Después de la renovación masiva del Movimiento de Regeneración Nacional que vivimos el pasado 30 y 31 de julio, queda la pregunta en el aire: ¿hacia dónde va Morena?
Casi 3 millones de personas salieron a votar para elegir a 3 mil consejeras y consejeros en todo el país. Aunado a ello, se dio una afiliación masiva como algo nunca antes visto, pues se afiliaron más de 2 millones 600 mil personas en solo 48 horas. Algo extraordinario.
Algunas y algunos ratificaron su militancia, mientras que otros, se adhirieron al partido por primera vez. Estas millones de personas salieron a expresar su apoyo al proyecto de transformación y también fueron ellas y ellos mismos quienes, en una expresión democrática, eligieron a sus representantes.
Desde luego, se vivió una agitación importante dentro de las filas de Morena ante la sucesión presidencial adelantada, los ánimos se sintieron, pero destacó por sobre todas las cosas la unidad.
Y es esa unidad la que nos encamina rumbo a la consolidación de la segunda victoria presidencial del Movimiento de Regeneración Nacional así como de la consolidación de la Cuarta Transformación.
La oposición conservadora quiere que le vaya mal a México. Añoran el fracaso de la 4T y ponen piedras en el camino para que tropiece y caiga nuestro proyecto. A eso le apuestan porque no tienen nada que proponer. Se encuentran en un agujero carente de ideas, proyectos y personas.
Ellos sienten un profundo desprecio por quienes queremos erradicar de México a la corrupción, a la impunidad, al clasismo y a los privilegios; su ceguera los lleva a denostar la participación de las millones de personas que estuvieron presentes en el proceso electoral pasado y por eso califican a dicho proceso de ser una farsa.
Y por supuesto que se equivocan. Si bien en 5 de los 300 distritos electorales en donde se llevó a cabo la votación ocurrieron situaciones anormales, son la minoría, representan menos del 2 por ciento solamente.
Nosotros estamos convencidos de que las irregularidades no se pueden tolerar y que hay que investigar los hechos y castigar a quienes actuaron mal, y en su caso, aplicar las sanciones correspondientes que pueden llegar a ser la expulsión del partido. Porque morena debe ser un instituto que no tolere las prácticas corruptas del pasado.
Ya nada ni nadie detiene a esta revolución de las conciencias, al contrario, el movimiento se fortalece y cada vez más personas son partícipes de la transformación.
Para responder la pregunta inicial de ¿hacia dónde va Morena? Podemos afirmar con certeza que Morena va hacia la consolidación del proyecto de la Cuarta Transformación, hacia la preservación del legado de Andrés Manuel López Obrador y hacia lograr una victoria contundente en el 2024.