Los hechos que contradicen la “Verdad Histórica” de Ayotzinapa

La información actual sobre los hechos ocurridos la noche del 26 de septiembre de 2014 en Iguala, Guerrero, contrasta significativamente con la versión que dio a conocer el Gobierno anterior a través del procurador de justicia de ese momento, Jesús Murillo Karam, adaptación de los hechos que fue conocida como la “Verdad Histórica”. 

En el informe de la Comisión de la Verdad del caso presentada este 18 de agosto, se logra evidenciar que tanto las autoridades locales como federales actuaron a favor de las conveniencias de algunos funcionarios públicos. Esto derivó en que la información presentada haya sido modificada y cuestionada por la forma en la que se obtuvo, ya que se registraron diversos casos de tortura en individuos interrogados, así como pruebas plantadas para desviar las investigaciones. 

Según la “verdad histórica” los estudiantes se dirigieron a boicotear el informe de labores de María de los Ángeles Pineda Villa, presidenta del DIF y esposa del presidente municipal de Iguala, José Luis Abarca Velázquez. El informe presentado este 18 de agosto revela que los normalistas se dirigieron a la central de autobuses para viajar a la Ciudad de México e incorporarse a los eventos del 2 de octubre en la capital.

Para la administración anterior los alumnos detenidos por la policía de municipal de Iguala fueron trasladados a la Comandancia del municipio. La información actual esclarece que los detenidos que iban a bordo de uno de los autobuses fueron llevados a la comandancia de Iguala, mientras que a otros los trasladaron al municipio de Huitzuco. Los detenidos en la comandancia fueron entregados en Loma de Coyotes a miembros de Guerreros Unidos.

La averiguación actual señala que un individuo identificado como “Al” dio la orden de recuperar cierta mercancía que se presume se encontraba en uno de los camiones. Según el informe, el individuo menciona: “me chingan a todos a discreción”. Posteriormente ordenó la desaparición de todos los estudiantes porque no logra ubicar quien es quien, y sospecha que en el grupo secuestrado se encuentran miembros del crimen organizado identificado como “Los Rojos”, célula criminal antagonista a Guerreros Unidos. “Mátalos a todos, la plaza es mía”, sentencia “Al”.  

Para la “Verdad Histórica” los integrantes de Guerreros Unidos incineraron los restos de los estudiantes en el Basurero del municipio de Cocula y posteriormente arrojan sus cenizas al Río San Juan. La información actual asegura que “El Chucky”, presunto miembro de Guerreros Unidos, les “metió machete” y los introdujeron en bolsas para que cada grupo se deshiciera de ellos como quisieran.

Hasta el momento se han identificado 18 operadores de la desaparición en donde sobresale un individuo perteneciente a la policía del municipio de Huitzuco. El 30 de septiembre “El coronel” asegura que ellos se encargarían de limpiar todo y que ya se habían “encargado” de los seis estudiantes que habían quedado vivos.

En el informe se presume que los restos fueron trasladados hacia varias ubicaciones. En primera instancia se señala a un sujeto apodado como “El Chino”, quien arrojó sus “paquetes” al “Río Balsas”, mientras que otro individuo identificado como “La Gorda” los trasladó al “Pueblo Viejo” con el apoyo de otros integrantes del cártel. Por su parte, “El Moreno” “cocinó” a cinco estudiantes y le mandó otros cinco a “El Chucky”. Otros estudiantes fueron desplazados a la “Casa de Huitzuco”. “El Chino” comentó que hasta en “la mina de los patrones” aventaron restos.

Posteriormente, el presidente municipal de Iguala, José Luis Abarca, coordinó la limpieza. “Van a borrar evidencia para que no los allen (sic).” “La gente de México ya tiene el circo armado (…) (Tomás Zerón) era el que andaba mandando limpiar todo el caso de los chicharrones”, aseguró.

El segundo destino de los restos se llevó a cabo luego de que presuntamente se secuestrara a un ingeniero en Chilpancingo, quien se encargó de desenterrar los cuerpos para ser trasladados al 27° Batallón, Rancho del Cura, Lomas de Coyote y La Mina. Los restos iban a estar en movimiento si la situación lo requería.