Aún se puede

“Deseo que el pueblo siempre tenga las riendas del poder en sus manos. El pueblo pone y el pueblo quita y es el único soberano al que debo sumisión y obediencia”.

Andrés Manuel López Obrador. 

“No se puede vencer al que no sabe rendirse” Exclamo el presidente Andrés Manuel López Obrador a los jugadores de la selección mexicana de fútbol quienes se encuentran en el mundial de Qatar 2022, un presidente entusiasta de los deportes y que siempre apoya a los nuestros a cualquier competición donde se presente, aun y cuando no se pase por el mejor de los momentos. 

Los pupilos del argentino, Gerardo Martino, cruzan por la peor crisis de credibilidad ante su inoperancia deportiva a la cual todos nosotros los “especialistas del momento” analizamos ante el bombardeo de información. Y es que ante una derrota contra Argentina que nos deja la borde de la eliminación y sin depender de nosotros mismos, la selección mexicana ha tenido la participación más angustiante de la época moderna del fútbol, que, para su suerte, es la que más llega al escrutinio público a través de las diversas plataformas donde se habla al respecto. Si bien, la selección aún cuenta con posibilidades matemáticas de calificar a la próxima ronda, donde se encontraría a un rival del calibre de Francia (actual campeón del mundo) se avizora muy pocas posibilidades ante los escenarios proyectados y donde, por sí solo, nuestro selectivo nacional no tendrá con que responder, ya que somos la una selección de nuestra confederación que no ha anotado ni siquiera un gol en este mundial. 

Ahora bien, siempre los mundiales, así como las olimpiadas son un imán para nuestro país para la distracción, la fiesta, la algarabía y sobre todo para darnos un respiro ante la rutina diaria. Hoy no parece ser así, el triste papel que ha jugado nuestra selección desde el proceso de calificación para el mundial ha generado un mal humor generalizado entre los fanáticos de siempre y los de moda que cada 4 años se dan cita, pero esto, ¿Cómo impacta en la rutina diaria? Un país que aún se paraliza cuando 11 personas que los representan ante el mundo se dan cita para competir contra otros 11 deportistas que se han preparado para defender el orgullo nacional, México es un país en el cual el futbolista profesional (mejor pagado que el presidente y muchos más) goza de ser idolatrado por millones de personas y casi casi gozar de un “fuero” o “manto de protección” salvo el escrutinio que pudiera sufrir por sus resultados profesionales, sin embargo, cuando estos futbolistas, hoy seleccionados como los mejores para representarnos, no logran los resultados esperados aun y cuando estos no tenían una gran expectativa o exigencia en relación a lo que se les paga por jugar este bello deporte, este país también lo resiente. 

El ánimo y la moral en las calles del pueblo mexicano cae cual, si fuera un luto nacional, por lo tanto, las instituciones, públicas y privadas lo resienten. El futbolista profesional hoy en día no entiende el nivel de responsabilidad que tiene, si bien no es una responsabilidad impresa en un contrato de publicidad con alguna marca deportiva o de lujo, tampoco un contrato con alguna televisora, un manejador o quizá con una marca de automóviles, cosas a las que hoy están acostumbrados los jugadores seleccionados, pero volviendo al tema, ¡si es una responsabilidad moral! 

Ya para que incluso el presidente de la república esté atento y estuviera presente viendo los dos primeros juegos y enviando su apoyo habla de lo mucho que desencadena el fútbol y la selección, y si bien el cómo se llega y el cómo se desempeña en lo que va de mundial la selección es una cruel decepción, esto tienen un sin fin de explicaciones, el entrenador, la dirección de selecciones nacionales, en que manos  y de quienes está el fútbol en México, los jugadores y su falta de hambre y de sentir los colores que portan, etc., pero sin duda, la ya tan trillada “corrupción” es una de las causales más profundas del por qué nuestro fútbol no termina de dar el salto para competir en otros estándares internacionales. 

Parece una crónica de una muerte anunciada pero el actuar de la selección estaba observado desde tiempo atrás, la gente cada vez va menos a los estadios, consume menos las playeras, apoya menos a los equipos y cree mucho menos en el fútbol, pareciera el reflejo también de la política en México, donde cada vez se cree menos, se participa menos, se apoya menos, a menos claro que suceda algo que venga a dar un quiebre de fondo y cambie la condición para quienes trabajan de que ruede la pelota pero también de quienes disfrutamos ver que ruede.

Sin duda la esencia del fútbol es distinta a lo que hoy consumimos cual espectáculo de artistas, y hoy quien es profesional del fútbol pasa más por un “influencer” que por un deportista de alto rendimiento, y precisamente ante esta situación y el enojo generalizado y la búsqueda de culpables de nosotros la afición, hoy pasionalmente reclamamos a la selección mexicana, directivos y sobre todo jugadores, hagan hasta lo imposible por representarlos a la altura de lo que México debe representar y que mientras tengamos esperanza hagamos lo necesario por lograr devolver la fe a la afición, porque si a la selección le va bien, sin duda al país también, el miércoles tenemos la cita contra Arabia Saudita quien nos era un rival fácil pues también puede calificar y necesita ganarnos para lograrlo. 

“Solo está perdido quien deja de luchar”   

Después habrá manera de analizar de cara a un nuevo proceso que se requiere hacer y quienes deben representarnos como país.