La ciudad del Paso del Norte

Ciudad Juárez es donde oficialmente terminó el porfirismo en 1811 después del estallido de la revolución.  La Ciudad la había renombrado el mismo Porfirio Díaz en 1888 haciendo referencia al presidente Juárez y su estancia ahí durante la intervención francesa, el nombre anterior era El Paso del Norte. El mismo nombre que conserva la ciudad hoy en día del lado de Texas, El Paso. 

En el Paso este fin de semana se llevó a cabo la reunión anual de la asociación histórica del Estado de Texas con motivo del acta de declaración de independencia del 2 de marzo de 1836. En ella se presentaron no solo profesionales de la historia, sino abogados, políticos, estudiantes y miembros de la sociedad en general, del Estado. 

Estados Unidos es una nación que valora mucho la historia. La historia rige todos los aspectos de su vida, no se le ve como algo separado del resto de las actividades, económicas, sociales, políticas, jurídicas. 

En cada una de las mesas había referencia al tiempo en Texas fue parte de México, había un reconocimiento de las tradiciones, las familias, constituciones, legislación, mexicano- americano que se dieron en esos años. Nombres como Lorenzo de Zavala, Miguel Ramos Arizpe, Ignacio Zaragoza, Stephen Austin, David Bradburn y otros mexicanos que participaron activamente en la construcción del Estado texano.

Del lado mexicano culpamos a Antonio López de Santa Anna por la escisión de Texas, por los movimientos fallidos en el campo de batalla. Sin embargo, no fue el único culpable, la rigidez de las elites mexicanas desde la colonia hasta hoy en día incomodaron los intereses de empresarios y ciudadanos texanos y norteamericanos.

Del lado texano el espíritu de libertad y república influyó mucho en su sistema político, algo que incluso ha causado problemas incluso a la federación de Estados Unidos. 

Esta construcción de Santa Anna como villano se dio justamente en el Porfirismo, Justo Sierra en su libro Evolución política del pueblo mexicano critica el papel de Santa Anna en los acontecimientos de Texas y de la Guerra contra Estados Unidos, algo que no se había visto antes en ese siglo.  La historiografía mexicana del siglo XX coronaría a Santa Anna como el villano del país sin reflexionar sobre otros aspectos de autocrítica: la rigidez de la sociedad mexicana que inspiró a los texanos a rebelarse y separarse de México.  O esa misma rigidez que impide el progreso de muchos mexicanos que hoy cruzan la frontera ilegalmente en busca de mejores oportunidades. 

Para tiempos de Porfirio Díaz, las élites intelectuales liberales buscaron un villano de primera mitad de siglo y lo encontraron en Santa Anna. Pocas veces reflexionaron sobre como la opresión de las élites impedía la movilidad social, que fue reforzada en el Porfirismo. 

Hoy ambas ciudades que tenían el mismo nombre y eran la misma ciudad, son muy diferentes y vale la pena reconocer esa diferencia en los valores que están detrás de cada lado de la frontera Podemos como mexicanos revisar si realmente fue una torpeza militar de Santa Anna o más bien los valores y una sociedad mexicana que era (o es) muy poca dinámica, cuyas elites coloniales quedaron al mando y se han negado a cambiar. 

Hoy en el siglo XXI hay que reconocer no solo a los villanos sino a los héroes que crean sociedades y las mantienen funcionando. El empuje norteamericano y las concepciones sobre la historia, la libertad y las garantías creación una sociedad muy dinámica que hoy en día acoge a nuestros connacionales.