Neo-nazismo en México

A finales del mes pasado tuvo lugar en la colonia Santa María La Rivera, en la CDMX, un concierto de neo-nazis por la conmemoración de la Marcha sobre Roma de Benito Mussolini en 1922 y por la fundación del partido fascista Falange española en 1933. Según información emitida por El País este concierto fue clandestino, solo por invitación y pago por conocidos de estos grupos, y con una asistencia de casi 300 personas. 

Dichos grupos son integrados por bandas de punk por españoles y mexicanos, con la generalidad de simpatizar con posturas de ultra derecha, como el fascismo, el nazismo (con acentuada admiración a la figura de Hitler), y a diversas ideas favorables al radicalismo político, regímenes autoritarios, restricciones a derechos de minorías y una abierta violencia contra posturas políticas contrarias. Además de favorecer al supremacismo blanco, también simpatizan con ideas misóginas, homofóbicas (en general contra cualquier espectro de la diversidad sexual), racistas, xenofóbicas y contra el espectro político de izquierda.   

No es menor que existan estos grupos, a falta de partidos políticos formales que no integren esas posturas radicales y violentas, por fortuna. Si bien son una microscópica minoría no hay que perder de vista que los grupos que integran esas ideas en diversos países han llegado a generar muestras de violencia, como los tiroteos en EU. En nuestro país con una población de tez blanca tan proporcionalmente pequeña es bastante irónico, por decir lo menos, la existencia de estos grupos que con una profunda irresponsabilidad e ignorancia hacen suyo al nazismo. 

Tampoco hay que perder de vista nuestro contexto histórico mexicano, como la existencia de la Unión Nacional Sinarquista (UNS) de extrema derecha, asentada en​ Guanajuato en 1937; los Tecos, organización anti comunista con presencia en Guadalajara creada en los 70´s; el Movimiento Universitario de Renovadora Orientación (MURO) de línea ultraderechista, creado en los 60’s; el Frente Universitario Anticomunista (FUA) con presencia en Puebla en los 50’s y el Yunke, el grupo clave de la ultraderecha mexicana. Valdría mucho profundizar sobre cada grupo, pero este espacio queda inmensamente escaso. La generalidad es que esos grupos mexicanos han tenido una participación de agentes políticos formales como lo es la representación en el PAN, en universidades, organizaciones estudiantiles y con catedráticos, también tienen una muy profunda línea religiosa por parte de representantes de la iglesia católica, varios de ellos han usado la violencia y la propaganda a favor de ella; incluso algunas han tenido presencia en otros países como Tecos en Latinoamérica y el Yunke en España. 

En nuestra región también hay preferencias políticas radicales que han encontrado eco en liderazgos como José Antonio Kast en Chile que trató de reivindicar a la dictadura de Augusto Pinochet, Jair Bolsonaro en Brasil con su respaldo a la violación de derechos humanos, Jeanine Añaez, golpista de Bolivia, Nayib Bukele, el más reciente autócrata del Salvador, y el partido Vox de España con su insistente búsqueda de un neo colonialismo en Iberoamérica.  

Hay que rechazar y condenar a las organizaciones políticas, sus liderazgos y a sus ideas, que adopten posiciones a favor de la violencia y a la minimización del otro.