Elecciones municipales: el sentido de la vida política

Álvaro Arreola Ayala[1]

El proceso electoral actual se distingue por exhibir interesantes escenarios de la contienda política que lo convierten, desde ahora, en un modelo excepcional para la historia de los comicios mexicanos.

En primer lugar, la elección presidencial es la menos incierta desde los años cincuenta y sesenta del siglo pasado. Es muy clara y contundente la definición final. Claudia Sheinbaum candidata de la coalición MORENA-PT-PVEM (Sigamos Haciendo Historia), conserva después de once meses de iniciado el proceso, la privilegiada posición de llevar de 30 a 40 puntos de diferencia al segundo lugar, que pelean los candidatos de Movimiento Ciudadano y la coalición de PRI-PAN-PRD.

De la disputa por el Congreso Federal (senadores y diputados), el único dilema es si MORENA y aliados partidarios, obtiene la mayoría absoluta de las curules en las cámaras respectivas. Quien haya revisado la información pormenorizada sobre estas elecciones difundida por los organismos encargados de organizar los comicios confirmará una realidad palpable de que las alianzas partidarias  son la mejor estrategia para vencer al adversario.

De la lucha por el poder ejecutivo de nueve entidades sobresalen dos: Tabasco y Chiapas, donde sus ciudadanos ya no tienen intención de votar más por los tres partidos políticos tradicionales: PRI, PAN y PRD.

En toda la República Mexicana, desde el primero de mayo hasta el día 29, con excepción de los estados de Durango y Veracruz, se está observando  la disputa política más intensa de todas las elecciones: las campañas para la obtención de los cargos de presidentes municipales. Los ayuntamientos son la joya del federalismo. Son también,  los territorios donde todos los grupos y clases sociales depositan su mayor interés. Son los lugares que dan sentido a la vida política nacional.

Sus procesos son y han sido ejemplo de disputas por el poder local. A los habitantes de los municipios no se les engaña. Allí se conocen las debilidades y fortalezas personales de quienes aspiran a un cargo. Son los pobladores que a lo largo de la historia han padecido los estragos provocados por un régimen derrotado en 2018. La pobreza, la desigualdad, el autoritarismo, el cacicazgo, el enriquecimiento ilícito de muchos de los aspirantes son fenómenos ya conocidos y que padecieron por décadas.

En México, por múltiples razones, durante años más que elecciones municipales ocurrieron plebiscitos. Hasta los años noventa del siglo pasado la competencia electoral se reducía a algunos territorios. La izquierda opositora enfrentaba la hostilidad del régimen priista y la derecha sólo prefería participar en los municipios urbanizados y presupuestalmente atractivos. La gran mayoría de los pobladores sufrió los excesos de un partido de Estado (PRI) que impedía la competencia democrática. En algunos municipios se contenía a las oposiciones por la vía de la cooptación (corrupción), el asesinato o la represión.

Tuvieron que transcurrir años para que el territorio municipal ocupe el lugar y distingo que la Constitución le concede. En los últimos seis años se han recuperado los principales valores sociales y políticos: el respeto y trabajo para todos. Han sido tomados en cuenta todos aquellos habitantes de municipios con rezago social e injusticias derivadas de los excesos del viejo presidencialismo y centralismo político. Por supuesto, los programas del bienestar que constitucionalmente ya son obligación del Estado, definirán en una muy buena proporción las votaciones de las 1802 presidencias municipales en disputa.

Por ejemplo, medio millón de comuneros, ejidatarios y pequeños propietarios mayores de edad que cultivan árboles frutales y maderables en entidades como Guerrero, Veracruz, Oaxaca, Tabasco o Chiapas se han convertido en verdaderos ciudadanos libres del control de un gobierno o partido. Hoy, no solamente salen de la pobreza extrema creando un número enorme de comercios particulares que fortalecen la economía local sino se saben defensores de un medio ambiente a través de lo que se conoce en el nuevo campo mexicano como Comunidades de Aprendizaje Campesino (CAC). Por primera vez votarán sin presión política.

Las estrategias de los principales contendientes para obtener la mayoría de los ayuntamientos son claras y evidentes. MORENA y aliados hacen campaña política a nivel territorial y casa por casa, buscando la cercanía con los pobladores y ofreciendo continuar con la reactivación del campo y el mejoramiento social. Del otro lado, los candidatos del PRI-PAN-PRD que en muchos ayuntamientos no van en alianza se distinguen solo por lanzar alguna calumnia o ataques, sin propuestas claras. Hacen campañas de ficción como se les empieza a valorar en la prensa local del territorio mexicano. Muchos candidatos de la derecha lo único que están haciendo es grabarse en alguna calle, plaza o con algún ciudadano y difundir su video para con un breve mensaje de infundios distribuirlo en sus redes sociales.

El nuevo sentido de la vida nacional descansa en la respuesta política que los ciudadanos plasmarán con su voto en los municipios de nuestra República.

[1] Sociólogo e Historiador. Investigador Titular del IISUNAM.