La lucha por la libertad de Julian Assange y el papel del periodismo independiente

El caso de Julian Assange ha vuelto a cobrar relevancia recientemente gracias a las declaraciones del expresidente de Brasil, Lula da Silva quien durante su estancia en Londres por la coronación de Carlos III, criticó duramente el encarcelamiento de Assange, calificándolo como "una vergüenza". El expresidente cuestionó fuertemente el hecho de que un periodista que develó las trampas de un Estado contra otros esté condenado a morir en la cárcel y que nadie esté haciendo nada por su libertad.

En este sentido, Lula propuso la organización de una campaña mundial por la liberación del periodista y la defensa de la libertad de expresión y prensa. La campaña buscaría hacer visible el papel crucial que juega el periodismo independiente en la denuncia de abusos de poder y la transparencia gubernamental, así como el derecho a denunciar lo injusto.

Assange ha sido reconocido por su importante contribución periodística al revelar información confidencial y documentos clasificados de diversos gobiernos y organismos internacionales. Uno de sus hallazgos más significativos fue el video del ataque de un helicóptero Apache de la armada estadounidense en Irak, en el que murieron dos periodistas de Reuters y otros civiles. La publicación de este video por parte de Assange y WikiLeaks fue fundamental para desenmascarar la verdad detrás del incidente y demostrar la importancia del periodismo independiente y valiente en la denuncia de abusos de poder y violaciones de los derechos humanos.

La lucha por la liberación de Assange no solo es una cuestión de justicia para él, sino también un símbolo de la lucha por la libertad de prensa y la defensa del derecho de los ciudadanos a estar informados de manera veraz y transparente, ya que su caso ha planteado preguntas importantes sobre la libertad de prensa y el papel de los periodistas en la sociedad.

Asimismo, el caso es sin duda uno de los más relevantes y determinantes en la historia reciente. El presidente AMLO, quien también ha pedido su liberación en el pasado, lo considera como el “mejor periodista de nuestro tiempo”, incluso le envió una carta al presidente Joe Biden donde le comentaba que Assange no había cometido ningún delito grave y que reconsiderara la situación. Además otros líderes políticos del más alto nivel como Petro en Colombia y Fernández de Argentina, también han expresado su apoyo al movimiento.

En nuestro contexto global, es un hecho muy preocupante e irónico que un periodista tan influyente y destacado se encuentre en prisión en un momento en que el periodismo en general enfrenta desafíos críticos. En los últimos años, por ejemplo, se han producido varios acontecimientos que han puesto en peligro la integridad y la credibilidad de este, y la llegada de la pandemia del Covid-19 acentuó aún más esta situación, ya que fue durante la crisis sanitaria que surgieron medios de este tipo de manera exponencial; que no solo no informaban adecuadamente, sino que se dedicaban abiertamente a la desinformación. Estos medios promovían, principalmente, temas como el negacionismo científico sobre la existencia del Covid-19 o la efectividad de las vacunas, y propagaban teorías de conspiración acerca de una supuesta agenda del nuevo orden mundial. Hoy en día muchos de ellos siguen desinformando descaradamente.

El consumo de información en la era del post-periodismo

Esta crisis se ha manifestado en una nueva tendencia que desde hace algunos años le llaman “post-periodismo”, la cual es una corriente que ha cuestionado y hasta cierto punto “desvanecido” los conceptos tradicionales del mismo, pues ha dado lugar a nuevas formas de producción y consumo de información en línea.

El término también se ha utilizado en los últimos años para describir una tendencia en el periodismo contemporáneo que desafía las convenciones tradicionales. Aunque en realidad no tiene una definición clara y universalmente aceptada, a menudo se usa para referirse a la práctica de crear contenido que no está sujeto a los estándares éticos y profesionales de la profesión periodística.

En algunos casos, también se refiere a la creciente influencia de las redes sociales y las plataformas de noticias en línea, que han permitido a los ciudadanos comunes convertirse en "periodistas ciudadanos" y publicar noticias e información en tiempo real sin una formación profesional en periodismo o un código ético común.

Sin embargo, esto presenta una problemática evidente, ya que los algoritmos de las redes sociales y de los motores de búsqueda han transformado la manera en como la sociedad consume noticias, ya que estos también tienden a mostrar a los usuarios contenido que se ajusta a sus preferencias y puntos de vista, lo que puede llevar a la creación de burbujas de información. Estas burbujas pueden hacer que las personas se aíslen en su propio universo informativo, rodeados solo de contenido que confirma sus prejuicios y creencias, lo que dificulta que se expongan a perspectivas alternativas y desafiantes.

Como resultado, las personas pueden caer en la trampa de la confirmación y dejar de cuestionar sus propias opiniones y creencias, cayendo en una especie de “efecto burbuja”, lo que puede llevar a la polarización y a una mayor fragmentación en la sociedad.

Por otro lado, algunos defensores de estas nuevas tendencias, sostienen que representa una oportunidad para desafiar las narrativas hegemónicas y crear una diversidad de voces e historias en el panorama mediático. Según esta perspectiva, el post-periodismo se basa en la idea de que todos tenemos derecho a contar nuestra propia historia y que la profesionalización del periodismo puede excluir a ciertos grupos de la sociedad.

Estas nuevas formas de comunicar, han surgido como una consecuencia natural de la posmodernidad que caracteriza la vida contemporánea. La creciente difusión de noticias falsas o "fake news", así como la proliferación de contenido poco riguroso o sensacionalista, hacen que sea cada vez más difícil para la población en general, especialmente para aquellos no especializados en temas de comunicación, distinguir entre lo que es información confiable y lo que no.

La situación se agrava aún más con la aparición de nuevas tecnologías relacionadas con la inteligencia artificial, que pueden contribuir a la generación de contenidos cada vez más sofisticados y difíciles de identificar como falsos. En este contexto, se hace necesario reflexionar sobre la importancia del periodismo crítico y de alto impacto social, así como de la necesidad de contar con herramientas y estrategias para combatir la desinformación y proteger la integridad del derecho a la información.

Por otro lado, es importante hacer hincapié y reconocer que el periodismo global tiene una deuda para con Assange por su invaluable contribución en la revelación de información clave que ha desenmascarado muchas verdades ocultas, pero también nos ha ayudado a ver la diferencia entre el trabajo que si vale la pena y el que no. Él nos ha remarcado el poder que la información tiene en nuestras vidas y ha demostrado lo que realmente significa ser un periodista comprometido con la verdad, el análisis y la ética. Por lo tanto, es fundamental que sus colegas periodistas aboguen por él y defiendan su derecho a la libertad de expresión, como bien propone Lula, ya que estos valores son esenciales para seguir construyendo una sociedad libre y justa.