El pasado 18 de marzo se conmemoró una vez más la expropiación petrolera ocurrida en 1938, por la decidida actitud del Presidente Lázaro Cárdenas del Río. En este contexto es para muchos conocido el origen laboral de tan importante acontecimiento, pero considero que no está de más recordarlo, guiado bajo la siguiente premisa del gran Benjamín Franklin:
Dime y lo olvido. Enséñame y lo recuerdo. Involucrarme y aprendo.
En ese sentido, recuerdo la historia y su vinculo laboral a partir de las siguientes citas:[1]
Así, la expropiación petrolera estuvo motivada, en principio, por el conflicto laboral existente entre los sindicatos petroleros mexicanos y sus numerosas empresas . Siendo la gota que derramó el vaso el incumplimiento del Laudo de la autoridad laboral, que posteriormente fue ratificada por la Corte Suprema de Justicia de la Nación.[2]
La soberanía nacional y energética -que resaltar ambos es pleonasmo-, resulta doblemente digna cuando se reflexiona con la tradición laboral de nuestro país.
Los sindicatos, los derechos laborales y las autoridades (de los tres poderes) son una trilogía necesaria para que la soberanía pueda coexistir. Una vida democrática, dicho sea de paso, también incluye una vida sana en las relaciones laborales. Hoy más que nunca es vigente el mensaje de derechos laborales y condiciones dignas para nuestros obreros mexicanos que sean empleados por extranjeros como por nacionales. ¡Que vivan las y los trabajadores y sus mejores causas!
[1] Cfr. https://www.cndh.org.mx/noticia/aniversario-de-la-expropiacion-petrolera (Consultado por última vez el 29 de marzo de 2023).
[2] Explicado con documentos y datos histórico-legales de forma muy clara por la Suprema Corte de Justicia de la Nación en su publicación: “La Suprema Corte de Justicia durante el gobierno de Lázaro Cárdenas. Cfr. https://sistemabibliotecario.scjn.gob.mx/sisbib/CST/26883/26883.pdf (Consultado por última vez el 29 de marzo de 2023).