La victoria de MORENA en el Estado de México:

Un paso clave hacia el proyecto 2024 y el declive de los partidos de oposición

El pasado domingo 4 de junio marcó un hito histórico al presenciar la pérdida del control del principal feudo político del PRI: el Estado de México, después de un “reinado” de casi 100 años. Estas elecciones sin duda han sido un punto de inflexión significativo, ya que Delfina Gómez, candidata de Morena, es la virtual ganadora de la contienda. Además, se destaca que será la primera mujer en gobernar la entidad, poniendo fin a una etapa oscura de dominio del grupo Atlacomulco. Este resultado no solo representa un cambio político trascendental en la region, sino también un avance hacia la igualdad de género y la apertura de nuevos horizontes en la dirección del Estado de México.

Por otro lado, la verdad es que este resultado no debería sorprender a ningún analista político que su método no consista en el autoengaño y la manipulación, ya que la maestra, de filiación morenista, era por mucho la favorita en todas las encuestas. Además, es bien sabido que desde las elecciones pasadas del 2017 estuvo a nada de ganarle la elección a Alfredo del Mazo, en una ya de por sí muy controvertida elección que estuvo plagada de irregularidades y acusaciones de fraude. 

Sin embargo, es necesario analizar el impacto de esta derrota, pues sus consecuencias e implicaciones van más allá de las simples elecciones locales, pues nos muestra una clara radiografía de lo que se avecina en las elecciones presidenciales del 2024, ya que, en ese sentido, el PRI queda completamente fulminado por la pérdida del control en su bastión político y se enfrentará todavía con mayores desafíos en su búsqueda por mantener o recuperar el poder.

La magnitud de la derrota en el Estado de México es tal, que básicamente deja al PRIANRD sin oportunidad alguna de una recuperación en el corto y el mediano plazo, ya que la población electoral de este estado es de 12,7 millones de votantes, lo que es equivalente a la suma de las poblaciones de El Salvador y Nicaragua juntos y tiene el padrón electoral más grande del país que equivale aproximadamente al 13% del total nacional. Por algo es considerado "la joya de la corona".

Este hecho subraya la relevancia política y electoral del estado, y su resultado tendrá, sin dudas, un cambio sustancial en la dinámica política tanto a nivel estatal como a nivel nacional, pues viene a reconfigurar los poderes políticos y económicos que son un producto de los cacicazgos, el nepotismo y el capitalismo de cuates que le ha hecho muchísimo daño a la región. La derrota en este bastión político y demográfico es crucial pues debilita al PRI y por lo tanto también a toda la alianza impulsada por el jefe de facto de estos partidos que es Claudio X. González, de cara a las elecciones presidenciales venideras en el 2024.

Por otro lado, la nueva gobernadora se enfrenta a importantes desafíos heredados de los anteriores gobiernos. Uno de los retos más apremiantes para ella será abordar la problemática de la seguridad en el Estado de México, por lo que es fundamental establecer un enfoque que logre enfrentar con éxito la delincuencia, el crimen organizado, la violencia y la inseguridad ciudadana y para lograrlo, se requiere implementar estrategias integrales y coordinadas entre las diversas instituciones de seguridad y justicia.

En ese sentido, es necesario seguir con las estrategias de la cuarta transformación que buscan abordar las causas subyacentes del delito, ya que es evidente que estas causas están estrechamente vinculadas a la desigualdad social y económica que prevalece en el estado. Por lo tanto, será muy importante adoptar políticas y acciones que promuevan la equidad y el desarrollo económico inclusivo, pues  al reducir la brecha de desigualdad, se puede contribuir a la disminución de las condiciones que propician la delincuencia.

Superar estos desafíos requerirá un esfuerzo conjunto y una participación activa de la sociedad civil, el sector privado y las instituciones gubernamentales. La gobernadora debe, en ese sentido, liderar y promover la coordinación entre estos actores para lograr avances significativos en materia de seguridad y combatir eficazmente la inseguridad ciudadana en el Estado.

Otro de los grandes problemas del Estado de México a los que se deberá buscar solución, son a los relacionados al medio ambiente, principalmente: la contaminación del aire generada por la industria y automóviles, el manejo de recursos residuales, la escasez de recursos hídricos y la deforestación causada por la expansión urbana y agrícola, pues estos problemas han tenido un impacto negativo en los ecosistemas de la región, conduciendo a una notable disminución de la biodiversidad, por lo que es necesario abordar estos desafíos desde una perspectiva sistémica y bioética, buscando soluciones que promuevan la sustentabilidad y la conservación del medio ambiente.

Por ello, para hacer frente a estos problemas, es fundamental implementar políticas y acciones que promuevan la sustentabilidad ambiental, la conservación de los recursos naturales, la mitigación del cambio climático y la educación ambiental. Aquí, la colaboración entre todos los niveles de gobierno es fundamental, así como la sociedad civil y el sector privado también son clave para abordar estos desafíos y trabajar hacia un desarrollo más sostenible en el Estado de México.

Asimismo, la victoria de Morena en el estado de México es un logro destacado que fortalece su área de influencia política. A pesar de no obtener un resultado satisfactorio en Coahuila, donde la alianza del PRIANRD resultó victoriosa, el estado de México se suma como una adquisición estratégica debido a su mayor capital político. Con esta victoria, Morena consolida su presencia en 23 estados, considerando también a sus aliados del PVEM y PES, de un total de 32 entidades federativas en el país.

Esta reconfiguración del panorama político en los últimos años es un acontecimiento sin precedentes que ha consolidado la decadencia de los partidos de oposición. El PRI, en particular, ha perdido prácticamente todos los estados que estaban bajo su dominio durante el sexenio pasado. Además, el PAN se encuentra sin una propuesta sólida de trabajo, mientras que el PRD corre el riesgo de incluso perder su registro. Esta situación refleja el debilitamiento y la necesidad de redefinición de los partidos de oposición en el actual contexto político de México.

Seguramente, en los próximos meses, veremos de manera cada vez más clara, como la derrota del PRI en el Estado de México tendrá implicaciones políticas y sociales muy profundas. Sin embargo, este cambio también ofrece una oportunidad para promover la equidad, la justicia y el desarrollo sostenible que tanta falta le ha hecho a la entidad en los últimos años.