Morena y el Movimiento Arcoíris por México

En todo proceso electoral federal existe siempre al inicio, e incluso meses antes del arranque oficial, la especulación en torno a las nuevas Agrupaciones Políticas Nacionales (APN) aprobadas por el Consejo General del Instituto Nacional Electoral. Esta figura jurídica contemplada dentro de la legislación electoral es diferente de los partidos políticos en cuanto a su comportamiento y objetivo, pues las APN al no recibir financiamientos públicos por parte de la autoridad electoral y no poder participar en elecciones, su fin primordial es la mera participación política en los temas de la agenda nacional en el marco de uno de los derechos político-electorales más importantes que tenemos como personas nacidas en México: asociarse individual y libremente para tomar parte en forma pacífica en asuntos políticos del país.

¡Qué importante es la organización libre y consciente para trabajar en los temas que nos importan y formar parte de las decisiones que afectan nuestro día a día! Como integrantes de una población históricamente olvidada, discriminada y vulnerada en nuestros derechos, el incidir en la vida pública para que esta condición termine es fundamental. Esa es la virtud del nacimiento de la primera Agrupación Política Nacional de la diversidad sexual y para la diversidad sexual: el Movimiento Arcoíris por México.

Sin embargo, mucho se ha criticado en el por qué contar con esta APN LGBTTTI+, cuando en el partido Morena existe una Secretaría de Diversidad Sexual a nivel nacional y en gran parte de los estados de la República. Sabemos que en la lucha por los derechos de las poblaciones de atención prioritaria o en alguna situación de vulnerabilidad como lo es la de la diversidad sexual, la izquierda en el campo político es quien ha abrazado estas causas, puesto que los grupos de derecha y conservadores nunca han mostrado ese interés al no estar dentro de sus agendas programáticas, simplemente porque nos consideran antinaturales y aberrantes debido a la concepción ética y moral que rige en sus vidas. Los dogmas religiosos y la ignorancia que a veces produce el privilegio de lo económico o de lo material les obnubila la vista y les produce insensibilidad o falta de empatía ante estos mecanismos estructurales que producen situaciones de exclusión o de desventaja.

Ahora bien, a pesar de qué Morena nació con esta Secretaría de Diversidad Sexual (por cierto, su creación tuvo mucha resistencia y oposición por parte de grandes figuras del movimiento y de la ahora Cuarta Transformación), a través de los años su funcionamiento e incidencia ha sido limitada a nivel nacional. En el ámbito estatal, algunos comités no cuentan con esta figura actualmente y ni qué decir en lo municipal o alcaldías en donde los comités simplemente fueron “cepillados”. Ningún otro partido actualmente tiene una estructura LGBTTTIQ+ tan visible como Morena, es cierto, pero también hay que reconocer que este impulso institucional a favor de la diversidad sexual desde el partido no ha sido el mismo desde sus inicios. Siempre son las personas y la voluntad política que puedan ejercer para que las cosas sucedan lo que siempre ha contado al final del día.

Por otro lado, es bien sabido que los partidos políticos cuentan con diferentes agendas, diferentes objetivos que van desde los temas de seguridad, administración pública, eliminar la pobreza, acabar con la corrupción, tener economías fuertes, generar inversión extranjera y fortalecer el mercado interno, entre muchos otros ejes temáticos, y el avance de los derechos de la población LGBTTTIQ+ siempre es lo último en las prioridades de los institutos políticos, si bien nos va. Morena ha hecho su parte pero no es suficiente.

Ahí está la oportunidad de oro para formar una alianza, generar sinergia que complemente esta lucha por los Derechos Humanos, la inclusión y el respeto hacia la población LGBTTTIQ+. El Movimiento Arcoíris por México, constituida ya como la primera Agrupación Política Nacional de la diversidad sexual registrada ante el Instituto Nacional Electoral, podrá ayudar en esta batalla en contra del conservadurismo que continúa emitiendo discursos de odio sin importar que esto cause intolerancia y falta de sensibilidad, por decir lo menos, ya que los crímenes de odio hacia nuestro sector arcoíris siguen registrándose en México y en diferentes partes del mundo. 

El Movimiento Arcoíris por México no es un partido político y al no recibir recursos públicos, tiene la ventaja de poder trabajar única y exclusivamente por sus objetivos programáticos sin ataduras o compromisos políticos de cualquier índole. Esto significa que personas de la diversidad sexual que no confían en el sistema partidista mexicano pero que si desean formar parte de la incidencia política, encuentren un nicho que les permita desarrollar su activismo sin la necesidad de caer en los vicios internos que heredamos del viejo sistema corrupto que tanto a denigrado la política actual. Existen muchas personas integrantes de la población LGBTTTIQ + que no tienen una afiliación partidista pero desean con todas sus fuerzas accionar en el campo de lo político, en sus municipios y estados pero no desde algún partido. Eso es totalmente respetable y para eso está el Movimiento Arcoíris por México.

Habemos muchos militantes fundadores y no fundadores de Morena en el Movimiento Arcoíris por México puesto que la ley electoral no lo prohíbe, así como también lo integran militantes de otros partidos y personas, en su mayoría jóvenes, que no tienen o no les interesa afiliarse a ningún partido político y no por eso debemos de señalarles o satanizarles. Al contrario, debemos buscar las formas de integrarles y politizarles. Pues eso es lo que siempre se nos crítica como población LGBTTTIQ+: la apatía y el desinterés por incidir en lo público y sólo quedarnos en el desmadre o lo superficial.

Esta es una gran oportunidad para fortalecer al movimiento de la diversidad sexual desde el campo de lo político y cerrar el paso a la ignorancia, al odio y la indiferencia que promueven los grupos conservadores y de derecha en México y en todo el mundo. El enemigo está afuera y no entre nosotres.