Algo está pasando en Sonora

Un año ha pasado desde que Alfonso Durazo es Gobernador y, con corte de caja, creo que podemos decir que algo está pasando en Sonora. Dedicaré las siguientes líneas a describir algunos datos, hechos y giros que me permiten sustentar esta idea y, para evitar una posible interpretación de intento por desviar la atención, iniciaré con “el” tema: la seguridad.

Según datos del Secretariado Ejecutivo del Sistema Nacional de Seguridad Pública (SESNSP), al contrastar el periodo enero-julio del 2021 contra 2022 – el primero contrastable entre 2 administraciones –, encontramos una reducción en la incidencia de los delitos de homicidio doloso (11.63%), feminicidio (44.44%), extorsión (30.19%), robo a casa habitación (26.66%), narcomenudeo (26.84%) y violencia familiar (20.37%). 

En materia educativa, el regreso presencial a clases tras dos años de pandemia fue, por decir lo menos, ordenado. Así lo reconocieron analistas opositores en las tertulias locales y, según compañeros que encabezan espacios de noticias en distintos medios, coinciden en que los reportes fueron menos que en años prepandémicos. 

Se invirtieron 659 mdp para la rehabilitación de 2238 planteles y, en este primer año se otorgaron 73 mil becas con un presupuesto histórico de 508 mdp provenientes de un recorte de 400 mdp al Congreso del Estado en cumplimiento a una promesa de campaña; además, se alcanzó la cifra de 127 mil estudiantes beneficiados por el programa de desayunos escolares. 

La igualdad sustantiva tuvo avances significativos, sobre todo en lo político y los simbólico, pues el gobernador integró el gabinete estatal con mayor participación femenina, hecho que coloca a las mujeres en la primera línea de diseño y ejecución de políticas públicas para cerrar las brechas de género.

Prueba de ello es que, con una mujer al frente, la Secretaría de Desarrollo Social (SEDESON) creó los programas “Las Jefas. Autogestoras de la transformación” que impulsa la emancipación económica de las mujeres en el hogar, así como “Memoria Viva” que atiende a familias de mujeres desaparecidas o víctimas de feminicidio y “Yo genero inclusión”, primer programa destinado a la población LGBTTTIQ+ en Sonora. 

Como ejemplo de giro de la perspectiva reactiva a la preventiva en política de seguridad pública para atender a las mujeres, destacaría el programa SALVA que ha logrado una integración entre los sectores público y privado, generando miles de espacios seguros para mujeres que pudieran encontrarse en peligro, lo que contribuye al tejido de nuevos vínculos comunitarios en las localidades. 

Retomando la línea de Bienestar en lo general, se crearon e implementaron los programas “Cuidar a quienes cuidan” y “Mano con mano”, los cuales no solo atienden a los sectores más vulnerables, sino que reivindican los derechos laborales de quienes dedican su vida a los cuidados no remunerados. También, se generó una inversión record de 100 mdp en pensiones para personas con discapacidad y la reactivación de las BecaTerapias para las familias más pobres.

Económicamente, Sonora lideró el primer trimestre de este año en generación de empleos según el INEGI y el gobierno cerró su primer año con una inversión de 40 mil mdp para el arranque de grandes proyectos de desarrollo como Aduanas, el Puerto de Guaymas, la carretera Sonora-Chihuahua, la planta solar en Puerto Peñasco y los esperanzadores anuncios de LitioMX y el plan de producción de semiconductores con inversión estadounidense.

Atrás quedaron los despilfarros en eventos para banales cortes de listón y la imagen de un Ejecutivo lejano, pues Durazo se ha caracterizado por trabajar en el territorio, en los municipios; actuar que podría explicar, aunado a lo ya mencionado, la popularidad de 6.8 que algunas encuestan le achacan. 

Como director de la radio pública y como alguien que sufrió desde los medios privados las llamadas intimidatorias de comunicación en la pasada administración, sería omiso al no reconocer las conferencias encabezadas por el gobernador que da por lo menos una vez a la semana y que han contribuido a democratizar la relación entre medios y Gobierno del Estado, pero, sobre todo, la libertad editorial que ha permitido pluralidad, diversidad y el cumplimiento del deber informativo.

Con más retos que logros por delante, con la participación de una nueva clase política con visión progresista, habría que reconocer que algo pasa en Sonora tierra de oportunidades.