En muchas culturas y religiones, el sacrificio y la ofrenda son partes integrales de los rituales. Estos actos pueden implicar ofrecer comida, animales o incluso, sacrificios humanos como una forma de ganarse el favor de los dioses o como actos de penitencia. En la historia, los tributos también son utilizados como una señal de sumisión, o bien, para evitar conflictos, es decir, mantener la paz y evitar algún tipo de conquista.
El reciente acto de desesperación de Alejandro “Alito” Moreno, dirigente del PRI, en el que ofrece su salida de la dirigencia del PRI y renunciar a su candidatura al Senado si Jorge Álvarez Máynez, de Movimiento Ciudadano, declina a favor de Xóchitl Gálvez, no solo es el síntoma del colapso de la candidatura presidencial de Xóchitl Gálvez sino el colapso de toda una estructura partidista que se empieza a atrincherar. Y es que no solo está en juego la elección presidencial, está en disputa la manera en que los distintos actores de poder se acomodan en la antesala del próximo sexenio. Dígase el congreso a nivel federal, legislativos a nivel local, así como los ayuntamientos.
Ahora, la cúpula partidista de la coalición PRI-PAN-PRD culpa a Movimiento Ciudadano y a Jorge Álvarez Maynez de la mediocridad de su candidata y buscan una segunda vuelta de facto, donde Álvarez Maynez decline por Gálvez por un acto de supuesta “responsabilidad política” ante sus pocas posibilidades de ganar. Movimiento Ciudadano no ha logrado ser “la tercera vía” pero sí el tercero en discordia. Un partido alimentado por expanistas principalmente que goza de una elasticidad ideológica, es el vehículo que está poniendo en jaque a los partidos de la alternancia política de finales de siglo XX e inicios de este. A punta de jingles, Tik Toks y la decisión de ir solos en la contienda, MC asoma la cara y quiere irrumpir como un partido nacional y no solo regional con capacidad de negociar y hacerse notar. Algo que el PRI difícilmente puede alcanzar actualmente.
Al interior de Movimiento Ciudadano, existe el debate sobre la pertinencia de ir en solitario a las contiendas o bien, sumarse a la coalición opositora, lo que le ha valido descalificativos como “esquiroles” o “traidores”. Un sector de MC, en el que está el gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro y Luis Donaldo Colosio, actual candidato del naranja al Senado, promueven que su partido vaya coalición con el PRI-PAN-PRD para lograr vencer a Morena en las urnas y el otro, encabezado por Dante Delgado, fundador del partido, quien ha insistido en la vía de contender sin la coalición opositora. Está tensión al interior del partido es real pero hoy, no hay duda de que la opción de Delgado es la que ha redituado con creces. La “línea roja” de Movimiento Ciudadano para ir en coalición siempre ha sido no ir con la marca del PRI. Hay que recordar que en 2018 fue en coalición con el PAN y el PRD. De esa coalición llegaron al Senado Emilio Álvarez Icaza, Miguel Ángel Mancera y la misma Xóchitl Gálvez.
Otro tema que puede alimentar esta suplica de la alianza opositora, es la estrategia hacia la judicialización de la elección. Es posible que el equipo de Xóchitl Gálvez y el PRI-PAN-PRD estén buscando preparar un expediente judicial para impugnar a elección en distintos niveles, bajo la premisa del supuesto “piso disparejo” y la “intervención del presidente en la contienda”. Así, lo más conveniente sería tener a Máynez y su partido de su lado para alimentar la narrativa de un supuesto fraude y de “elección de Estado”. Los rituales nos anclan en el flujo del tiempo, mientras que los tributos son las monedas de intercambio con el destino