La fotografía al desnudo

Curiosidad y pornografía son los letreros que han catalogado la obra de Sally Mann, las imágenes sórdidas y violentas que representan las fotografías tienen un carácter realista que impacta. 

La controversia no sólo ha sido tema recurrente entre los críticos de arte, ha llegado a puertos legales. La fotógrafa Sally Mann fue acusada por la Oficina Federal de Investigación, Federal Bureau of Investigation (FBI), por imágenes que fueron consideradas “lascivas”, mismas que le fueron confiscadas, no obstante a esta contingencia, no hubo mayores cargos para la artista. Su creación ha causado una gran polémica en los sectores norteamericanos, Sally Mann, deja ver en su fotografía una atmósfera de miseria humana, que envuelve un drama emocional dentro de la sociedad. 

La exposición más controvertida en los años noventa fue “At twelve”, presentada por la galería La Fábrica, que exhibió 35 retratos en blanco y negro realizados entre 1983 y 1985, un trabajo que realizó cerca de su casa en Lexington, Virginia. Son retratos que ponen al descubierto la transparencia y la desnudez de niñas y niños, entre la inocencia que supone un infante y el reflejo en ellos de una sociedad contaminada de un sinfín de vicios. A través de un lenguaje corporal que implica los ojos, las posturas e incluso los gestos en los rostros de los menores, las imágenes personifican las aspiraciones y la salvaje transformación a la edad adulta, esa etapa de cambio en que se diluye la inocencia para pasar a un mundo que si bien no les es ajeno, su cuerpo físicamente cambia, lo que provoca un despertar a la realidad, en la que radica la angustia por un mundo que están deslumbrando. 

Las fotografías están envueltas en la psicología del adolescente, lo que implica inconformidad, rebeldía, tristeza, angustia, soledad. Asimismo impacta el reflejo de sexualidad incipiente de sus protagonistas. 

El realismo ensordecedor, desarrolla una narrativa envuelta en inconformidad, resistencia al cambio, avidez de libertad, deseos  y abusos sexuales. Los adolescentes están en esa constante búsqueda por la adaptación y les preocupa sentirse acompañados de otros que compartan su sentimiento, es una etapa donde rompen con los recuerdos de la infancia para convertirse en algo que hasta ese momento les era ajeno.

 La crudeza de las fotografías, envuelve una atmósfera de desolación y desilusión adolescente por enfrentarse a sí mismos en una sociedad que les causa sentimientos encontrados. Estos, son retratos que Sally Mann capturó de sus tres hijos Emmett a la edad de 12 años, Jessie, 10 años y Virginia, de 7 años de edad. Ocho años después su madre comenzó una crónica de ellos cuando crecían, su convivencia es participativa ante la voz de Sally Mann que admite “Dispara su desnudez, dispara su desnudez”. 

Ellos no tienen objeciones, sin embargo decidió mostrarlas 10 años después. Las fotografías muestran un continuo diálogo literal y visual, un dramatismo de sexualidad que implica temas prohibidos como el incesto y el abuso infantil, son breves y concisas escenas de la consternación de los padres. 

La obra de Sally Mann se ha distinguido por el gran discurso que adquiere una profundidad en torno a un cambio físico, psicológico y social. El trabajo de esta artista fue reconocido por la revista Times en el 2001, fue nombrada “la mejor fotógrafa americana” y su obra ha sido objeto de importantes exposiciones, las más destacadas fueron presentadas en el Instituto Contemporáneo de Arte de Philadelphia y la Galería de Arte de Washington. Sus fotografías pueden encontrarse en importantes colecciones tanto privadas como públicas, en el Museo de Arte Metropolitano, Museo de Arte Moderno y El Museo Americano de Arte en Nueva York.