Lecciones ridículas de una marcha déspota

Algunas cosas bastante ridículas se pueden concluir después de la marcha que convocó el domingo pasado la ultraderecha empresarial mexicana representada por el PAN, millonarios, el clero católico y organismos extremistas para exhibir su despotismo y su desprecio al pueblo; esto con el pretexto de defender al Instituto Nacional Electoral, ante su inminente y necesaria reforma.

Varios diputados y senadores -plurinominales- del Partido Acción Nacional están carcomidos por una voracidad ante apetitos electorales incompatibles con sus historias de jamás haber participado en una elección.

Como ejemplo tenemos al diputado Santiago Creel Miranda, pues aspira a la candidatura presidencial; también diputada Mariana Gómez del Campo, sobrina del expresidente Felipe Calderón, y la Senadora Kenia López Rabadán, quien afirma que ganará la Ciudad de México. 

Los pluris defensores de las pluris son los mismos que en realidad están aterrados por la posibilidad de que se eliminen las diputaciones y senadurías plurinominales, y con ellas su supervivencia política y millonaria, pues algunos de ellos llevan más de 2 décadas cobrando en el Congreso, si haber participado jamás como candidatos en ninguna elección.

Dicho de otra manera, nadie jamás ha votado por los panistas convocantes a la marcha por la democracia Santiago Creel, Kenia Lopez Rabadán ni por Mariana Gómez del Campo, sobrina del expresidente Felipe Calderón.

Dicho sea de paso, cada uno de ellos, que "defienden al INE" sin haber sido electos, nos cobran alrededor de cien mil pesos al mes.

Igualmente estuvieron  en la Marcha estuvieron como convocantes los empresarios multimillonarios con historial como deudores de hacienda Claudio X. González y el expresidente de la COPARMEX, Gustavo de Hoyos.

Ambos entre otros millonarios y magnates que siguen furiosos porque el gobierno de Andrés Manuel López Obrador los ha obligado a pagar los impuestos que les perdonaban los gobiernos del priista Enrique Peña Nieto y de los panistas Vicente Fox Quesada y Felipe Calderón.

Cómo cereza del pastel de ultraderechas, el rostro de ese desprecio rampante en la sonrisa burlona de la diputada Margarita Zavala, esposa del expresidente Felipe Calderón.

Ella, quien se tomaba selfies junto con su compañero diputado vía plurinominal Santiago Creel; apostando que el pueblo ya olvidó que está vinculada con el infanticidio de 49 bebes quemados vivos en la guardería ABC de su familia.

También hubo grupúsculos repelentes a la dignidad, infiltrados en el feminismo radical, como lo demostraron las allegadas al feminismo blanco de Patricia Olamendi, vinculada con LatinUs y con el expresidente Felipe Calderón a través de sus “Brujas del Mar”.

La feminista que tuvo que mirar a otro lado y seguir mansamente la convocatoria de grupos “provida” que se oponen a los derechos de las mujeres, como es el caso de la interrupción legal del embarazo.

De igual manera, colectivos LGBT en sumisión de la mano derecha  del titular de Diversidad Sexual del PRD, Antonio Medina, aquel celebre personaje que se mediatizó por llamar  a las ciudadanas trans "peluqueras y prostitutas".

Cómo arcoiris plásticos y sin memoria, obedecieron con dignidad de cartón a la convocatoria para marchar emitida por el organismo homofóbico de ultraderecha fascista Frente Nacional por las Familias.

Ambos colectivos antiderechos, como es el Frente Nacional por la Familia y Provida, estuvieron en la presentación de la Marcha por la defensa del INE, mientras la feminista Olamendi y el diverso Medina, fueron ignorados y escondidos bajo la alfombra para no enturbiar el discurso moral panista y católico.

También se pudo apreciar una extraña coincidencia, la ausencia de bloques negros, esos que solo aparecen para vandalizar y destruir mobiliario urbano en las marchas que organiza la sociedad civil, pero que jamás aparecen cuando se trata de movilizaciones convocadas por la ultraderecha, los empresarios y el clero.

Y la otra extraña coincidencia sobre la convocatoria, unos días antes de una "Cumbre conservadora" que llevará a cabo la ultraderecha mexicana a partir del 18 de noviembre, y que incluirá entre sus invitados de honor a Steve Bannon, exasesor principal del expresidente de Estados Unidos Donald Trump y vinculado con el ridículo intento de grupos extremistas de tomar el capitolio.

Igualmente estará el hijo del derrotado excandidato presidencial y mandatario saliente de Brasil, Jair Bolsonaro, y el candidato de ultraderecha a la presidencia de Chile Antonio Kast.

Y es que la propuesta de Reforma Electoral, del Presidente Andrés Manuel Lopez Obrador, aterra a la ultraderecha. El presidente propone eliminar 200 diputados plurinominales, - lo que asusta al PAN, en especial a los pluris como Santiago Creel y Gómez del Campo-, y a 32 senadores plurinominales, suceso que aterra al Senador López Rabadán.

En la propuesta del presidente también se eliminará a miles de regidores en todo el país y recortará el financiamiento público a los partidos políticos; mismos que tendrían que subsistir sin presupuesto del estado, y solo podrán recibir recursos en tiempos de campaña.

La ultraderecha, los empresarios, el PAN y el clero racista, clasista, misógino y homolesbitransfóbico puede celebrar un cascaron mediático con una marcha de acarreados que juntó a menos personas que el “Desfile del Orgullo LGBTTTI de la Ciudad de México”.

El presidente y el pueblo de México van con la Reforma Electoral, misma que, según una encuesta publicada por el diario El País y W Radio, es apoyada por 2 de cada tres ciudadanas y ciudadanos de nuestra nación.