Pienso que nuestra generación, con la que hoy compartimos espacios, proyectos e ideas, es aquella que creció con rabia. Éramos mucho más jóvenes, pero ya estábamos siendo testigos de que la clase política trabajaba con cinismo en favor de ella misma y que jamás estuvo al servicio del pueblo. Salíamos a las calles para manifestar esta inconformidad, y para contarle a la gente que quienes los representaban en los congresos e incluso, desde el poder ejecutivo, no hacían más que negocios en favor de la transa. Los gobiernos del PRI y el PAN, manchados de corrupción, marcaron a la generación joven que en 2018 influyó mucho en las decisiones electorales que se tomaron en las urnas.
Con Morena en el poder, no se pretende decir que se hayan podido concluir los problemas arraigados en el país tras los gobiernos neoliberales, pero sí comenzó a nacer un hito en nuestra historia política. El Presidente Andrés Manuel López Obrador ha demostrado que la verdadera esencia de la política es y se encuentra en el pueblo. Habrá quienes no coincidan con esta afirmación, pero solo bastará con revisar la disminución en las brechas de desigualdad y pobreza que hoy tenemos y que en administraciones pasadas no podíamos ni imaginarnos. Servir a la nación, es necesariamente servir al pueblo y estoy segura que fueron estas lecciones las que nos devolvieron la esperanza.
Sin embargo, a pesar de que se estaba dando esta transformación política en el país centrada en la justicia social, las élites del PRI y el PAN no soltaron sus negociaciones en lo escondido. La diferencia es que ya no se iban a encubrir ni a pasar por alto.
La Fiscalía General de Justicia de la Ciudad de México, después de varias investigaciones, dio a conocer una red de corrupción inmobiliaria que consiste en el otorgamiento de permisos ilícitos para la construcción de viviendas. En el llamado Cártel Inmobiliario, se encuentran involucrados varios actores políticos de Acción Nacional, incluido el aspirante a Jefe de Gobierno, Santiago Taboada. Asimismo, recientemente la Fiscalía presentó a Armando Tonatiuh González, ex coordinador del PRI en la CDMX, a rendir declaración por el delito de Trata de Personas. Este hecho podría estarlo ligando al caso de Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre por el mismo delito.
Para cuando se comenzó a acercar la fecha de la ratificación de la hoy ex-Fiscal de la Ciudad, Ernestina Godoy, la postura de la oposición fue muy clara: votar en contra de quien dirigió las investigaciones que señalaban a sus compañeros de partido. Crearon una narrativa engañosa y victimista en la que se hicieron pasar por perseguidos políticos, ignorando el daño que la corrupción y el Cártel de la Trata le han hecho a la ciudadanía. A pesar de que el 9 de enero del 2024, no se ratificó a Godoy como Fiscal, estoy segura de que será recordada como una servidora pública íntegra, que jamás negoció la justicia por un cargo.
Hago este recuento porque me parece importante recordarnos a nosotros, quienes hoy formamos parte de la militancia joven, que la lucha en contra de la corrupción no ha cesado. La rabia que germinó en nosotros desde 2006 y 2012 debe persistir para transformarse en el motor que nos impulse a no ceder ni un centímetro de calle, ni un espacio en el servicio público, y mucho menos un solo detalle en la búsqueda de la justicia.
Formamos parte de la continuidad de este proyecto y nuestra tarea es seguir manteniendo organizado el movimiento. Esto se logra si tenemos claro que el objetivo es construir un país libre de desigualdad y con oportunidades para todas y todos.
La organización también implica comunicación, debemos seguir informando sobre lo que el proyecto político de la oposición significa: gobernar desde la corrupción, profundizando las grietas de la pobreza.
La resistencia y la lucha por la dignidad deben seguir siendo nuestras banderas hasta terminar con estos Cárteles de los que forman parte los criminales vestidos de gobernantes, teniendo en cuenta siempre que la verdadera respuesta es el pueblo.