Estados Unidos anunció este 22 de julio que se retirará nuevamente de la Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO, por sus siglas en inglés) a finales de diciembre de 2026.
A través de su cuenta de X, la portavoz del Departamento de Estado de los Estados Unidos, Tammy Bruce señaló que la UNESCO “se desvió de su misión fundacional” y añadió que “la participación estadounidense en organizaciones internacionales debe hacer que Estados Unidos sea más seguro, más fuerte y más próspero”.
Ante estas declaraciones, la directora general de la UNESCO, Audrey Azoulay, lamentó profundamente la decisión del expresidente Donald Trump y señaló que la medida contraviene, dijo, los principios del multilateralismo y podría afectar directamente a universidades, ciudades y sitios culturales estadounidenses vinculados con la institución.
A pesar de lo desafortunado del anuncio, Azoulay afirmó que la UNESCO ya se había preparado ante esa posibilidad. Desde 2018, la organización emprendió reformas estructurales, diversificó sus fuentes de financiamiento y duplicó las contribuciones voluntarias. Actualmente, la aportación de Estados Unidos representa solo el 8% del presupuesto total, lo que ha permitido mantener la estabilidad financiera.
En términos operativos, no se prevén despidos dentro de la organización, y se aseguró que los trabajos en cultura, educación, biodiversidad y lucha contra el antisemitismo continuarán. La UNESCO destacó su liderazgo en temas como la ética de la inteligencia artificial, la reconstrucción de Mosul y el apoyo a comunidades en zonas de conflicto.
Azoulay recalcó que los argumentos de Estados Unidos para salir son los mismos que en 2017, pese a que el contexto global ha cambiado y la UNESCO es ahora un espacio más abierto al consenso. Además, recordó que la organización es la única entidad de la ONU responsable de la educación sobre el Holocausto y ha colaborado con más de 85 países en esta tarea.
A través de un comunicado, se señaló que aunque Estados Unidos dejará formalmente la UNESCO, la organización seguirá abierta a su regreso. Mientras tanto, mantendrá su cooperación con actores académicos, privados y sociales estadounidenses, así como el diálogo con la administración y el Congreso del país norteamericano.