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  • 03 May 2023
  • 11:05
  • SPR Informa 6 min

Oposición encadenada

Oposición encadenada

Por Hugo Rangel Vargas

La imagen de la senadora Xóchitl Gálvez encadenada a la tribuna de la antigua sede del Senado en el histórico edificio de Xicoténcatl, es la representación de una oposición atada al pasado y asida del histrionismo del pataleo, ante su imposibilidad de ir al fondo de los argumentos en el debate parlamentario y en la discusión de los grandes temas de la agenda pública. 

El marasmo postelectoral en el que naufraga la oposición desde el proceso de 2018 no ha hecho sino agudizarse a medida en la que la sucesión presidencial de 2024 se acerca. La derecha se aferra a defender un orden y un estado de las cosas que fue heredado del régimen neoliberal, mismos a los que el movimiento que encabezó López Obrador en tres procesos electorales reiteró que serían objeto de cambios profundos. No hay nada de que sorprenderse: la agenda de ofertas de campaña que logró una mayoría aplastante en las urnas durante 2018, ahora se esta traduciendo en reformas legales que las concretan.

La derrota electoral y moral sigue estancada en los intestinos de los partidos opositores. No se ha asimilado por parte de su cleptocracia, que el mandato ciudadano que les condenó a la marginalidad política incluía una carta de no retorno para el régimen caduco de privilegios al que defienden con garras, dientes y cadenas. 

La faramalla y espectáculo montado con el encadenamiento de la panista, así como la pijamada exprés de otro grupúsculo de legisladores en el senado de la república, en nada impidieron el procesamiento de las reformas que el presidente López Obrador había propuesto al legislativo; sí en cambio lograron aturdir a la prensa deseosa de espectáculo para distraer los reflectores de la discusión de fondo sobre el contenido de las iniciativas en comento.

La extinción de entidades como la Financiera Rural y el INSABI obedecen a una lógica de eficiencia del gasto público que privilegia los resultados de este, antes que rendirle tributo a la pomposidad engañosa de la denominación de una instancia burocrática. Los cambios sufridos por el CONACYT revaloran a las humanidades y reorientan a esa instancia, misma que antes estimulaba a sus investigadores a anclarse a una carrera eterna de papers y meritocracia técnica que les alejaba de los problemas de la sociedad. Y ni qué decir de la iniciativa 3 de 3 contra agresores de mujeres y deudores de pensión alimenticia, la cual llega a ponerle dientes a la lucha contra la violencia de género.

Todo eso se extravió o al menos está extraviado para una oposición encadenada a su pasado, a su historia de fracasos y de corrupción. El peso de ese grillete le hunde ante los ojos de una ciudadanía que al parecer ya decidió el derrotero de su futuro inmediato.