Por Charlie Dos Veces López
https://www.sprinforma.mx/noticia/el-cambio-de-piel-de-los-antiderechos-una-estrategia-global-que-llega-a-casa
6 min Hay risas que, si nos descuidamos, pueden ser el telón de fondo de un problema serio. En los últimos días, hemos visto con sorna y memes cómo ciertos sectores políticos se “renuevan”. Cambian logos y se presentan con un aire de novedad. Es tentador reírse del “cambio de empaque” cuando el contenido parece el de siempre. Pero, ¿y si la burla nos está distrayendo de lo que realmente está pasando?
Lejos de ser un espectáculo inocuo, lo que estamos presenciando es la reagrupación estratégica de actores políticos cuyo núcleo ideológico se opone a los avances en igualdad, inclusión y derechos humanos. Es un fenómeno que no nace en el vacío ni es un invento local. Es la versión mexicana de un guion que se está leyendo y ejecutando con éxito en distintas partes del mundo.
Basta con echar un vistazo al mapa global. Desde las arenas políticas de Estados Unidos y Argentina hasta los pasillos del poder en Italia y Ecuador, hemos visto cómo agendas excluyentes, vestidas con el traje de la “defensa de la familia” o la “libertad”, han ganado terreno. Son trincheras que resultan en un eufemismo para recortar derechos, estigmatizar a las minorías y frenar el reloj del progreso social. Es un lenguaje calculado, que busca polarizar y movilizar a bases desde el miedo y la añoranza por un pasado basado en la exclusión, la violencia, la discriminación y las violaciones a los derechos humanos.
Esta no es una simple renovación de marca. Es una reconfiguración casi bélica. Es el reconocimiento tácito de que, para conquistar espacios de poder en el contexto actual, deben adaptar su mensaje, unificarse y presentar un frente común. Ya no se trata solo de los mismos actores de siempre; se trata de los mismos actores con un manual nuevo, aprendido y importado de una internacional antiderechos que ha comprendido el poder de la comunicación y la simbolización.
Por eso, la pregunta alarmante es: ¿estamos nosotros, desde las trincheras del progresismo y la defensa de los derechos humanos, tomando con la seriedad suficiente esta ofensiva organizada?
Mientras se ríe del disfraz, ellos están afinando sus estrategias. Mientras se señala la contradicción de su “novedad”, ellos tejen alianzas y se preparan para las próximas batallas electorales y culturales. Subestimarlos sería un error histórico. La conquista de derechos nunca es irreversible; la historia nos ha enseñado que pueden erosionarse lentamente, a fuerza de discursos hábiles y políticas que normalizan la exclusión.
No se trata de entrar en pánico, sino de despertar. De dejar la burla a un lado y activar la alerta. De entender que la defensa de la igualdad y la dignidad humanas requiere de una organización igual de sólida y estratégica que la de sus detractores. Es momento de observar, analizar y, sobre todo, de reorganizar. No para imitar sus tácticas, sino para defender con contundencia lo alcanzado y seguir avanzando. El futuro incluyente que muchxs soñamos no se defenderá solo. Exige, hoy más que nunca, lucidez y acción.
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