Entre la salud pública y el mercado: dos visiones opuestas en México

En la efervescencia del inicio de la campaña electoral, el sistema de salud se erige como un ámbito de divergencia ideológica, develando visiones distintas sobre el rumbo de nuestra sociedad y el rol del Estado. Las propuestas de la Dra. Claudia Sheinbaum Pardo y la candidata de la derecha trazan caminos opuestos para afrontar el reto de garantizar el derecho a la salud.

La Dra. Sheinbaum propone una visión integral y universal de la salud, con la firme convicción de que el Estado debe asegurar este derecho desde el nacimiento. Esta propuesta además de buscar consolidar los avances logrados hasta la actualidad, también pretende expandirlos.

Lo anterior, mediante un enfoque particular en la prevención y en la inclusión de aquellos más desprotegidos y abandonados del sistema que dominó durante cuatro décadas. La digitalización de los servicios, la expansión de la infraestructura en zonas desatendidas y programas específicos para madres y niños, así como la atención a la salud mental, subrayan un compromiso con la equidad y la justicia social.

En contraste, la propuesta de la derecha sugiere optimizar el sistema mediante la colaboración público-privada, junto con una mayor inversión en tecnología y la investigación. Aunque la innovación es crucial, la inclinación hacia un modelo privatizador profundizaría aún más las desigualdades, alejándonos de la concepción de la salud como un derecho humano universal.

La universalidad y gratuidad propuestas por “Juntos Hacemos Historia” resaltan a la salud como un pilar de bienestar social, con el Estado como garante de este derecho humano esencial. Esta perspectiva contrasta con la visión mercantilista de la salud propuesta por el “Fuerza y Corazón por México”, que añora el pasado del seguro popular en donde el acceso a la salud se convirtió en un acotado número de intervenciones médicas con una fuerte participación privada.

La propuesta de la Dra. Claudia Sheinbaum promete avanzar hacia una sociedad más justa y equitativa, poniendo el bienestar de todos los ciudadanos en el centro. Este enfoque refleja los valores fundamentales de nuestra sociedad. Apostar por la universalidad y la gratuidad es, en esencia, apostar por un México más solidario.

Ahora, más que nunca, es crucial reflexionar sobre el sistema de salud que deseamos. La salud no debe ser un lujo, sino un derecho inalienable para todos. Este momento electoral representa una oportunidad para continuar consolidando el futuro de nuestra salud pública, optando por un modelo que vea en cada ciudadano un ser humano con derechos, no como un ente de lucro.

La propuesta de la Dra. Sheinbaum ofrece un camino prometedor hacia un Segundo Piso en donde la sociedad sea más equitativa y saludable. México tiene la oportunidad de liderar con el ejemplo, mostrando que es posible construir un sistema de salud que coloque el bienestar de todos los ciudadanos en el centro de sus prioridades.

Es fundamental que, como ciudadanos, evaluemos críticamente estas propuestas, considerando sus implicaciones inmediatas y su impacto a largo plazo en la sociedad. La salud va más allá de un asunto de política pública; es un reflejo de los valores que sostenemos como sociedad. La equidad, la justicia social y la solidaridad deben ser los pilares sobre los que construyamos nuestro sistema de salud.

El camino hacia un sistema de salud más inclusivo y justo es complejo, y se debe reconocer que aún faltan cosas por mejorar, pero las propuestas presentadas en este periodo electoral ofrecen una clara disyuntiva entre dos visiones del modelo de salud al que anhelamos todos los mexicanos.