El eterno dirigente de Movimiento Ciudadano, Dante Delgado, ha dicho que el partido naranja vislumbra como sus dos alternativas para la candidatura presidencial tanto al gobernador de Nuevo León, Samuel García, como al morenista en rebeldía, Marcelo Ebrard. Ambas opciones esconden de fondo una definición para el futuro mediato de este instituto político.
Lo que está claro es que, en ninguno de los dos casos, la decisión que tome Movimiento Ciudadano partirá de una postura política conceptual que permita delinear su proyecto para el país. Esta se basará, tal como ha ocurrido a través de la historia de este partido, en un cálculo eminentemente pragmático que estime la rentabilidad política de una u otra alternativa. Sin embargo, la candidatura del excanciller podría implicar la importación de cuadros políticos que en el mediano plazo signifiquen el desplazamiento de la ya tradicional cúpula naranja.
Samuel García representa sin duda a la extirpe y el prototipo de líderes que militan en MC. Es el tradicional político “buena ondita” que, en 2014, por ejemplo, centró su propuesta como candidato a diputado local en la donación de su sueldo. Su perfil, narrativa y hoja de vida lo acerca con un sector del electorado más afín a la derecha y podría arrojar dividendos para su partido, sin embargo, tiene en contra el hecho de llegar tarde a la carrera y ser presentado como una alternativa más testimonial que efectivamente competitiva.
Marcelo Ebrard por su parte podría significar una veta nueva de electores para el partido naranja. Su breve militancia en MORENA le dio contacto con dirigentes y liderazgos de este partido, mismos que una vez que transcurran las definiciones de candidatos a los otros niveles de gobierno y del legislativo, podrían no verse representados en las mismas y optar por seguir el ejemplo del excanciller. Es muy probable que Ebrard como candidato presidencial, otorgue a MC una representación más fuerte en el legislativo, pero dentro de la cual seguramente él mismo podría tener más injerencia que el propio Dante Delgado.
Lo cierto es que las posibilidades de que MC sea una opción real de competencia para los dos bloques electorales ya claramente definidos son mínimas. Ni Samuel Garcia, ni Marcelo Ebrard tienen posibilidad alguna de acercarse a las preferencias del bloque opositor, ni mucho menos de los partidos afines a la 4T. Ambas figuras, sin embargo, podrían abrir la puerta a un relevo de cuadros políticos al interior de este partido, así como el ocaso de Dante Delgado y la llegada de un nuevo interlocutor en la vida pública del país.