Las políticas de salud en Argentina: una lección inversa para México

En días recientes el pueblo de Argentina decidió democráticamente quién será su próximo presidente. El triunfador fue Javier Milei, economista y líder político de extrema derecha del movimiento La Libertad Avanza, quien se autodenomina: “anarcocapitalista en la teoría y minarquista en la vida real”.

El minarquismo es, en filosofía política, una corriente de pensamiento que propone que el tamaño, el papel y la influencia del Estado en una sociedad debería ser el mínimo. Bajo este pensamiento completamente neoliberal el hoy presidente electo ha delineado su plan de salud.

Este plan de salud propone una desarticulación de los sistemas solidarios de salud, privilegiando la desregulación y la competencia del mercado. Dentro de sus propuestas destacan:

La privatización de su sistema de salud. Los empleados y personas sin empleo tendrán libertad amplia para elegir su proveedor de salud, sea mediante una prepaga privada o una prepaga estatal. La prepaga que daría el Estado sería una tarjeta de cobertura mínima para comprar servicios básicos en establecimientos privados u hospitales públicos.

Las prepagas privadas deberán de contratar obligatoriamente con una póliza mínima de seguro de salud catastrófico, siendo optativo contratar seguros de cobertura más amplia de su preferencia, reduciendo así la función del Estado de proveer salud pública al mínimo.

Los hospitales públicos podrán cumplir el doble papel de brindar servicios de prepagos privados o proveer servicios gratuitos de salud a través de la prepaga estatal. Cuando así lo hagan, deberán diferenciar claramente el prepago privado con relación a los servicios gratuitos que otorgue el hospital (ciudadanos de primera y de segunda).

Otras propuestas controvertidas son: la legalización de la comercialización de órganos para un trasplante, basado igualmente en la lógica del mercado (compraventa) y la derogación de la ley que permitió el aborto en 2020.

Frente a un panorama global donde la salud pública se ha revalorizado, las políticas de Javier Milei en Argentina resuenan con disonancia. Su enfoque, fuertemente neoliberal, sugiere una desregulación y privatización del Sistema de Salud que invita a reflexionar sobre el camino que debe evitar seguir México.

Las lecciones para México son claras: La pandemia por COVID ha dejado en evidencia la fragilidad de los sistemas de salud con enfoque privatizador y orientado al mercado y la importancia de la resiliencia de los sistemas de salud públicos (la misma OMS lo ha reconocido).

Mientras que la salud pública en México busca consolidar los avances hacia una cobertura más amplia y equitativa, las propuestas de Milei podrían llevar a un retroceso, a una fragmentación donde sólo quienes tengan mayor poder adquisitivo aseguren su bienestar, ahondando más la desigualdad social en salud.

México debe observar las propuestas del nuevo gobierno Argentino para reafirmar su convicción de que la salud no es una mercancía, y que la garantía de acceso a servicios de calidad no puede estar sujeto a la dinámica del mercado. Deberá asegurarse de que su sistema de salud no sólo sea resistente a las crisis, sino que también sea inclusivo y justo, un faro de progreso en una región marcada por la desigualdad social.

Las políticas de Milei son una lección inversa para México: un recordatorio de que, en la salud, el mercado no puede ser el único árbitro y de que el Estado debe jugar un rol central en garantizar el bienestar de todos sus ciudadanos.

La salud pública es la columna vertebral de una sociedad que se preocupa por el bienestar de sus ciudadanos. Mientras las políticas en salud en Argentina sugieren un paso atrás, México debe continuar avanzando con firmeza, con la vista puesta en el horizonte de un Sistema de Salud Público equitativo y universal. En este esfuerzo, no hay espacio para retroceder, “no llores por mi Argentina”.