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  • 02 May 2024
  • 10:05
  • SPR Informa 6 min

¿Cómo internet se volvió una mier#&? Y qué hacer para solucionarlo

¿Cómo internet se volvió una mier#&? Y qué hacer para solucionarlo

Por Ernesto Ángeles .

¿Te has dado cuenta de que con el paso del tiempo la experiencia en diferentes plataformas y sitios web ha empeorado? Por ejemplo, a cada publicación de algún contacto tuyo te aparece una publicidad, una recomendación de algo que probablemente te guste (o no) y uno que otro contenido raro creado por inteligencia artificial (IA) generativa, volviéndose la navegación en una cuestión incómoda, todo está inundado de publicidad. Y no contentos con esto, algunas plataformas y sitios web te intentan cobrar por diversas razones: acceder a contenido, asegurar tus cuentas, tener más privacidad y próximamente, tal como lo anunció Google, consultar cosas a la IA. 

En este proceso de degradación de espacios digitales el abuso al usuario ha cobrado una nueva dimensión debido a la irrupción de la IA en los modelos de negocios, ya que la explotación de datos a escala masiva no sólo ha desamparado a las personas de sus derechos de propiedad sobre sus creaciones, sino que tales datos regresan a los consumidores y a la población en forma de contenido engañoso y de baja calidad, así como en forma de supuestas predicciones y otros elementos que inciden en el comportamiento y percepción de las personas, volviendo más fácil la posibilidad de moldear los hábitos y decisiones de la población. 

Ante este panorama surgen las preguntas ¿cómo llegamos aquí? y ¿qué se puede hacer al respecto?

En el artículo anterior expliqué que, de acuerdo al activista y escritor, Cory Doctorow el proceso de degradación de las redes sociales consta de cuatro fases: primero, las empresas son buenas con el usuario y comparten parte del valor; una vez consolidados, abusan de los usuarios y dirigen parte de las ganancias a mejorar las condiciones para sus clientes comerciales; logrado lo anterior, las empresas abusan de los clientes comerciales y se apropian de todo el valor para sí mismas; por último, las empresas mueren.

A lo anterior se le suma el hecho que algunas empresas tecnológicas han alcanzado un estadio monopólico o cuasi monopólico, lo que hace aún más difícil el poder escapar de su poder y los abusos que cometen contra del internet, sus usuarios y otros actores de naturaleza política-económica. 

De entre las razones detrás de tal crecimiento y consolidación de poder, Doctorow identifica: leyes e instituciones que no atacan a los monopolios; un marco legal de propiedad intelectual que defiende los intereses empresariales, así como diversos impedimentos a la interconectividad y a la exploración y modificación técnico-funcional de productos tecnológicos. 

Existe la tendencia de creer que entre más grande y poderosa sea la empresa, mayor es su capacidad de innovación y creación de valor; sin embargo, poco se dice de las condiciones que llevan a una empresa a crecer y mantenerse así, tal como prácticas poco competitivas de bloqueo, copia y sabotaje contra otras empresas; también está la compra de empresas nacientes con el potencial de ser competitivas. Asimismo, algunos autores han puesto en duda hasta la capacidad de innovación y creación tecnológica de algunas empresas, las cuales tienen más interés en mantener su modelo de negocio y aumentar su rentabilidad financiera, antes de hacer productos útiles o que pongan en riesgo su modelo de negocio. 

Entonces, un primer paso para luchar contra el poder de estos monopolios es crear, adecuar y/o aplicar los marcos normativos antimonopolios existentes, con un énfasis especial en el tamaño de las empresas, su cuota de mercado y las diferentes estrategias y herramientas anticompetitivas que éstas puedan diseñar o llevar a cabo.

Por otro lado, está el marco legal de protección de propiedad intelectual, el cual privilegia la propiedad privada y los intereses de las empresas por sobre el interés público y que, irónicamente, contrasta con todo el discurso y naturaleza del internet, donde la información y el conocimiento se supondría que deben ser libres, accesibles y compartidos. Otra de las inconsistencias entre el régimen de propiedad privada y la incapacidad de los usuarios de defenderse de los abusos de las BigTech es la forma en la cual las empresas extraen el valor del contenido y todo dato para entrenar sus modelos de IA (y otros productos) sin pagarle a nada a cambio a las personas; ya ni se diga de los experimentos y estudios de los usuarios que algunas plataformas hacen sin su consentimiento. 

Todo lo anterior implica la necesidad de una revisión y reconsideración de distintos marcos normativos, no sólo en materia de propiedad intelectual y prácticas monopólicas, sino también en materia de protección de datos personales, datos públicos, competencia económica, entre otros. 

Un tercer elemento por atender son los diferentes bloqueos e impedimentos técnicos a la interconectividad e interoperación, tal como lo hace Apple con su negativa para instalar la tienda de apps de terceros; o lo que hacen las plataformas de redes sociales para evitar la portabilidad de datos y la migración interplataforma, no hay que olvidar que una de las capacidades de poder de estos monopolios radica en que se tratan de ecosistemas amurallados que son poco inter operativos entre sí, ya que el usuario no puede llevarse consigo las redes de contactos y relaciones que tenía de una red a otra. 

Otras estrategias podrían incluir promover la creación de servicios digitales del Estado con el fin de brindar opciones más allá del mercado y el interés privado, especialmente si estas iniciativas traen consigo el apoyo e incentivación del empleo local, tal como lo hizo la Ciudad de México al brindarle una plataforma para que los taxis puedan brindar sus servicios, el reto primero es robustecer sustancialmente las capacidades digitales del Estado.

Sin embargo, algo importante a considerar es que aunque al día de hoy se están creando y reforzando distintos intentos de regular y mitigar los efectos negativos de las grandes empresas tecnológicas y sus capacidades, tales intentos son insuficientes, superficiales y hasta inútiles; ya que en muchos casos las soluciones atienden manifestaciones o consecuencias del problema y no el problema en sí, el cual recae en el enorme poder de las  empresas y la necesidad de limitarlo y disminuirlo, algo que va en contraposición de los intereses de EUA o China, puesto que la proyección de parte de su poder internacional depende de no limitar las capacidades de sus empresas y dominar los espacios digitales de otros países, volviéndose infraestructuras digitales básica; por lo que se vuelve necesaria la coordinación y alianza internacional de países no dominantes en tecnología.