Una presidenta en espera

A 30 días de la elección poco se mueve en la arena electoral hacia la silla del águila. Una sensación de inmovilismo inunda el humor electoral. Encuestas, descalificaciones, mítines, tropiezos, lapsus y arengas, son parte del paisaje de las campañas. Pero a pesar de haber tenido un proceso electoral extendido con los procesos internos de los partidos, la idea de que hay una presidenta en espera es inevitable. El próximo 2 de junio se llevará a cabo la elección más grande de la historia del país, en la que estarán en juego más de 20 mil cargos.

La candidata oficialista Claudia Sheinbaum, ha priorizado el trabajo en territorio. Desde que arrancaron las campañas ha recorrido el país en más de 150 eventos al mismo tiempo que se ha mantenido constante a la cabeza de las encuestas. Según el promedio realizado por Polls mx, Sheinbaum lleva la delantera con 57% de las preferencias, que es prácticamente el mismo porcentaje que tuvo en septiembre (58%) del año pasado cuando resultó electa como candidata presidencial en la encuesta interna de Morena. Es preciso señalar que, salvo Gerardo Fernández Noroña, los rivales que venció Sheinbaum en la interna han quedado totalmente desdibujados. El fantasma del cisma se esfumó y a diferencia de lo que sucede en la oposición, los partidos que la postulan en la boleta la respaldan. 

No solo la ventaja de Sheinbaum no se mueve, Xóchitl tampoco se mueve en las encuestas. La exsenadora panista ha sido incapaz de levantar el vuelo desde el anuncio del PRI-PAN-PRD de postularla como candidata presidencial. Gálvez contaba con 34% de las preferencias en septiembre cuando resultó electa por el entonces llamado “Frente Amplio por México”. Hoy, Gálvez tiene el 31% de las preferencias según Polls Mx.

En su momento, Gálvez fue presentada como una especie de revelación política, una senadora de origen indígena con una historia de vida marcada por la cultura del esfuerzo y no del privilegio, diría el clásico. Sería la encargada de poner en jaque el oficialismo con un carisma muy por encima al de Sheinbaum y, además, de arrebatarle banderas al oficialismo como la de los programas sociales. Pero el desempeño de Gálvez conforme ha pasado el tiempo ha dejado de manifiesto algo más, dejando de lado su volatilidad retórica y que salta de tropiezo en tropiezo: la existencia de una partidocracia reacia a apoyarla en donde las cuotas, los fueros y las elecciones locales, son puestas por encima del apoyo a la candidata presidencial. Así, el desencanto se ha convertido en fractura y la fractura, posiblemente se transforme en derrota. 

Jorge Álvarez Máynez, de Movimiento Ciudadano con muy poco y menos tiempo, ha tenido un mejor desempeño que Xóchitl Gálvez. Al ritmo de “Maynez presidente”, jingle que le ha valido reproducciones en Spotify, algo de viralidad en las redes y un mejor desempeño en las encuestas, Máynez sueña con cerrar la brecha respecto a Xóchitl Gálvez, dar a conocer la marca Movimiento Ciudadano y en el mejor de los casos, reconfigurar a la oposición para 2030. Tras la salida abrupta del gobernador de Nuevo León Samuel García de la contienda en diciembre del año pasado, Máynez tomó la candidatura con 5% a inicios de este año. Hoy, según el promedio de encuestas tiene el 10%.

A un mes de los comicios, hay más estancamiento que movimiento político, donde las cartas están echadas, los libretos ensayados y los guiones están por cumplirse.