino que representaban un movimiento, un movimiento revolucionario, a travéz del cual se replanteaba la realidad misma, dando cabida a la emancipación de los individuos colectivos.
Era una apuesta por el arte, “la imaginación al poder”, el universo sensitivo de la creatividad humana como fuente para la emancipación. Con el cual, sería posible imaginar nuevas realidades, liberarse de las cadenas que adoctrinan a la mente humana, para finalmente revolucionar el mundo. En el Manifiesto por un arte revolucionario, que tuvo tanto eco en las juventudes y artístas de la época, terminado de escribir y publicado en México, un julio de 1938, por André Bretón, León Trotsky y Diego Rivera, expresan con mucha claridad que lo que se quería era “una independencia del arte, por la revolución; la revolución, por la liberación definitiva del arte”.
A 100 años, en nuestro México, no podía pasar desapercibido.
El Instituto de Investigaciones Estéticas de la UNAM organizó un nutrido coloquio internacional sobre los 100 años de Surrealismo.
Así también, hermanándose con la celebración mundial, el Colectivo Arte México -del cual formo parte-, celebró un homenaje que conjuntó alrededor de 50 artistas mexicanos -entre plásticos y escénicos-, el pasado 17 de octubre en la emblemática Fundación Sebatian, con la inauguración de la exposición “Surrealismo y Abstracto”. La celebración hizo notar el potencial creativo de los artistas mexicano, envuelta en festividad, donde el performance, la música y el onirísmo dialogaron.
Algunos de los distinguidos performers y artistas escénicos que colaboraron, se encuentran: Olwen Infinit, Miguel Corral, Rubí Amir Guerra, Carlos Mendoza, Claudia Torres Martell, Enrique Nieto, Erudi Minero, Kenya García, Mauricio Garmona, Michelle López, César Augusto Leyva, Luz Sandoval, Azul Navarrete e Isabella Vilés.
Y entre los destacados artistas plásticos que participan en la exposición: Itzeel Reyes, Juan Trujillo, Olivia Rojo, Rafael Gaytan, Sylvia Nancy, Gabriel Macotela, Luis Felipe Cifuentes, Rodrigo Ayala, Juan Luis Potosí, Beatriz Rebollo, Pablo Olivera, Marco Cañas Stroux, Oscar Gutman, Cecilias, Antonio Gritón, Olivia Rojo, Jorge Moedano, Eugenia Benabib, Franco Manterola, Alejandro Von Zeschau, Mayra León, Víctor López, Lourdes Botello, Dorian Soto, Gerardo Rivera Kura, Michelle López, Arturo Sotomayor, Juan José Zamarrón, Francisco Paz, Antonio Luquin, Juan Aurelio, Giovanni Farias, Carolina Arteaga, Benigno Casas, Andrés Álvarez y Alberto Calzada. Exhibición que seguirá abierta al público hasta el próximo 9 de noviembre en la Fundación Sebastian.
Para finalizar, y en el marco de la celebración del día de muertos, sin desviarnos del surrealismo, no se deben perder, la obra de Leonora Carrington que estará expuesta en el mero zócalo de la ciudad de Puebla.
Porque en nuestro contexto, el surrealismo sigue confrontando realidades. Sabemos que necesitamos del arte para seguir creciendo y desarrollándonos como humanidad. Confiamos, en nuestra cualidad surrealista, que el arte será capás de reconstruir el mundo.
@anaenelespacio