Tras la negativa de la compañía Calica para vender el terreno que ha sobreexplotado en Quintana Roo, el presidente López Obrador anunció que lo declarará área natural protegida.
Antes de que concluya su gobierno, el presidente decretará como propiedad de la nación el terreno de 2 mil 400 hectáreas explotado por Calica, filial estadounidense de Vulcan Material, compañía de extracción de materiales de construcción.
“No me voy a ir sin resolver esto y la mejor forma de resolverlo es que se declare zona natural protegida todo y que se les pague, de conformidad con la ley, la indemnización correspondiente, sencillamente se declara Área Natural Protegida por decreto si no hay respuesta de parte de ellos”, manifestó el jefe del Ejecutivo.
Durante la conferencia matutina, López Obrador explicó que su gobierno le hizo a Calica una propuesta económica por 6 mil 500 millones de pesos con el fin de convertirlo en un proyecto turístico con una reserva ecológica.
Esta propuesta fue revelada el pasado 13 de julio por el presidente López Obrador, y enviada a través de Esteban Moctezuma, embajador de México en Estados Unidos.
En respuesta, la compañía rechazó la oferta y envió una carta al embajador Ken Salazar para pedir que el gobierno estadounidense interceda por sus intereses, negándose a vender el terreno, que actualmente no puede operar al encontrarse clausurado por la Secretaría de Medio ambiente y Recursos Naturales en mayo de 2022.
A respecto, López Obrador recordó que Calica ha violado los permisos de extracción, porque su contrato les impide extraer materiales cuando ya se han alcanzado mantos acuíferos. Y aunque el mandatario reconoció que la empresa tendría derecho de impugnar la decisión, argumentó que su gobierno tiene “derecho a cuidar nuestro territorio” y consideró que por la vía legal, el Gobierno saldría avante.
Vulcan Materials, mejor conocida como Calica, es una compañía de extracción de materiales de obra y que opera en el sureste de México desde el sexenio del presidente Carlos salinas de Gortari.
La compañía ha causado afectaciones al ecosistema en 2 mil 400 hectáreas del terreno de Quintana Roo al perforar y dinamitar el terreno para extraer piedra caliza, arena y otros materiales de construcción, pero causando daños a la selva y a los mantos acuíferos de la región.