El gran fracaso de estas elecciones se llama Xóchitl Gálvez

A pesar de los constantes esfuerzos por presentar a Xóchitl Gálvez como una candidata competitiva en esta contienda electoral, la realidad es que su campaña se está desplomando vertiginosamente, dejándola en una posición cada vez más lejana de tener logros electorales significativos en este 2024.

Personajes públicos, líderes de opinión, medios y casas encuestadoras se han esmerado en mantener la imagen de Gálvez como una opción viable, pero las encuestas no dejan lugar a dudas: Gálvez se encuentra significativamente rezagada, incluso perdiendo terreno frente al ascenso del candidato de Movimiento Ciudadano, Jorge Álvarez Maynez.

Este cambio notable en la carrera presidencial, aunque predecible para quienes han estado siguiendo de cerca la situación, ha sorprendido a muchos observadores externos con una visión superflua de esta contienda. Por ello, eventos como este deben recordarnos la importancia de distinguir entre la realidad y la narrativa de los discursos políticos, donde es esencial mantener una perspectiva basada en el análisis objetivo de fenómenos, evitando dejarse llevar por las narrativas sin fundamento que a menudo predominan en este ámbito.

No obstante, La caída de Xóchitl en la contienda presidencial no ha sido un mero accidente político, sino más bien el resultado directo de sus propias acciones y declaraciones. En los dos debates presidenciales hasta la fecha, Gálvez ha mostrado un desempeño notablemente inferior en comparación con sus rivales, Sheinbaum y Maynez, lo que ha contribuido a deteriorar aún más su credibilidad ante el electorado.

Además, las controversias inmobiliarias y familiares que rodean su campaña han arrojado una sombra sobre su integridad, que ha minado su capacidad para generar confianza entre los votantes. Sus constantes declaraciones desatinadas no han hecho más que reforzar la percepción de que es una candidata sin rumbo, carente de la seriedad y la competencias necesarias para ocupar el cargo presidencial. En otras palabras, para que Xóchitl Gálvez se hundiera en la contienda electoral, lo único que tuvo que hacer fue hablar y actuar conforme a su propio juicio, donde el daño a su campaña ha sido, en gran medida, autoinfligido.

Por otra parte, el ascenso de Maynez no solo representa una sorpresa en la contienda; sino que también simboliza la revancha ante la exclusión a través de artimañas de Samuel García, quien era el mejor calificado para ser candidato a la presidencia.

La estrategia del PRIAN de intentar arrebatarle la gubernatura con un mini golpe de estado, terminó por radicalizar a Movimiento Ciudadano y movilizar sus fuerzas en su contra. Esta reacción en cadena ha transformado la dinámica política a nivel nacional, mostrando cómo la resilencia de un partido puede convertir la adversidad en una oportunidad de cambio y fortalecimiento.

Tampoco ha sido ninguna sorpresa que con un cinismo descarado, líderes del PRI y el PAN hayan pedido a Jorge Álvarez Maynez que decline en favor de Xóchitl Gálvez, como una maniobra legítima en la contienda electoral. Esta solicitud resulta aún más irónica cuando recordamos la histórica relación de coqueteo entre el PRIAN y Movimiento Ciudadano, que durante años buscaban una alianza para formar un frente opositor contra Morena, por ello que sorprendiera tanto que cuando tuvieron la oportunidad de colaborar, optaron por una estrategia de confrontación, tratando de arrebatarle uno de los bastiones de Movimiento Ciudadano. Pudo más el hambre de poder que una visión a largo plazo.

Esta contradicción los pintó de cuerpo entero pues reveló la falta de visión, inteligencia y liderazgo de los dirigentes del PRIAN, quienes han mostrado una y otra vez, una total incapacidad y falta coherencia para entender la dinámica política en sus acciones. Su solicitud a Maynez es solo otro ejemplo de su desesperación y falta de claridad estratégica en la contienda electoral.

Sin embargo, en un giro irónico de los acontecimientos, Álvarez Máynez respondió recientemente a la solicitud del PRIAN de declinar en favor de Xóchitl Gálvez, pidiendo que sean ellos quienes declinen y le den el voto útil. Una petición hilarante si consideramos las acciones previas del PRIAN, que en más de una ocasión intentaron desplazar a Movimiento Ciudadano, donde en lugar de lograr su objetivo, fueron ellos los desplazados en las encuestas, estando ahora a punto de quedar relegados al tercer lugar. Aquellos que intentaron manipular la situación terminaron siendo los que necesitan arrastrarse por la ayuda de otros para mantenerse a flote.

El notable crecimiento del candidato de Movimiento Ciudadano en las encuestas evidencia el surgimiento de una dinámica política interesante, donde se observa claramente cómo su candidatura se está nutriendo de quienes desertan del proyecto de Xóchitl Gálvez al percibir a esta como una persona inviable e incapaz para los cargos que se proyecta.

En este contexto, este fenómeno no solo refleja el desencanto hacia ciertos candidatos, sino también la búsqueda de alternativas más sólidas por parte del electorado, donde Maynez está capitalizando esta situación para fortalecer su posición en la contienda, mostrando que la política mexicana es un terreno en constante movimiento, donde las alianzas pueden cambiar rápidamente en función de las circunstancias y las percepciones del público.

Estos movimientos plantean incertidumbres sobre quién ocupará el segundo lugar en la contienda, pero no sobre quién liderará, ya que en este escenario, Claudia Sheinbaum carece de competencia significativa pues las encuestas la perfilan como la próxima presidenta de México, con una ventaja casi insuperable de casi 30 puntos porcentuales en promedio sobre sus competidores más cercanos, por lo que habrá que estar atentos si este escenario implica reajustes importantes en el panorama político del país, especialmente si Movimiento Ciudadano consolida su posición como segunda fuerza política y el PRIAN se ve relegado al tercer lugar.