El triunfo de la batalla maestra, la esperanza llega al Estado de México

Una profesora de primaria, que viene desde abajo, ahora es la gobernadora electa en el gigante Estado de México; se logró después de casi un siglo bajo el yugo priista. La larga lista de los gobernadores mexiquenses claramente es de puro señor blanco privilegiado, de familias «pudientes» y siempre con nexos unos con otros, pero ahora se les acabó la mina de oro donde solo se repartían entre los mismos. Parecía que no terminaba aquella pesadilla para la gente buena y trabajadora mexiquense, además de que es muy alto el contraste en el nivel de bienestar con respecto a la Ciudad de México, la urbe vecina, progresista, llena de derechos y oportunidades; afortunadamente triunfó el pueblo y llevaron a la maestra Delfina Gómez al poder, rompiendo el techo de cristal y a la vez logrando un gran triunfo para el proletariado en la lucha de clases de esta importante región metropolitana. 

Llegó la transición democrática a la entidad con mayor número de habitantes en la República mexicana, lamentablemente también con el más alto índice de feminicidios —con la gran esperanza de que esto cambie por fin—, uno de los estados más inseguros, siempre saqueado por los más rancios grupos priistas, finalmente se logró acabar con el dominio de los corruptos saqueadores que tenían secuestrado el gobierno estatal, lo hizo posible la gente con su importante participación política en favor del cambio verdadero este domingo 4 de junio.

La elección transcurrió —como ya es costumbre con el PRI— en medio del fraude y de franca compra de voto para la coalición de derechas subordinada al señor X. González, sin embargo, esta vez no les alcanzó el dineral, el acarreo, entre otras suertes de mapacheo profesional. 

Alejandra del Moral salió por la tarde —alrededor de las seis—, a intentar impulsar aún más el fraude, tratando de colocar en la opinión pública una narrativa fallida con ayuda de los medios de comunicación masiva como es su costumbre, diciendo que ella era la ganadora en la contienda electoral, cuando las encuestas de salida y el PREP ya tenían otros datos. Los impresentables dirigentes del PRIANRD en ese momento la acompañaron, solo en ese acto porque evidentemente toda la campaña y al final la dejaron sola. No les resultó, tuvieron que tragarse sus palabras, sus mentiras y asumir la derrota del nefasto cacicazgo priista en lo que todavía consideraban su bastión, lo perdieron y eso es de celebrarse.

Hay lecciones que Morena debe aprender, por ejemplo, que la unidad y la colectividad son fundamentales para los triunfos políticos - electorales. En el Estado de México los dirigentes Horacio Duarte e Higinio Martínez aceptaron los resultados de la encuesta y se sumaron en el mejor de los planes a la campaña de la ganadora de la contienda interna, ahora gobernadora electa. Mientras en Coahuila, el perdedor Mejía Berdeja comenzó una guerra encarnizada contra morena, contra sus métodos y contra el mismísimo presidente AMLO. La ambición y el ego pudieron más que anteponer el bien mayor. Quizá en estos días nos anuncie que se suma al gobierno priista, quién sabe. 

Lo que también habrá que mejorar en Morena —pero eso se hará con el tiempo y después de 2024— es el diseño de la encuesta, pues todo es perfectible y se puede mejorar el instrumento, de modo que se permita hacer una medición más completa de los puntos positivos que pueda tener una candidata o candidato, pero eso ya le tocará a quienes conformen el CEN, el Consejo Nacional y la comisión de elecciones de 2024, por ahora las reglas están muy claras. Si no les gustan, mejor retírense con dignidad antes de servir a los opresores ladrones de cuello blanco.