¿Por qué ChatPGT no escribe (buena) poesía?

Hace algún tiempo, ChatGPT añadió la posibilidad de crear bots personalizados llamados GPTs. En un par de días, diseñé a Licenciado Valeriano. Con un poco de contexto, es capaz de redactar textos legales de alta calidad. ¿Cómo es posible que una máquina haga en 10 segundos lo que un burócrata a veces no puede hacer en un día? Pareciera que se cumple la Tercera Ley de Clarke: Cualquier tecnología lo suficientemente avanzada es indistinguible de la magia.

Y esa es la postura que manejan la mayoría de medios de comunicación. El concepto de inteligencia artificial ha sido tan trivializado que, ahora, los tecno-predicadores vaticinan la llegada de la inteligencia artificial general. Lo que sería, en resumen, una conciencia sobrehumana. Por desgracia, la realidad es más simple y aburrida.

GPT-4, Bard, LLaMA, entre otros Grandes Modelos de Lenguaje funcionan bajo una premisa bastante simple: traducir las palabras en números. 

Imaginemos que vamos al supermercado. Cada fruta, cada juguete y cada bebida tiene un código de barras. Además, hay un orden en cada pasillo: los quesos y la leche suelen estar juntos; el papel de baño y el detergente también. Si vemos el carrito de alguien, podríamos inferir con puro sentido común que le falta por comprar. Si lo vemos en el departamento de verduras, es más probable que compre una cebolla y no un hueso para perros. Así funciona ChatGPT. Cada palabra está inventariada, y la cercanía de unas y otras determina la siguiente. Los términos legales están en el departamento de derecho, los nombres de animales en el de zoología, etc.

Está claro que la matemática detrás de este principio es infinitamente más compleja, pero la idea es la misma. Sí, para inventariar las palabras se usan neuronas artificiales, pero eso no hace inteligente a la máquina. Nuestro cerebro usa neuronas para sudar y el algoritmo las usa para mostrarnos el siguiente video en TikTok. Una calculadora de palabras no es el camino para reinventar la conciencia humana.

Nuestra mente piensa de dos formas: lógica y analógica. La primera es predictiva, como ChatGPT. Si tengo sed, bebo; si tengo hambre, como; si sale el sol, es de día; si sale la luna, es de noche. La analógica, en cambio, es comparativa. Los dientes se los lleva un ratón, la luna es un queso agujereado, el sueño es un sorbo de la muerte. Esta última forma de pensar es la que hace posible la mitología, el arte y la comedia. 

Regresemos a nuestro supermercado. ¿Dónde está el departamento de poesía? No existe. El poema alcanza todas las palabras. Pensemos que en una estantería vemos los siguientes objetos: un megáfono, un plato de fruta, un abeto y un trozo de piel quemada. Parece absurdo. Por eso ChatGPT es incapaz de recrear versos como los de Xavier Villaurrutia:
…
Y en el juego angustioso de un espejo frente a otro

cae mi voz

y mi voz que madura

y mi voz quemadura

y mi bosque madura

y mi voz quema dura

como el hielo de vidrio

como el grito de hielo

aquí en el caracol de la oreja

el latido de un mar en el que no sé nada

en el que no se nada 

…

Nocturno en el que nada se oye

La relación entre las palabras “voz”, “quemadura”, “bosque” o “madura” es sonora. No basta con saber qué significa cada palabra, hay que saber cómo se escucha. Las máquinas no tienen oídos. 

La poesía, en ese sentido, es la palabra incalculable. El poema es estadísticamente imposible. Por el momento, es lo más humano que tenemos.