El lujo de postular malos candidatos

El cambio en la calidad de vida de millones de mexicanos vulnerables ha sido radical desde 2018. Pocos países en el mundo pueden darse el lujo de presumir que ningún adulto mayor muere de hambre en su territorio, México es uno de ellos desde 2018. Pocos gobernantes pueden presumir el haber elevado la calidad de vida de discapacitados, estudiantes y jóvenes sin oportunidades laborales al mismo tiempo, AMLO es uno de ellos.

“Primero los pobres” fue el eslogan principal de la campaña de AMLO y “primero los pobres” ha sido el estandarte de la vela más grande que guía el barco de la cuarta transformación. Si a eso le sumamos que se está cumpliendo con las grandes obras de infraestructura que se prometieron y que todo eso se ha hecho sin deuda, a pesar de una pandemia, en medio de una guerra y, sin incrementar los impuestos, podemos entender la gran popularidad de la que goza el presidente y también podemos comprender la enorme cantidad de votos duros con los que cuenta morena.

Esa popularidad presidencial y ese voto duro para Morena han generado una confianza desmedida en la dirigencia del partido oficialista. Confianza que queda en evidencia cada vez que se dan el lujo de postular malos candidatos.

Las elecciones del 5 de junio son el ejemplo perfecto. El Tamaulipeco Américo Villarreal, militó en el PRI de 1983 hasta 2017. El Hidalguense Julio Menchaca militó en el PRI de 1980 a 2015. Esos dos PRIISTAS de toda la vida, pasaron por encima de los izquierdistas de antaño en sus respectivos estados. Es decir, los izquierdistas de cada estado fueron orillados a defender en campaña a sus contrincantes de toda la vida. A pesar de eso, la aceptación presidencial y el voto duro de morena les dieron la victoria en ambos estados y el lujo de postular malos candidatos no cobró factura.

Caso contrario fue el de Durango. La abanderada de Morena en la entidad, Marina Vitela, militó en el PRI desde el 2001 hasta el 2017. Fue en tres ocasiones diputada local y en dos ocasiones diputada federal, todas por el PRI, donde votó a favor de la reforma energética de Peña Nieto. Hablamos de una candidata perteneciente a los grupos de poder de su entidad desde hace décadas. Una contradicción ideológica flagrante y una mala candidata sin lugar a duda

Al mas puro estilo del PRI, Marina Vitela “cuchareó” encuestas para hacer creer que la elección se cerraba con los meses, pero la realidad de los resultados el día de la elección nos dejó claro que en realidad nunca pudo recortar la enorme distancia proyectada al inicio de la campaña. Por lo que podemos catalogar a Marina Vitela como el ejemplo perfecto de que, darse el lujo de postular malos candidatos puede salir muy caro. 

Por fortuna para los militantes y simpatizantes de la izquierda mexicana, perder el estado de Durango no representó un golpe demasiado fuerte en términos democráticos, puesto que la población de dicho estado apenas rebasa los 1.8 millones de habitantes. Sin embargo, esta victoria arrasadora de la oposición en Durango debe servir como herramienta de aprendizaje y autocrítica en la dirigencia morenista.

El año que entra se disputa el Estado de México, que tiene por si solo más habitantes que los 6 estados que se disputaron hace unos días y Morena no debe desaprovechar la oportunidad de arrebatarle al PRI su bastión más importante. Gran parte del destino de las elecciones presidenciales del 2024 dependerá de los resultados del Estado de México y Morena no puede darse el lujo, de volver a postular malos candidatos.