SPR Informa || Por qué los Estados pueden pedir prestado sin límites:

Por qué los Estados pueden pedir prestado sin límites:

Por Emiliano Alfonse Vera Eddington

Rompiendo la superstición monetaria con la económica geopolítica.

Cualquier estadounidense que tiene memoria de las últimas dos décadas ya está acostumbrado de que cada ciertos años, un misterioso rito político llamado “el pacto para subir el techo de la deuda” tiene que pasar para aplacar el dios del neoliberalismo, fielmente adorado por ambos cultos políticos. Aborrece la debilidad pecaminosa del caer una tras otra vez en la tentación de la deuda. Entonces, a cada rato, el dios demanda sacrificios - “recortes.” Volverá a ignorar la orgía de gasto público, en su mayor parte desaparecido en el laberinto del Pentágono o dado en limosna como rescates financieros hacia bancos de donantes generosos en colapso. Pero su misericordia tiene un precio. Entonces durante meses los oligarcas debaten entre sí sobre quién será sacrificado ¿Veteranos enfermos? ¿Inquilinos endeudados? El medio ambiente y el futuro de vida en la tierra? [1]Todo está en la mesa hasta que el fanático culto del elefante ha determinado que el sacrificio del mas pragmatico culto del burro sea suficiente.

Pareciera que el ritual ya se ha concluido para este año, y la sangre de los sacrificados (esta vez, universitarios endeudados, recipientes de ayuda alimenticia en su mayoría mujeres y niños, los afectados por la pandemia, y las montañas de West Virginia) [2] ha redimido el gasto militar más grande en toda la historia. [3] El drama ha pasado, y los mercados pueden regresar a su naturaleza idílica. [4]

Pero tras todo este ritual queda una pregunta crítica: ¿por qué es que los Estados Unidos, único entre países, tiene la capacidad de aumentar su deuda unilateralmente sin límite? ¿No será que cuando países como Venezuela o Argentina simplemente imprimen sus monedas para pagar sus deudas, crea hiperinflación y están condenados por los grandes sacerdotes de la economía neoliberal en el FMI y Banco Mundial?

La respuesta es simple: los Estados Unidos es el único país que puede imprimir dólares. El dólar es la moneda de la mayoría de transacciones internacionales, especialmente en el petróleo que la mayoría de los países tienen que importar para el básico funcionamiento de sus economías. Así que, a cambio de un Bolívar o un Peso argentino, siempre va a haber demanda para dolares, y alguien va a comprar la deuda que los Estados Unidos emite. Así, el dios neoliberal del monetarismo restringido queda desmitificado, reducido a un supersticioso pretexto para los recortes más draconianos de lo que queda del estado de bienestar estadounidense.

Para los seguidores de la teoría monetaria moderna, así termina la historia. [5] Pero mientras han sido importantes voces en la lucha contra la austeridad neoliberal, se les olvida preguntar una cosa mas - por que es el dólar la moneda hegemónica internacional? La respuesta dada por los analistas de la economía geopolítica se puede resumir en una palabra: imperialismo.

Según los economistas Radikha Desai y Michael Hudson en su podcast Geopolitical Economy Hour, [6] las raíces de este sistema se encuentran en los escombros de la última guerra mundial, cuando el sistema monetario llamado Breton Woods fue adoptado por los países europeos para estabilizar sus economías con el apoyo de los EEUU, pero cediendo al dólar el papel dominante en las nuevas instituciones, es decir, el Fondo Monetario Internacional (FMI) y el Banco Mundial. Esta hegemonía fue fortalecida aún más en 1972 con el ascenso del petrodólar, un acuerdo privado entre los Estados Unidos y Arabia Saudita en que el petróleo solo se denominará en dólares.

Dr. Hudson explica:

“Esa pesadilla se impuso: la mano de hierro fue el Banco Mundial. Hay una razón por la cual generalmente está dirigido por el departamento de defensa y los jefes militares. La directriz principal del Banco Mundial es: ‘Ningún país debe competir con los principales productos que exporta los Estados Unidos, sobre todo, los cereales.’ …La idea de la dependencia del dólar se basó en que los Estados Unidos usaba el mercado para evitar que otros países invirtieran para independizarse de la dependencia del dólar y de los productos que exporta Estados Unidos, principalmente petróleo y cereales.” [7]

El periodista independiente Ben Norton del periodico en linea Geopolitica Económica [8] también destaca que:

“Esta demanda artificial [creada por el acuerdo con Arabia Saudita] es lo que durante décadas ha permitido que los Estados Unidos…mantenga un déficit masivo con el resto del mundo…para que puede absorber el plusvalor de otros países, e importar mucho mas de lo que exporta, sin enfrentarse con la inflación y la devaluación de su moneda.” [9]

Así, los Estados Unidos mantiene su “privilegio exorbitante,” en las palabras de un ministro de economía francés. Ha abusado de este privilegio durante décadas para intervenir en las economías de países que se opongan a su plan para ellos, desde sanciones y flujos de capital, hasta golpes de estado y plena invasión para “hacer la economía gritar”.

Pero ahora los países del mundo se están organizando para acabar con este sistema que privilegia a unos banqueros en Nueva York mientras perjudica el desarrollo y bienestar del resto del mundo. [10] Durante cierto tiempo, se podría argumentar que los ciudadanos estadounidenses se beneficiaron de este saqueo del resto del mundo. Pero más y más ven sus impuestos dirigidos hacia los ricos o explotados sobre los inocentes de tierras lejanas mientras han sufrido un consistente declive en sus estándares de vida y 140 millones son proletarios que viven siempre solo una quincena no cobrada de la quiebra. [11]

La hegemonía del dólar es más precaria que nunca, aunque los altos sacerdotes del capital lo nieguen. Hay que romper con las dañinas leyendas del monetarismo neoliberal, y también darnos cuenta de que el aparentemente divino poder del dólar tiene raíces en el sucio suelo del imperialismo. Los análisis científicos de la economía geopolítica son justo las voces que razón que necesitamos escuchar en este momento crítico.