Después de ya dos meses y medio del inicio de labores de la Nueva Integración de la Suprema Corte de Justicia de la Nación, podemos ver las grandes diferencias entre esta y aquella, encabezada por Norma Piña.
Primero, debemos mencionar que la dinámica que ha impuesto esta Nueva Corte, ha dejado a varios con la boca cerrada, pues decían que al ser menos ministros y solo trabajar en Pleno, es decir, al desaparecer las Salas, traería como consecuencia, que no pudieran resolver todos los asuntos que se encontraban pendientes; sin embargo, han estado sesionando casi a diario y resolviendo un sinfín de asuntos.
Debemos decir que, efectivamente, existían y existen, un cúmulo de asuntos por resolver, pero también queda evidente que la anterior Corte, se la pasaba más en el glamur y en sesiones de interés político que en trabajar y dictar el derecho.
Y esta es una gran diferencia, pues si bien los puntos que estuvieron tocando en el pleno de la anterior Corte eran de interés general, se la pasaron preparando sus discursos, que no razonamientos jurídicos, para quedar bien con sus patrones, aquellos que les debían haber llegado ahí, dejando de lado los demás asuntos, es decir, les importaba más defender su “chamba” que impartir justicia o dictar derecho.
Hoy vemos que la dinámica de la nueva integración para resolver los asuntos pendientes, es una medida buena ya que todos aquellos que se encontraban pendientes de resolver desde hace tiempo, ya que, incluso es muy común oír que se resuelven asuntos del año pasado es decir del 2024 y uno que otro del 2023, demostrando que el ejercicio Judicial debe ser ágil y dinámico. Sí el cúmulo de asesores da estos resultados, adelante, pues recordemos que la anterior Corte tenía muchos, pero todos eran aviadores.
Una diferencia sustancial es que, aquella Corte, y que a muchos les gustaba, era que, en los plenos, debatían con sustento teórico o doctrinal, y que, a decir de muchos, eso era un reflejo de su “sabiduría “. Hoy vemos a los nuevos ministros no hablando con mucho sustento teórico, y eso, según algunos, refleja la falta de capacidad, sin embargo, esta nueva integración, tiene algo que la otra no, aplica el derecho, no trata de legislar, no trata de manipular la ley.
Sí, la antigua integración, hablaban mucho de doctrina, pero no lo hacían con el fin de fortalecer argumentos legales, por el contrario, al ver que las leyes no favorecían a sus intereses, buscaban retorcer la ley a través de teorías, que por cierto, también muy malas. Hoy vemos a una Corte, más apegada a estricto derecho, pero sin dejar a tras de hacer su trabajo de interpretar la ley, y lógicamente se ve la diferencia, pues algunos o quizá todos ellos, han sido Abogados Litigantes, y hoy en la Suprema Corte, se ve el reflejo de lo que muchos litigantes siempre dijimos, los jueces deben tener experiencia en el Litigio, ya que solo así, estarán empapados de las necesidades del Pueblo, de los usurarios y lógicamente del abogado litigante.
Hoy vemos que la Corte resuelve los asuntos puestos a su conocimiento de forma rápida, apegada a derecho, sin buscar retorcer la ley para llegar a un resultado que le complazca a alguien en especial, como sí lo hacía la mayoría de la anterior integración, que no les importaba que fueran la burla de muchos con sus argumentos ilógicos, ilegales y absurdos, pero eso sí, “hablando bonito” que ni muchos licenciados en derecho le entendían, pero como hablaban bonito, “esos sí eran Ministros”.
Queda claro que el que habla bonito, no siempre lo hace para bien, hay quienes lo hacen para engañar, al más puro estilo priista de la década de los setenta y ochentas.
La virtud de un buen juez es dictar el derecho, impartir justicia apegado a la ley. La teoría o doctrina, es importante cuando no hay ley, pero si existe ley, apliquémosla, no hay más.
No podemos dejar pasar desapercibido lo ocurrido el pasado 15 de noviembre, pues es fácil deducir, que ello no fue por el asesinato de aquel alcalde de Uruapan; no, la verdadera andanada fue por la resolución que tuvo a bien realizar la Suprema Corte respecto a los expedientes de Salinas Pliego y que el jueves pasado se resolvieron algunos, y claro, ahora vuelven a amenazar con hacer más actos de violencia para el 20 de noviembre ¿por qué? Porque vienen otras resoluciones más.
Así que, nos da pena decirles que quienes fueron para realizar una exigencia, que puede ser legítima, hacia el Gobierno Federal, pues en realidad fueron utilizados, y lo peor, los agarraron como carne de cañón para pretender amedrentar al Gobierno, para que este desista de cobrar al empresario de la televisora, los impuestos que debe al Pueblo de México, porque sí, los impuestos se pagan para regresarlos al Pueblo en servicios públicos, así ese dinero que debe el señor, lo debe, no a hacienda, sino al Pueblo de México.
Algo bueno que se puede rescatar de todo lo sucedido en la semana pasada y sobre todo el fin de semana, es que, los líderes de la derecha en México, por fin muestra su verdadero rostro, lo que les distingue, la Violencia y lo Delincuentes que son.
Sigamos de cerca los plenos de la Suprema Corte y desfrutemos lo votado.