La elección del 2017 en el Estado de México, fue muestra de todo aquellos que no debe hacerse, en primera instancia la dispersión del voto fue motivada por la apatía de los partidos cercanos a Morena, mismos que carecieron de definición rumbo a los comicios, tal como fue el caso del extinto Partido Encuentro Social quien, no solo no participo en la coalición que encabezaba Delfina Gómez, sino que también fue definitorio para otorgar la victoria a Alfredo del Mazo, formando parte de la coalición PRI, PANAL, PES y PVEM, a todo ello se sumó la dispersión del PT, instituto político que opto por el registro de un candidato propio, mismo que días antes de la elección, declinaría por Delfina Gómez.
Gran parte de la victoria electoral de Alfredo del Mazo, fue gracias a la participación de los denominado “partidos bisagra”, que en conjunto permitieron otorgar una debatible victoria al priísmo mexiquense, instituto que durante 2017 y 2021, perdió casi la mitad de sus votos y su permanencia en el poder es limitada a la existencia de una coalición en la que, en las encuestas, no tiene a un candidato o candidata de grandes expectativas.
Al día de hoy y desde mi consideración, Morena enfrenta ventajas importantes; como es la incapacidad del priísmo para la designación de un candidato y la “Alianza Va por México”, coalición que ya no solo no beneficia al PRI, sino que más bien, le perjudica, dado que en los únicos escenarios donde participa el Revolucionario Institucional, promedia una desventaja de más de 20 puntos porcentuales entre sus posibles candidatas y; Delfina Gómez, de modo que los problemas de Morena no se enfocaran en el proceso electoral y la coyuntura que este desprende, puesto que los roces internos, son los que amenizan la dinámica electoral.
Los roces de Morena están enfocados en dos rubros, los internos directos y los externos directos, definiendo a los primeros, como la incapacidad de convencimiento de los actores políticos no beneficiados en las encuestas, tal como es el caso de Higinio Martínez, Senador que el día de ayer, perdería la posibilidad de presidir la Mesa Directiva del Senado y que hasta el día de hoy no tiene una propuesta clara, respecto a su permanencia dentro de la campaña de la que sería durante varios años su mano derecha; Delfina Gómez, y por otro lado, los externos directos, tal como lo son la incapacidad de convencimiento de los partidos bisagra dentro de la coalición morenista, al día de hoy, el PVEM, ha definido la inminente posibilidad de participar en la elección sin coalición, condición preocupante, puesto que desde el 2021 el partido amasa entre un 5 y un 7% de la intención de voto, porcentaje suficiente para diferenciar un segundo y primer lugar, el PT, avanza sobre el mismo camino, puesto que desde hace unos días a promovido la posibilidad e intención de participar en una coalición con el PRD y el PANAL, si bien, el PT no goza de la preferencia electoral de los mexiquenses, esta no será la primera vez, que realizara una coalición facciosa, puesto que durante 2013 y 2018 dicho partido participo con el PRI en elecciones locales como lo son Baja California y Colima.
“Sin duda el 2023 está en marcha, y en política no hay sorpresas, sino sorprendidos”.