Es un hecho comprobable que la fuerza en la imagen política del presidente Andrés Manuel recae, entre otros elementos, en que es un personaje construído a partir de una narrativa perfectamente bien contada.
A partir de episodios, el pueblo de México lo conoce y reconoce. Microrrelatos que forman parte de un gran relato. El relato del personaje político que hoy es reconocido como un héroe nacional.
Esa fuerza se sostiene en el recorrido narrativo. La lucha en defensa del territorio y de los trabajadores que encabezó en su natal Tabasco, la contienda electoral que lo hizo Jefe de Gobierno de la Ciudad de México, su pugna con Vicente Fox y la oligarquía, el proceso de desafuero, el fraude del 2006, los recorridos por cada municipio del país son parte de los episodios que dotan de fuerza al macrorrelato Presidente Andrés Manuel.
Es un héroe porque cumple con las pruebas calificantes, para serlo: ha superado las pruebas más difíciles frente a los ricos, frente a las mafias del poder, incluso se libró de la cárcel. Los personajes en cualquier relato, son construídos con sutileza, paso a paso, contando sus hazañas, triunfos, debilidades, temores, procesos de degradación. Si sabemos contar bien esos detalles, la imagen de nuestro personaje se fortalece; el público empatiza con él. Hago énfasis: esas grandes historias se construyen a partir de pequeñas historias.
En lo que resta de las siguientes semanas hasta la última del mes de agosto, seremos espectadores (algunos otros, participantes) del llamado encuentro con el pueblo de México de la y los aspirantes a coordinar los comités de defensa de la cuarta transformación a nivel nacional. El objetivo es establecer comunicación con la gente en las comunidades, en los ejidos, en los municipios de cada estado del país.
Hasta el momento, hemos observado a cada aspirante acercándose al pueblo de México de la forma en que alcanza a comprender o de la manera en que son asesorados.
Llama la atención que una de las estrategias, por no decir la más frecuente, es tratar de imitar el comportamiento, actitud, acciones, gestos, tonos y formas de expresarse del presidente Andrés Manuel. Teniendo en cuenta la magnitud de la imagen de AMLO, es lógico que recurran a ella para conseguir la simpatía del pueblo de México. No está mal, sin embargo hay elementos que vale la pena analizar y los riesgos que puede acarrear.
La eficaz representación de un personaje, en este caso, la de AMLO, dependerá de la verosimilitud, es decir, de la credibilidad y congruencia con que se perciba. Cuando se imita la forma de hablar de un personaje, quien se encarga de la caracterización, debe contar con elementos mínimos que den credibilidad y congruencia de ser quien aparenta ser.
Recordemos el refrán: Antes de ser hay que parecer. Para ser Andrés Manuel, primero hay que parecer. Evidentemente ninguno de la y los aspirantes a la coordinación de los comités de defensa de la cuarta transformación, parece Andrés Manuel porque cada uno tiene una historia en particular.
Por supuesto que se reconoce el camino que han recorrido junto con él, la cercanía que tienen con él, su respaldo, confianza, etc. Pero eso no significa que sean él. Para lograr representar al personaje Andrés Manuel, requieren de un recorrido narrativo que se asemeje al del presidente. Usar sus expresiones, ademanes, formas en el discurso no convierte absolutamente a nadie en el personaje que buscan ser. Por el contrario, en el caso de un pueblo politizado como el nuestro, y ante la ausencia de verosimilitud (porque no existe recorrido narrativo), esa imagen se percibe como falsa, arrogante y aspiracional; es incompatible e incongruente.
El pueblo de México busca que la continuidad de nuestro país transite de acuerdo a los principios de la transformación, pero no buscan que quien lo encabece sea un doble del presidente. Buscan a una candidata o candidato que tenga la capacidad de continuar el proceso de transformación, con autonomía, con liderazgo y sobre todo con una imagen política propia.
Es un buen momento para hacer un alto en el camino, reflexionar y plantear nuevas estrategias que la y los acerquen al pueblo de México de manera auténtica. Recordemos que el pueblo es mucha pieza y sabe reconocer la honestidad.