Un nuevo año ha empezado: 2023. Echando mano mágica con un poco de numerología, sumamos los dígitos y como resultado nos da 7. Gran número, número sagrado, número cabalístico y por supuesto de buenos augurios. Pronostica acontecimientos sustanciales. ¿Qué significa esto y qué significa empezar un nuevo año? Podríamos indagar en el significado cíclico de nuestro calendario, ponernos nostálgicos o tal vez esotéricos.
Simplemente te invito a pensar, querido lector, qué significado tiene para ti, en tu particular forma de percibir la vida. Paremos un momento el tren que contabiliza todo, que nos da una identidad numérica, que nos despoja de lo que verdaderamente estamos siendo, en presente continuo. Miremos pues, todo lo que hemos recorrido para llegar hasta este preciso momento: las muchas o pocas batallas transcurridas, los momentos en los que tuvimos que sacar valentía, en los que hubo que luchar contra toda corriente opositora, los momentos de plenitud, los momentos de angustia, los de pérdidas irreparables, los de gritos de euforia, los de amarga impotencia, los imparables llantos, las incontenibles tristezas, las risas espontáneas, los logros personales, los deleitables gozos, los tantos placeres, las alegrías, las zozobras, los secretos de los sueños y las reconfortantes miradas de aliento. Este trayecto recorrido es el que consolidó tu fortaleza y te conforma en este que hoy eres. Abrázate y guarda ese abrazo en tu maletín de viaje.
Hay miles de rituales que hemos hecho para programarnos hacia el futuro, para sentir que empezamos un nuevo año con buena energía y disposición para atraer lo mejor. Es muy probable que todos esos rituales extraordinarios, harán surtir su efecto. Como el actor cunado en un ritual cargado de magia se prepara y dispone todo lo necesario para empezar una nueva, única e irrepetible gran función.
Cambiamos de año y entonces decimos que un ciclo se cerró y uno nuevo se abrió. La palabra ciclo viene del latín cyclus, del griego kyklus, que significa círculo o rueda. Los ciclos al igual que los círculos están en todos lados. Todo el tiempo se abren y se cierran, como el día a la noche, como la primavera al invierno, como todo lo que nace y muere. Todos estamos hechos de ciclos y todos tenemos además un círculo mágico que nos protege. Así que si por allí tienes el anillo o la pulsera que te lo recuerde, no olvides portarla en tu viaje. Inhalar y exhalar es el ciclo perfecto que dicta nuestra naturaleza, a cada ciclo respiratorio estamos listos para empezar lo que se venga.
En tu maletín, conviene también tener siempre contigo una flor, para no olvidar que cada proceso tiene su propio tiempo, como los infinitos tipos de flores que florecen en las distintas épocas del año. La virtud de los ciclos está justamente en saber que siempre, siempre, en cualquier tiempo, se puede abrir uno nuevo. Llevar también, unos cerillos para hacer fuego, a veces hay que quemar lo pasado o incendiar lo presente. Es indispensable no olvidar el agua bendita, por si en tu camino llegas a un lugar de sequía, o bien para humectar tus cuerdas vocales cuando tu voz se levante en un canto solidario. Y muy importante, unas gotas de rebeldía para que nunca te falte alegría.
El nuevo ciclo consiste en saber mirar el gran horizonte de posibilidades para construir hacia el futuro. ¡Feliz 2023!